Jóvenes de Brasil escrutan a su gobierno en la COP 19

Delegación de activistas jóvenes de Brasil en la COP 19 de Varsovia. Crédito: Engajamundo

La última conferencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre cambio climático termina en Varsovia políticamente vaciada y sin avances dignos de mención. Brasil, que en el pasado ejerció liderazgo, se vuelve a casa bajo una lluvia de críticas.

«La COP 19 (19 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) está vaciada. Pero no la sociedad civil» que se ha mostrado «fuerte, integrada y determinada», dijo a IPS desde Varsovia la brasileña Laura Jungman, de 23 años e integrante de Engajamundo.

«Es muy triste estar dentro de la COP y ver que las negociaciones no caminan», agregó.

Desde el 11 de este mes, la comunidad internacional se reunió en la capital de Polonia para intentar definir las bases de un tratado mundial para reducir la contaminación causante del cambio climático que debería adoptarse en 2015 y comenzar a aplicarse en 2020.

Pero la señal de que las conversaciones estaban trabadas se hizo patente cuando las grandes organizaciones ambientalistas, como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y Greenpeace, informaron que se retiraban el jueves 21 de unas negociaciones en las que tienen solo el papel de observadoras y el derecho a hablar durante tres minutos ante el plenario.

Unas 800 personas salieron en masa de los salones de la conferencia, con carteles en los que se leía «Nosotros volveremos».

«Las discusiones vienen estancadas de los últimos años, pero teníamos expectativa de poder influenciarlas de algún modo, aun tomando en cuenta su lentitud», comentó Jungman.

Engajamundo se creó al calor de la cumbre de desarrollo sostenible Río+20, celebrada el año pasado en Río de Janeiro, para dar cabida a la juventud en estos debates internacionales. El grupo fue invitado por el proyecto Adopte a un Negociador, que promueve la Campaña Global para la Acción Climática, para seguir los pasos de la delegación de Brasil durante la COP 19.

«Una de nuestras misiones es abrir espacio a los jóvenes de los países del Sur. Nuestras demandas sobre el cambio climático son diferentes de las de los europeos», aseveró Jungman.

Poco antes de la conferencia de Varsovia, jóvenes activistas de América Latina crearon CLIC – Movimiento Climático de Latinoamericanos y Caribeños, que tiene entre sus fundadores a Engajamundo.

«En estas dos semanas hubo encuentros de movimientos juveniles y de otros sectores de la sociedad civil de la región, en preparación para el año que viene. Fue un momento de gran cohesión de la juventud del Sur global», subrayó Jungman.

Los integrantes de CLIC ya están trabajando para llevar posiciones comunes a Lima, que será sede la COP 20 a fines de 2014.

Pero estas conferencias seguirán acumulando fracasos mientras prevalezca el pensamiento empresarial, opinó el periodista ambiental y premiado ecologista Vilmar Berna.

«Mientras el negocio sea lo que mueve a las personas por encima del interés por la vida y el planeta, no habrá COP, habrá siempre este desastre», dijo Berna a IPS.

La sociedad civil se retiró de forma estratégica para no avalar las «infamias» que quedarán asentadas en el documento final, añadió.

«Sabemos que estamos ante cartas marcadas, donde la información es manipulada. Hay una guerra por los recursos del planeta, en la que los que llegaron primero y tomaron posesión no quieren ceder», comentó.

Para André Nahur, coordinador de cambio climático y energía de WWF-Brasil, las organizaciones no gubernamentales se retiraron «ante la falta de liderazgo del gobierno polaco».

Había un clima de gran agitación ante las dificultades de los países para finalizar con un «resultado concreto y positivo», describió Nahur a IPS.[related_articles]

En la COP de Copenhague, en 2009, los países se comprometieron a desembolsar 100.000 millones de dólares por año a partir de 2020 en el Fondo Verde para el Clima. Pero hasta ahora no se ha hecho ningún aporte y «no está claro cómo ni cuándo se hará», destacó Nahur.

Llueven críticas a Brasil

La delegación de Brasil, encabezada por el embajador José Antonio Marcondes de Carvalho, defendió la idea de crear un mecanismo para estimar las responsabilidades históricas de los países en el cambio climático, desatado por las emisiones humanas de gases de efecto invernadero.

La propuesta fue bien vista por los demás países en desarrollo, pero no salió del ámbito científico y no formó parte de las discusiones políticas.

Para Jungman, Brasil desempeña un importante papel mediador dentro del Grupo de los 77 (el bloque de los 133 países en desarrollo en la ONU), pero carece de articulación para promover mejor estas iniciativas y no fue claro acerca de cómo medir tales responsabilidades históricas.

La joven activista estimó que su país debió comprometerse más en las negociaciones. Esta propuesta, por ejemplo, debió introducirse años atrás para que tuviera el tiempo necesario para ser evaluada antes de 2015.

«Brasil tiene un potencial para ejercer liderazgo que debería aprovechar. Tal vez no se quiere comprometer más mientras otros no muestren compromiso. Debemos cerrar un tratado en dos años e introducir este tema ahora podría retardar incluso más el proceso de negociaciones», comentó.

La delegación brasileña propuso también realizar consultas nacionales para definir las metas de reducción de emisiones que serán asumidas por los países en el ámbito internacional.

Si bien esta es una contribución, Brasil no dejó en claro cómo se deben presentar estas metas ni cómo se deben hacer las consultas, evaluó Nahur.

A juicio de Berna, este país tiene una «política esquizofrénica» porque lo que defiende es «apenas el derecho a contaminar«.

«Brasil no renuncia a ser uno de los causantes del problema, pero tampoco renuncia a intentar el liderazgo de América Latina. Quiere ser el gran país líder, pero no lo es, y tiene un discurso indeciso e hipócrita», sentenció Berna.

En medio de la COP, también se conocieron cifras en aumento de la deforestación en Brasil, que venía cayendo año a año y era motivo de orgullo para el gobierno en foros internacionales.

Pero, según el ministro de Relaciones Exteriores, Luiz Alberto Figueiredo, que viajó a Varsovia el jueves 21, su país ha estado al frente de las negociaciones.

«Estamos aquí para lograr progresos… Es comprensible que algunos temas no se resuelvan ahora. No es cuestión de establecer plazos artificiales, sino un calendario adecuado que esté a la altura de las ambiciones», declaró Figueiredo a la prensa.

El embajador Carvalho insistió en que su país defiende la búsqueda de un «acuerdo efectivo, justo y amplio».

«Lo que desalienta a los países en desarrollo es que no hemos visto un sentido de la urgencia, de la importancia de las acciones hacia 2020. No vinimos a culpar a nadie, sino a convencer de que debemos hacer progresos», concluyó.

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