Haití desborda espuma de poliestireno

Recipientes de espuma de poliestireno en uno de los muchos canales de drenaje del área metropolitana de Puerto Príncipe. Crédito: HGW/Marc Schindler Saint-Val.

Pese a que dos decretos prohíben importar y usar contenedores de alimentos de espuma de poliestireno en Haití, tazas y platos de ese material se venden a la vista de todos en la capital y se arrojan a la calle luego de su uso.

El primer decreto, del 9 de agosto de 2012, entró en vigor el 1 de octubre, y también ilegalizó las bolsas de plástico negro, empleadas por vendedores ambulantes y en invernaderos de todo el país.

El entonces ministro de Ambiente, Ronald Toussaint, no acompañó con su firma el decreto de 2012, que varios medios y sitios web ambientales anunciaron y elogiaron como un gran paso adelante para Haití.

“No firmé el decreto por mi experiencia en este terreno”, explicó Toussaint a Haiti Grassroots Watch (HGW).

“Las partes involucradas –los usuarios, los importadores y los empresarios- no participaron en su elaboración. El decreto del gobierno ofrecía un enfoque muy reduccionista para tratar con los residuos plásticos”, añadió.

Toussaint añadió que le preocupaba también el impacto en la agricultura, puesto que muchas personas y organizaciones guardan las semillas en pequeñas bolsas de plástico negro.

Pese al obvio fracaso en la implementación del decreto de 2012, el gobierno del presidente Michel Martelly y el primer ministro Laurent Lamothe adoptó otro, fechado el 10 de julio de este año y que prácticamente utiliza el mismo lenguaje.

[pullquote]3[/pullquote]Hay una “interdicción a la producción, importación, comercialización y uso, en la forma que sea, de sacos plásticos y objetos hechos de espuma de poliestireno con fines alimentarios, como bandejas, botellas, bolsas, tazas y platos”, según le edición del 10 de julio del diario oficial del gobierno, Le Moniteur.

“Apenas este decreto se vuelva aplicable, a partir del 1 de agosto de 2013, todos los paquetes que lleguen conteniendo estos objetos serán confiscados por las autoridades aduaneras y los propietarios serán sancionados según las regulaciones aduaneras”, reza el decreto.

Además de ser un poco demagógico –dado que el primer decreto fue completamente ignorado-, el nuevo también ha indignado a las industrias de la República Dominicana, principales proveedores de platos y tazas de espuma de poliestireno usados en la comida para llevar en Haití.

Un mar de espuma… de poliestireno

Si los últimos 10 meses sirven de muestra, hay pocos motivos para pensar que el nuevo decreto generará muchos cambios. Las calles de la región capitalina están inundadas de espuma de poliestireno. Cualquier transeúnte, oficial de policía o funcionario público puede ver que productos de color blanco brillante, así como los ilegales sacos de plástico negro, se usan y se tiran por todas partes.

La basura plástica es catastrófica para el ambiente. La región de la capital es drenada por canales abiertos que conducen directamente al mar Caribe.

Además de obstruir los canales y causar inundaciones en los barrios pobres que atraviesan, las corrientes marinas transportan la basura por todo el mundo.

“Los residuos plásticos son un problema real”, dijo Toussaint. Se trata de “un problema sanitario y de salud pública. También es un problema por el daño que causa a los corales y (otros) ecosistemas marinos”.

Fácil de ver y comprar

Pese a sus peligros, y pese a los dos decretos, los productos fabricados con espuma de poliestireno están en todas partes.

Una investigación realizada por HGW en el centro de Puerto Príncipe y la ciudad vecina de Pétion-ville en mayo y junio de este año reveló que casi todos los vendedores ambulantes de comida usaban estos productos ilegales.

En cuatro calles céntricas estudiadas, exactamente el 100 por ciento (28 de 28) de los vendedores usaban platos y tazas de espuma de poliestireno. En seis calles de Pétion-ville, los periodistas contaron 20 de 26 vendedores (77 por ciento) que utilizaban los productos ilegales. Una visita realizada la semana pasada, después de la entrada en vigor del nuevo decreto, reveló que nada había cambiado.

Dos restaurantes muy populares de Pétion-ville -Contigo Bar Resto Club y Mac Epi- también usaban los productos de espuma de poliestireno, tanto antes como después del 1 de este mes. Y buena parte de –o tal vez toda- la decena de franquicias y restaurantes de la popular cadena Epi d’Or colocan la comida para llevar en recipientes del mismo material. Muchos también usan tazas y platos de este tipo para los clientes que comen en el propio local.

En su sitio web, Epi d’Or dice que trabaja “con estricto respeto por las leyes y por el interés público”.

Consultado por correo electrónico sobre por qué la cadena viene usando esos productos, que son ilegales desde hace unos 10 meses, su propietario, Thierry Attié, respondió que sus comercios habían reemplazado las tazas pero no las bandejas para llevar. Sin embargo, HGW observó que el público usaba tazas de espuma de poliestireno en el local de Epi d’Or’s ubicado en Pétion-ville el 9 de este mes, el mismo día del mensaje de Attié.

Los productos de este material también están ampliamente disponibles para su venta mayorista. De 11 comercios de alimentos y ramos generales o puestos visitados en junio y julio, 10 los vendían abiertamente. El 5 de este mes, cinco días después de que entrara en vigor el nuevo decreto que los ilegalizó por segunda vez, todavía estaban a la venta.

En junio, un empresario dijo a HGW que nadie prestaba realmente atención al primer decreto. “La prohibición no se aplicó”, dijo mientras trabajaba en su comercio ubicado en la Rue Rigaud. “Oímos sobre ella en la radio”. (El periodista de HGW no reveló su identidad y en cambio simuló ser un cliente. A la mayoría de los empresarios no les pidió sus nombres, pero tiene un registro meticuloso de los locales visitados).

Mientras supervisaba a un equipo que descargaba mercaderías de un camión en su negocio de la misma calle, una empresaria dijo a HGW que había comprado sus productos de espuma de poliestireno en Shodecosa, uno de los parques industriales de la ciudad que alberga fábricas de ensamblaje donde se reciben entregas regulares de República Dominicana en grandes contenedores cerrados.

[related_articles]Shodecosa (siglas en inglés de la corporación superior para el desarrollo de viviendas sociedad anónima) es el mayor parque industrial privado del país. Pertenece al WIN Group, conglomerado propiedad de la familia Mevs, que también tiene intereses en el transporte marítimo, las industrias del ensamblaje y el etanol. WIN también administra el mayor puerto privado del país, Tevasa, en el área de Varreux, en Cité Soleil.

“Desde que Lamothe se convirtió en primer ministro dejé de ir a la frontera entre Haití y República Dominicana porque solo los burgueses tienen los contenedores que están autorizados para cruzar la frontera con mercaderías”, dijo la empresaria.

“No es fácil importar platos”, señaló otra empresaria. “Hay que trabajar muy duramente para conseguirlos en Shodecosa a un precio exorbitante”.

Un tercero dijo comprar en Shodecosa y adquirirlos también por contenedores en los poblados fronterizos de Elias Pinas y Malpasse.

HGW no habló con el WIN Group sobre las acusaciones. Sin embargo, el hecho de que los dueños de varios negocios de Pétion-ville hagan relatos similares sobre cómo obtienen sus productos da cuenta de que, en los 10 meses transcurridos desde el primer decreto, y tal vez ahora también, platos, tazas y otros productos de espuma de poliestireno estaban a la venta en alguna parte del parque.

¿Un decreto de plástico?

En el segundo decreto antiplástico, el gobierno haitiano prometió: “El Ministerio de Economía y Finanzas dará los pasos necesarios para facilitar la importación de insumos, recipientes y productos de papel o cartón que sean 100 por ciento biodegradables, como sacos hechos de fibra o sisal”.

Hasta la fecha, aparte de una ofensiva contra los pequeños mayoristas en el barrio pobre de Marché Solomon el 12 de este mes, no se anunció ninguna medida, ni hubo confiscaciones importantes o arrestos en lugares como Epi d’Or o el parque industrial Shodecosa. Restaurantes, vendedores callejeros y otros siguen usando tazas y platos de espuma de poliestireno que terminarán en barrancos y canales.

Otra ley que buscaba proteger el ambiente ilegalizó la tala de árboles, pero pilas de tablones hechos de árboles haitianos están a la venta en calles de ciudades de todo el país.

 

Haiti Grassroots Watch es una asociación de AlterPresse, la Sociedad de Animación y Comunicación Social (SAKS), la Red de Mujeres de Radios Comunitarias (REFRAKA), radios comunitarias y estudiantes del Laboratorio de Periodismo de la Universidad del Estado de Haití.

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