Industria de Etiopía avanza en el mundo

Empresaria etíope Bethlehem Tilahun fundó Sole Rebels en 2005 para crear empleo y prosperidad sostenibles en su país. Crédito: Cortesía Sole Rebels
Empresaria etíope Bethlehem Tilahun fundó Sole Rebels en 2005 para crear empleo y prosperidad sostenibles en su país. Crédito: Cortesía Sole Rebels

La firma de calzados etíope Sole Rebels inaugurará este año su segunda filial en Taiwán y prevé abrir 30 más en otros mercados, como Australia, Estados Unidos, Italia y Japón. Su éxito refleja el crecimiento de la industria manufacturera de este país del Cuerno de África de la mano de inversiones chinas.

Sole Rebels, la mayor compañía de calzado de África se convierte rápidamente así en una de las más competitivas del mundo.

La empresa vende zapatos artesanales fabricados con materiales reciclados en 55 países y es una de las más florecientes de Etiopía con una fuerte presencia en sitios de comercio electrónico como Amazon.

Las ventas de Sole Rebels, fundada en 2005 por la empresaria etiope Bethlehem Tilahun, ascendieron a unos dos millones de dólares en 2011, y se prevé que facture entre 15 y 20 millones en 2015.

«Estamos muy entusiasmados de abrir una sucursal en el corazón de la ciudad taiwanesa de Taichung, epicentro del calzado que alberga a los diseñadores asiáticos de las principales marcas del mundo», dijo Bethlehem a IPS.
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La nueva sucursal amplía el plan de la compañía de explotar la demanda creciente en el sector de calzados de crecimiento vertiginoso en Asia, y la convierte en la primera compañía africana en abrir una franquicia en ese continente.

Bethlehem se propone derribar los estereotipos sobre su país. Un índice de pobreza elaborado en 2011por la británica Universidad de Oxford y la Organización de las Naciones Unidas ubicó a Etiopía como el segundo país más pobre del mundo después de Níger.

El éxito de Sole Rebels es una prueba de que este país está listo para dejar de ser receptor de ayuda extranjera y pasar a decidir su propio futuro económico al explotar capacidades locales, recursos y las varias oportunidades de negocios del país, según Bethlehem.

«Sole Rebels está orgullosa de ser la marca africana de calzado de más rápido crecimiento y la primera del sector en surgir en un país en desarrollo. Es una prueba viviente de que crear marcas innovadoras es la mejor forma para las naciones en desarrollo de distribuir la prosperidad», señaló Bethlehem.

Además es la primera compañía del sector en tener un certificado de comercio justo. Todos los zapatos están hechos a mano por unas 100 personas que utilizan prácticas artesanales y tradicionales, materiales reciclados y algodón orgánico local hilado a mano. En un sector en que la mayoría del calzado se fabrica con máquinas, Sole Rebels es una bocanada de aire fresco.

«Nuestro modelo empresarial se centra en la sensibilidad ecológica y el fortalecimiento de la comunidad. Nuestro modelo maximiza el desarrollo local al crear una cadena de suministro local dinámica, al tiempo que fabrica zapatos de primer orden», explicó la empresaria.

Bethlehem apareció en la tapa de la revista Forbes en enero de 2012, donde fue considerada la mujer más exitosa de África. La empresaria fue muy aclamada y obtuvo el reconocimiento internacional por su trabajo. Actualmente es una de las más reconocidas del continente.

Según el Banco Mundial, África tiene más empresarias que cualquier otra región del mundo.

En 2011 fue elegida «Líder Joven Global» por el Foro Económico Mundial. En junio del año siguiente fue la «Empresaria Más Destacada» en los Premios Empresariales de África, organizados anualmente por la African Business Magazine.

Eugene Owusu, representante del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Etiopía, dijo a IPS: «Sole Rebels aprovecha la mejor infraestructura y la creciente oferta de mano de obra calificada para exponer todas las características que uno busca en empresarios etíopes».

«Es innovadora, creadora de empleo, ambientalmente sostenible y competitiva a escala global. Sole Rebels, de hecho, abre el camino a otras empresas locales cuando Etiopía busca minimizar su dependencia en la asistencia», apuntó.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) señaló que la economía de Etiopía creció 7,5 por ciento en 2011. Además es el segundo país más poblado de África y uno de los que no produce petróleo que más creció en este continente en los últimos años, según el Banco Mundial.

Las exportaciones aumentaron 15 por ciento, a 3.200 millones de dólares, entre 2010 y 2011, según el Ministerio de Industria y Comercio. El gobierno se propone duplicarlas para 2015 con una mayor incidencia de la venta de minerales y productos manufacturados.

Owusu señaló que el auge del sector privado ayudaría al país a seguir su trayectoria de crecimiento y eso debería traducirse en una reducción de la pobreza y en el desarrollo nacional.

«Las empresas privadas locales serán los cimientos sobre los cuales Etiopía podrá consolidar el fuerte crecimiento general mostrado en la última década, y lograr la visión transformadora que se propuso para convertirse en un país de medianos ingresos para 2025», señaló Owusu.

Según el último informe del FMI sobre inversiones chinas en Etiopía: «El sector manufacturero representa el mayor destino de la inversión directa extranjera de China en este país, atraída por la mano de obra barata y el arrendamiento de tierras a gran escala, además del tamaño del mercado local».

Los fabricantes chinos, en especial de calzado, comienzan a trasladar sus fábricas a Etiopía para escapar del alza de los costos de producción en su país, pero también porque este es uno de los que tiene más desarrollada la ganadería en África y sirve para suministrar cuero a los productores.

Etiopía también se jacta de tener una de las más grandes fuerzas de trabajo de África. El primer ministro Meles Zenawi quería que el país se convirtiera en uno de los mayores productores y exportadores de zapatos de cuero en el marco de su plan de desarrollo económico.

La compañía china Huajian Shoes anunció en 2012 que invertirá 2.000 millones de dólares en la industria del calzado de este país. En la actualidad, las empresas de ese país inyectaron 900 millones de dólares en la economía etiope, según la Agencia de Inversiones de Etiopía.

Zemedeneh Negatu, socio director de Ernst & Young en Etiopía, cree que empresas como Sole Rebels ayudarán a transformar el paisaje económico de este país y del continente.

«El éxito de la compañía es una inspiración para el emergente sector privado etiope. Es importante recordar que hasta 1991, Etiopía era un país pseudo-socialista sin empresas privadas», apuntó.

«Pero en un lapso relativamente corto comenzó a obtener logros como Sole Rebels, un buen ejemplo de experiencia exitosa del sector privado y orientada a las exportaciones», indicó Negatu.

«Suelo decir: ‘Llegó la hora de África’’ justamente porque veo cada vez más Sole Rebels africanas como la de Bethlehem y su compañía», añadió.

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