IRAQ: Fuerza de la ONU naufraga antes de llegar

El recrudecimiento de la toma de rehenes extranjeros en Iraq amenaza la concreción de una fuerza multinacional de paz que proteja a empleados de la ONU y a trabajadores humanitarios.

”No tenemos ofertas concretas de tropas de ningún país”, dijo a IPS un portavoz de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).

Estados Unidos ha presionado hasta ahora a varios países musulmanes —entre ellos Egipto, Turquía, Pakistán, Bangladesh, Yemen y Jordania— para que aporten los soldados necesarios para constituir la fuerza multinacional.

Pero la respuesta ha sido negativa, una y otra vez. En algunos casos, hay un atisbo de respuesta positiva, pero con demasiadas condiciones.

Cuando el secretario general de la ONU, Kofi Annan, anunció la semana pasada el nombramiento del embajador pakistaní en Estados Unidos Ashraf Qazi como nuevo enviado especial del foro a Iraq, se especuló con que Islamabad retribuiría el favor enviando tropas para proteger a los funcionarios internacionales.
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Consultado al respecto, Annan dijo que el pedido se dirigió a ”muy pocos países”, uno de ellos Pakistán. Pero negó que hubiera un toma y daca al respecto.

”No seremos el primer país ni el único país que enviaría tropas para la fuerza de protección”, dijo a IPS el asesor de prensa de la misión pakistaní en la ONU, Mansoor Suhail.

Pero Islamabad puso tres condiciones para suministrar tropas: que el pedido sea formulado por el gobierno interino de Iraq, que la ONU apoye la solicitud y que los soldados pakistaníes se inscriban en una fuerza internacional colectiva islámica, explicó Suhail.

Annan explicó que hay ”señales” de que países islámicos ”podrían querer ir a Iraq y enviar tropas, y, de hecho, el primer ministro iraquí Iyad Allawi les está pidiendo eso”. ”Si un grupo de países islámicos fueran a desplegar fuerzas, espero que Pakistán sea uno de ellos”, agregó.

El rey Abdullah de Jordania admitió el mes pasado que su país podría convertirse en el primero musulmán en enviar tropas a Iraq. Ese país podría verse obligado a ello porque recibe cada año 300 millones de dólares en ayuda militar estadounidense, afirmaron críticos.

Yemen, por su parte, se manifestó dispuesto a enviar tropas ”sólo en el marco de una fuerza controlada por la ONU”. Pero hasta ahora ninguno de los dos países realizaron ofertas concretas.

Allawi, de gira por países árabes, ya visitó Egipto, Líbano y Siria para solicitar tropas. Pero sus esfuerzos fueron en vano dada la magnitud de la toma de rehenes extranjeros, entre ellos nacionales de Egipto, Pakistán, India, Kenia y Turquía.

Los insurgentes amenazaron con decapitar a algunos de ellos si los países de origen deciden aportar tropas a la fuerza multinacional.

El diplomático egipcio Mamdouh Qutb, capturado el viernes en una mezquita y liberado el lunes, dijo: ”Me secuestraron sólo para enviar un mensaje a Egipto, porque objetaban que Egipto recibiera al primer ministro (iraquí)”, dijo Qutb. ”Vieron que el mensaje había llegado y me liberaron.”

La toma de dos pakistaníes como rehenes, Raja Azad y Sajid Naeem, también es un llamado de alerta par el gobierno de Pervez Musharraf.

Annan sostuvo que los empleados de la ONU no viajarán a Iraq a menos que tengan garantías de seguridad adeucadas. ”Siempre he dicho que debemos ser fríamente realistas”, dijo la semana pasada. ”La comunidad internacional está al tanto de que la seguridad es una gran limitación para la ONU y para su personal.”

Cuando el Consejo de Seguridad aprobó a comienzos de junio el envío de un equipo a Iraq, en la resolución se insertó la frase ”siempre que las circunstancias lo permitan”.

”A pesar de la situación de la seguridad, hemos logrado muchas cosas. Pudimos formar un gobierno interino y trabajar con él para establecer un marco electoral, y éste cuenta con nosotros para que lo ayudemos en el proceso”, dijo Annan.

El nuevo representante especial de la ONU viajará a Bagdad con un ”equipo pequeño” en algún momento del mes próximo. ”Pero se tomarán medidas especiales de seguridad para ellos”, sostuvo Annan.

La ONU retiró a todo su personal extranjero de Iraq cuando la sede de la organización en Bagdad sufrió en agosto de 2003 un atentado con bomba que mató a 22 funcionarios, entre ellos al enviado especial de Annan a Iraq, el brasileño Sérgio Vieira de Mello.

Antes del atentado, la ONU contaba con más de 650 funcionarios extranjeros en Iraq, los cuales fueron reinstalados en Jordania y Chipre. Hoy, las operaciones del foro mundial son desarrollados por unos 2.000 funcionarios iraquíes.

Los iraquíes también suelen manifestar resentimiento frente a la ONU por los 13 años de sanciones económicas dispuestas por el Consejo de Seguridad tras la invasión de Kuwait en agosto de 1990 y tras la guerra del Golfo de 1991.

”En las actuales circunstancias, cualquier participación de la ONU en la 'transición' constituye una ayuda y un aval a la ocupación, que continúa con otra ropa”, dijo a IPS el experto Rahul Mahajan.

”Washington quiere que Ayad Allawi sea su hombre fuerte en Iraq, para que lo represente en las cuestiones más importantes, como el petróleo y la radicación de tropas en el país, mientras reprime la resistencia y la oposición política con una mano aun más dura que la actual”, agregó.

La aprobación unánime del aval al gobierno interino iraquí en el Consejo de Seguridad fue ”una vergonzosa capitulación de la ONU”, sostuvo el experto.

”Es evidente que la ONU no puede hacer nada en Iraq sin el apoyo de las grandes potencias, en primer lugar, aunque no exclusivamente, de Estados Unidos”, dijo a IPS James E. Jennings, presidente de la organización no gubernamental Concience Internacional.

”El gobierno de George W. Bush aún desdeña a la ONU, sin importar los cambios de retórica del presidente y del vicepresidente Dick Cheney”, concluyó.

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