Frente unido contra cambio climático es clave para el Caribe

Un muro de contención en Dominica. Un informe actual conluyó que se necesitan medidas específicas para proteger a los pequeños estados insulares del aumento del nivel del mar. Crédito: Desmond Brown/IPS

Para los pequeños estados insulares en desarrollo es vital mantenerse unidos en asuntos como su clasificación en función de los ingresos por habitante, pues afecta su capacidad para hacer frente al cambio climático, coincidieron varios funcionarios de la Mancomunidad de Naciones.

El subsecretario general para Desarrollo Social y Economía de la Mancomunidad de Naciones, Deodat Maharaj, dijo a IPS que la clasificación afecta, en particular, la capacidad de algunos países caribeños de acceder a fondos de las instituciones multilaterales de crédito.

“Para mí, el sistema internacional tiene que tener una consideración especial de países como Antigua y Barbuda, Granada y otros”, señaló Maharaj.

“El ejemplo que me gusta usar es el de Granada. Recordarán el huracán Iván de hace 10 años. Destruyó alrededor de 70 por ciento de las viviendas del país y dejó daños que ascendieron a 1.000 millones de dólares, equivalentes a dos años del producto interno bruto” (PIB), precisó.

“Los países del Caribe pueden pasar de ser de altos o medianos ingresos a cero ingresos con un golpe económico o desastre natural”, subrayó Maharaj.

Maharaj, quien asumió el cargo a principios de este año, dijo que la Mancomunidad de Naciones prepara “un marco analítico basado en la investigación de un caso, así cuando ocurre un desastre natural se suspenden las obligaciones internacionales por un determinado plazo a países como Granada. Así no tendrán que estar pagando cuando sufrieron un desastre natural”.

Una de las tres primeras ministras del Caribe reafirmó el compromiso de su país a hacer frente al cambio climático y a todos los problemas derivados de este fenómeno.

“Me gustaría reafirmar mi fuerte compromiso a colaborar con otras naciones”, dijo la primera ministra de Sint Maarten, Sarah Wescot-Williams.

“Cuestiones económicas nos obligaron a buscar otras formas y medios de unirnos y colaborar con otras naciones del Caribe para mitigar los efectos del cambio climático, así como problemas sociales como desempleo, delincuencia y salud”, apuntó.

Sint Maarten aprobó este año una Política Nacional de Energía “y tenemos objetivos muy específicos que cumplir para 2020, como la reducción y la promoción de nuevas ideas y alternativas verdes, así como otros nuevos productos verdes”, explicó Wescot-Williams.

“No tenemos solo que buscar los grandes impactos del cambio climático o mirar ciertos acontecimientos como algo lejano, lejos de casa, sino que hay que ver pequeñas cosas como la erosión costera, un fenómeno conocido en Sint Maarten”, explicó.

La primera ministra Saint Maarten, Sarah Wescot-Williams (izquierda), y la presidenta de la Organización de Turismo del Caribe, Beverly Nicholson-Doty. Crédito: Desmond Brown/IPS
La primera ministra Saint Maarten, Sarah Wescot-Williams (izquierda), y la presidenta de la Organización de Turismo del Caribe, Beverly Nicholson-Doty. Crédito: Desmond Brown/IPS

Para los países del Caribe es muy importante la clasificación de las instituciones multilaterales de crédito como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.

Es un asunto que afecta su capacidad de asegurar recursos para lidiar de forma efectiva con el cambio climático, opinó Camillo Gonsalves, ministro de Relaciones Exteriores de San Vicente y las Granadinas.

La mayoría de los países del Caribe son considerados de medianos ingresos. De esa forma, el suyo, con un PIB de 1.000 millones de dólares es “más rico que China”, apuntó.

Gonsalves, quien fue embajador antes las Naciones Unidas, recordó que el año pasado, en vísperas de Navidad, los daños que dejó el huracán en tres horas ascendieron a 17 por ciento del PIB, pero el país también sufrió desastres naturales en 2010 y 2011. La destrucción y las pérdidas de cada uno de esos episodios fueron de dos cifras.

Pero esa es la medida que usa el Banco Mundial y el FMI para determinar la solidez económica de los países del Caribe, indicó Gonsalves. No consideran las vulnerabilidades regionales.

“Los pequeños estados insulares en desarrollo del Caribe están entre los más endeudados del mundo”, señaló el canciller sanvicentino.

La proporción de la deuda pública respecto del PIB en la región va de 20 por ciento en Haití, que recibió una quita significativa tras el terremoto de 2010, a 139 por ciento en Jamaica; En San Cristóbal y Nieves y Granada es de 105 y 115 por ciento respectivamente, aun cuando la Unión Europea fijó la suya en 65 por ciento.

“Si la proporción de la deuda pública respecto del PIB es de 139 por ciento y te golpea un desastre natural, ¿cómo sales de la crisis?”, preguntó Gonsalves.

“¿De dónde sacas dinero para construir los caminos, las viviendas, los puentes y los hospitales que se dañaron? ¿Cómo puedes ahorrar y prepararte para el próximo evento climático si la proporción entre deuda y PIB es mayor a 100 por ciento o en el entorno de 100 por ciento, y el servicio de la deuda es tan alto?”, prosiguió.

Al igual que Wescot-Williams y Maharaj, Gonsalves cree que la unión hace la fuerza. La tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Pequeños Estados Insulares en Desarrollo, que se realizará en septiembre en Samoa, es una oportunidad ideal para que los países de la región hagan algo más que hablar sobre cooperación, remarcó.

“La forma en que nos clasifican debe rectificarse, no abordarse, no marcarse, no considerarse. Tiene que rectificarse en Samoa. Ese debe ser uno de nuestros principales objetivos para la conferencia”, insistió.[related_articles]

El lema de la cumbre de Samoa, que se realizará del 1 al 4 de septiembre, será “Desarrollo Sostenible de los Pequeños Estados Insulares a través de una Alianza Genuina y Duradera”.

El encuentro permitirá evaluar los avances y vacíos pendientes, renovar el compromiso político concentrándose en acciones prácticas y pragmáticas para su posterior implementación, identificar nuevos desafíos emergentes y oportunidades de desarrollo sostenible en estos países, así como los medios para hacerles frente.

Además permitirá identificar prioridades para el desarrollo sostenible en los pequeños estados insulares en desarrollo a fin de que sean consideradas en la agenda de desarrollo posterior a 2015.

Es “un gran desafío” para nuestra organización, dijo Maharaj, sobre la promoción de los intereses de los pequeños estados insulares.

“Cuando pienso en el Caribe y en el desarrollo, creo que es necesario pensar en el desarrollo no solo en términos de cinco, 10 o 15 años”, opinó.

“Me gustaría pensar e imaginar qué será del Caribe en el año 2050, en la época de nuestros nietos y bisnietos y en la que ya no estaremos”, concluyó Maharaj.

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