Indígenas tienen mucho para dar al desarrollo post 2015

El presidente del FIDA, Kanayo F. Nwanzwe (centro), participa en una danza tradicional de Fiji en la ceremonia de apertura de la segunda Reunión Mundial del Foro de Pueblos Indígenas, en febrero de 2015. Crédito: Cortesía FIDA.

“No heredamos la tierra de nuestros ancestros, la tomamos prestada de nuestros hijos”, reza un antiguo proverbio que condensa la esencia del concepto de sostenibilidad como lo ven los numerosos pueblos indígenas.

Con su conocimiento local del mundo natural, los indígenas tienen mucho para compartir con el resto del mundo sobre cómo vivir, trabajar y cultivar de forma sostenible y sin poner en riesgo a las generaciones futuras.

Ese fue el principal mensaje de la segunda Reunión Mundial del Foro de los Pueblos Indígenas, organizada por el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA), que tuvo lugar en Roma.[pullquote]3[/pullquote]

El Foro de los Pueblos Indígenas es una expresión concreta del reconocimiento del FIDA al papel que estas comunidades desempeñan en el desarrollo económico y social con sus prácticas tradicionales sostenibles.

También ofreció a la organización un mecanismo institucional para monitorear y evaluar la efectividad de la participación de la agencia en las comunidades indígenas.

El compromiso del FIDA abarca el logro de los objetivos de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas.

A pesar de las mejoras de las últimas décadas, los pueblos originarios y las comunidades indígenas, así como las minorías étnicas, siguen siendo las personas más pobres y las más marginadas del mundo.

Hay unos 370 millones de indígenas distribuidos en 70 países, la mayoría en Asia, y representan alrededor de cinco por ciento de la población mundial, de los cuales 15 por ciento viven en la pobreza.

Numerosos estudios actuales muestran que la brecha de pobreza entre los pueblos indígenas y otras poblaciones rurales se ensancha en algunas partes del mundo.

“El FIDA se esfuerza por alzar la voz de los indígenas, que se respeten sus derechos, así como mejorar su bienestar a escala global”, explicó Antonella Cordone, especialista técnica de FIDA para cuestiones tribales y pueblos indígenas.

“Aprendimos la relevancia de la diversidad y de la peculiaridad de los pueblos y de las comunidades rurales, así como a valorar y estructurar su identidad cultural como valor y potencial económico”, observó. “La voz ancestral de los indígenas puede ser la solución a muchas crisis”, añadió Cordone.

Como guardianes de los recursos naturales y vehículos de las tradiciones durante miles de años, los pueblos originarios han desarrollado un enfoque holístico del desarrollo sostenible y, como subrayó la relatora especial para los derechos de los pueblos indígenas, Victoria Tauli-Corpuz, “su medio de vida está estrechamente relacionado con su patrimonio cultural y sus sistemas de gobernanza, espiritualidad e identidad”.

Su modo de vida ha sido el de entregar tierras y territorios a las nuevas generaciones sin explotarlas para obtener el máximo beneficio. En la actualidad, su sustento está en riesgo por el cambio climático y la explotación que hacen terceros, entre otros factores.

El cambio climático, al que los indígenas son particularmente vulnerables, supone una amenaza dramática por el derretimiento de los glaciares, el avance de la desertificación, las inundaciones y los huracanes en las áreas costeras.

La permanente presión de la tala, la minería y el avance de las fronteras agrícolas intensificaron la explotación de nuevas fuentes de energía, la construcción de caminos y otro tipo de infraestructura, como represas, y aumenta preocupación por la adquisición a gran escala de tierras para fines comerciales e industriales, conocida como acaparamiento de tierras.

El foro indígena subrayó la necesidad de contar con un consentimiento libre, previo e informado de las poblaciones locales cada vez que un proyecto de desarrollo afecta su acceso a la tierra y los recursos. Es un requisito que cualquier organización que se involucre en territorio indígena debe respetar, remarcó el presidente del FIDA, Kanayo F. Nwanzwe.

La pobreza y la pérdida de territorios y recursos que sufren las comunidades indígenas por políticas o normas contrarias a las prácticas tradicionales sobre el uso de la tierra se agravan por la frecuente discriminación del mercado laboral, cuyos malos marcos normativos, segmentación y obstáculos culturales y lingüísticos impiden que muchos indígenas accedan a un empleo de calidad y a servicios sociales y de salud.[related_articles]

Además, las comunidades indígenas se encuentran marginadas de los procesos políticos y sufren la discriminación de género.

Esas son algunas de las cuestiones que los participantes del foro dijeron que deberían tomarse en cuenta en la agenda de desarrollo para los próximos años. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) deberían diseñarse para alentar a los gobiernos y a otros actores a facilitar el empoderamiento económico y social de las poblaciones rurales, en especial, sectores marginados como mujeres, niñas, niños e indígenas.

Un punto de partida de los ODS, que reemplazarán a los Objetivos de Desarrollo del Milenio que vencen a fin de año, son las recomendaciones adoptadas en el foro realizado en la capital italiana el 12 y 13.

En ellos se incluye la necesidad de un enfoque holístico para apoyar y fortalecer los sistemas alimentarios de los pueblos indígenas, el reconocimiento de la tenencia tradicional, la conservación de la biodiversidad, el respeto por y la revitalización de los valores espirituales y culturales y asegurarse que los proyectos se diseñen con el consentimiento libre, previo e informado de los indígenas.

Los participantes del foro remarcaron la importancia de la creciente necesidad de fortalecer la participación e inclusión de las comunidades indígenas en las discusiones en ámbitos políticos y operativos, porque los objetivos en esos aspectos pueden tener un efecto catalizador en su empoderamiento social y económico.

El foro coincidió en que dar voz a los pueblos originarios y escuchar sus preocupaciones y prioridades en la agenda posterior a 2015, representa una ventana invaluable de oportunidades de desarrollo.

Editado por Phil Harris / Traducido por Verónica Firme

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