Etiopía salta al primer plano en foro de la Onudi

Un tejido de algodón blanco hilado en un telar tradicional de Etiopía. La industria textil es una de las más prometedoras del país. Crédito: Salima Punjani/IPS

Con un crecimiento económico anual superior a 10 por ciento y atractivas condiciones de inversión, debidas a los bajos costos de infraestructura y mano de obra, Etiopía busca con ansiedad dejar de ser un país de bajos ingresos para pasar al estatus de ingresos medios en la próxima década.

El país tiene unos 94 millones de habitantes y es el segundo más poblado de África después de Nigeria, pero es predominantemente rural. Apenas 17,5 por ciento de la población vive en áreas urbanas, principalmente en Addis Abeba.

También es una de las economías de más rápido crecimiento del continente. Se prevé que entre 2015 y 2018, Etiopía crezca en promedio 7,3 por ciento, según un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (Onudi).

Desde 2006-2007 a 2012-2013 el crecimiento económico duplicó el ingreso por persona a 550 dólares, y el porcentaje de gente que vive bajo la línea de pobreza cayó de 38,9 en 2004 a 29,6 en 2011.

Pero el gobierno tiene como imperativo la erradicación de la pobreza.

El objetivo oficial de elevar su estatus a país de ingresos medios se considera realista, pero un diplomático asiático acreditado ante la Unión Africana en Addis Abeba dijo que hay motivos para el escepticismo.

[pullquote]3[/pullquote]La razón, a su juicio, es que los inversores continúan enfrentando restricciones comerciales, aunque as inversiones extranjeras directas ascendieron de 0,5 por ciento en 2008 a dos por ciento en 2013,

Según la Onudi, esto se relaciona especialmente con la logística fronteriza. Yibuti, principal puerto comercial utilizado por Etiopía, se encuentra a 781 kilómetros de Addis Abeba, lo que convierte al costo de transporte terrestre un factor crítico.

Es en este contexto que la Onudi eligió a Etiopía, junto con Senegal, como país piloto para su ambicioso programa de “desarrollo industrial inclusivo y sostenible” (ISID, en inglés), que aspira a industrializar países en desarrollo a fin de erradicar en ellos la pobreza y crear prosperidad.

“No hay un solo país en el mundo que haya alcanzado un alto estado de desarrollo económico y social sin haber desarrollado un sector industrializado avanzado”, según el director general de la Onudi, Li Yong.

Lo que distingue al programa de ISID es que “los modos actuales de industrialización no son ni plenamente inclusivos ni adecuadamente sostenibles”, agregó. Por lo tanto, la Onudi no solo promueve la industrialización, sino que también intenta abordar las necesidades y desafíos del mundo globalizado que demandan conceptos orientados al futuro.

Promoviendo la sostenibilidad que debería ser inherente a la industrialización, la Onudi señala que el programa de ISID toma en cuenta factores ambientales junto con sus países y organizaciones asociadas.

También fomenta una industrialización inclusiva en cuanto al reparto de beneficios de la prosperidad generada para todas las partes involucradas, promoviendo así la igualdad social dentro de las poblaciones, así como una distribución equitativa entre hombres y mujeres para garantizar que nadie quede excluido del crecimiento.

Para mostrar cómo pueden cumplirse estos objetivos y para promover el ISID, la Onudi organizó el “Segundo foro sobre desarrollo industrial inclusivo y sostenible en alianzas”, que tuvo lugar los días 4 y 5 de este mes en Viena.

“Tenemos una visión de un mundo justo donde los recursos se optimicen para el bien de la población. El desarrollo industrial inclusivo y sostenible puede ser un vector del éxito”, dijo en la apertura el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon.

[related_articles]Ban, quien es un fuerte promotor de la agenda del desarrollo sostenible, también señaló que, para lograr este objetivo, “el desarrollo industrial debe abandonar los viejos modelos que contaminan”.

“En cambio, necesitamos enfoques sostenibles que ayuden a las comunidades a preservar sus recursos”, agregó.

Los primeros ministros de los dos países pilotos seleccionados para el ISID, el etíope lemariam Desalegn y el senegalés Mahammed Dionne, elogiaron a la Onudi por implementar un programa de asociación.

El ministro de Industria de Etiopía, Mebrahtu Meles, enfatizó que construir zonas industriales acelerará la industrialización, como ocurrió en países asiáticos como China.

Los participantes en el foro expresaron optimismo en cuanto a que Etiopía logre el crecimiento económico mediante un desarrollo industrial inclusivo y sostenible siempre y cuando los líderes se centren en las ventajas comparativas del país al tiempo de mejorar la infraestructura.

Señalaron que la integración regional puede ser clave para el desarrollo del país, y llamaron a una mayor exploración del rol de la Onudi como catalizadora del cambio transformacional.

En particular, se requirieron esfuerzos adicionales para potenciar la productividad en industrias ligeras existentes, como la del procesamiento de alimentos agrícolas, la textil y de la vestimenta, el cuero y sus derivados.

También destacaron la necesidad de diversificarse, lanzando nuevas industrias como la de los metales pesados y los productos químicos, y potenciando las industrias de alta tecnología, por ejemplo en materia de embalaje, biotecnología, electrónica, información y comunicaciones.

Los embajadores de China, Japón e Italia en Etiopía – Xie Xiaoyan, Kazuhiro Suzuki y Giuseppe Mistretta respectivamente–, así como representantes de empresas y bancos de desarrollo, aseguraron la continuación de su ayuda para que Etiopía adopte el camino hacia el desarrollo industrial inclusivo y sostenible, principalmente a través de la Onudi.

 

Editado por Phil Harris

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