ESPAÑA: País Vasco, entre la autonomía y la difícil independencia

El País Vasco evidenció hoy, al conmemorarse 20 años del Estatuto que lo reconoce como región autónoma de España, que su alternativa es perfeccionar este sistema o pugnar por una independencia muy difícil de lograr.

Dos hechos simbolizaron este lunes esa alternativa.

Por un lado, el aniversario se celebró en la capital vasca, Vitoria, pero sólo asistieron los partidos con implantación en toda España: el gobernante Partido Popular, de centroderecha, y los opositores Partido Socialista Obrero Español (PSOE, de centroizquierda) y la coalición Izquierda Unida.

Las dos formaciones nacionalistas moderadas que gobiernan el País Vasco en coalición, el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Eusko Alkartasuna (EA), así como la coalición Eusko Herritarrok (EH, independentista y próxima a la organización ilegal ETA), se abstuvieron de participar.

Las ausencias son llamativas, porque, además de gobernar aplicando este instrumento de rango constitucional denominado Estatuto de Gernika, que fue aprobado en un referéndum abierto a todas las fuerzas políticas el 25 de octubre de 1979.

Además, EH ha declarado públicamente que propugnará la abstención en las próximas elecciones generales, que se deberán celebrar antes de abril del 2000. Y el PNV anunció que próximamente presentará un "proyecto soberanista" para el País Vasco.

El otro hecho es la difusión y las reacciones que generó la convocatoria de ETA al gobierno que preside José Aznar a reabrir el diálogo, con el fin de suspender definitivamente lo que esta organización denomina "enfrentamiento armado con España" y que el Poder Ejecutivo califica de "violencia terrorista".

El 16 de septiembre de 1998, cuando ya llevaba tres meses sin cometer atentados, ETA anunció una tregua unilateral y por tiempo indefinido, que todavía mantiene. Desde entonces se produjo sólo una reunión, en Francia, entre representantes de ETA y del gobierno, en ambos casos con delegaciones de alto rarngo.

El gobierno, apoyado por el PSOE y con la crítica de los nacionalistas moderados, dice que sólo está dispuesto a dialogar sobre el fin de la violencia, sin ningún condicionamiento político.

En la nota con la que convocó a la reanudación del diálogo, ETA propuso que en la próxima reunión se considere si el gobierno está dispuesto a respetar la voluntad y la decisión que libremente adopte el pueblo vasco.

Además, pidió saber cómo garantizará el Estado español ese proceso, y cómo y cuándo "se hará la liberación de los presos políticos vascos".

Por último, planteó que se deberá resolver cómo y cuándo saldrán del País Vasco "las fuerzas armadas extranjeras- españolas".

El gobierno respondió que la nota de ETA "es un ejercicio de propaganda para consumo interno", recordó que el diálogo fue suspendido unilateralmente por la organización independentista y que está dispuesto a dialogar en los términos ya enunciados, o sea sin condicionamientos políticos.

Este lunes, Aznar, ha dicho que "es bastante incomprensible hablar de diálogo y al mismo tiempo decir no voy a las elecciones, porque el mejor diálogo es el de las urnas. Siempre".

Aznar recordó que el Estatuto de Autonomía vasco es el más amplio de Europa, ya que el gobierno y el parlamento autónomos manejan la economía, los impuestos, la policía, el turismo, la educación (bilingüe), el ambiente y otras competencias.

De las habituales en un Estado, sólo carecen de competencia sobre las Fuerzas Armadas, la aduana, los aeropuertos y las relaciones exteriores.

El "proyecto soberanista" del PNV, o el independentismo de ETA y EH reconocen varias dificultades para su concreción.

La más visible es que el nacionalismo reclama un estado que englobe a las provincias de Guipuzcoa, Alava y Vizcaya, que hoy integran el País Vasco como región autónoma de España, y dos provincias bajo soberanía francesa.

El estado que propugnan los nacionalistas también incluiría a la Comunidad Autónoma de Navarra, que decidió en referendum no integrarse al País Vasco sino ser otra región autónoma española.

El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, advirtió el lunes a ETA "que se olvide de reclamar lo que no consiga en las urnas", coincidiendo en ésto con Aznar.

Así, el vigésimo aniversario del Estatuto de Gernika, fue celebrado por los partidos "españolistas", negado por los nacionalistas, incluso de los que en su momento participaron en su redacción, y con la incógnita de si ETA mantendrá el cese de sus acciones violentas o si, ante la respuesta del gobierno, volverá a cometer atentados.

Una incógnita a la que ningún partido político se atreve a contestar. (FIN/IPS/td/mj/ip/99

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