El tabaquismo retrocede en América, pero persisten amenazas

Los cigarrillos electrónicos, empleados por un porcentaje de población joven más elevado en Estados Unidos que en el resto del hemisferio, son también una amenaza para la salud que requiere medidas de contención y restricción, según la Organización Panamericana de la Salud. Foto: OMS

WASHINGTON – Los consumidores de tabaco en América han disminuido, de 28 % de la población en el año 2000 a 16,3 % en 2020, pero es un logro amenazado por la industria del ramo y los cigarrillos electrónicos, advirtió en un nuevo informe la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Los daños siguen siendo enormes, pues “el tabaco causa casi un millón de muertes anuales en la región y es el único producto de consumo legal que mata hasta a la mitad de los que lo consumen”, indicó Alselm Hennis, director del Departamento de Enfermedades no Transmisibles y Salud Mental de la OPS.

En todo el mundo, el tabaco es la causa de más de ocho millones de muertes anuales, siete millones de las cuales son el resultado del consumo directo, mientras que alrededor de 1,2 millones se registran en personas que no son fumadoras pero que han estado expuestas al humo del tabaco.

El consumo de tabaco es el principal factor de riesgo en seis de las ocho mayores causas de muerte en el mundo, así como para las cuatro enfermedades no transmisibles más prevenibles y prevalentes: cardiovasculares, diabetes, cáncer y afecciones respiratorias crónicas.

En el hemisferio la media regional de consumo de tabaco es de 21,3 % en hombres y de 11,3% en mujeres, en comparación con la mundial que asciende a 36,7 % en hombres y 7,8% mujeres.

El informe destaca que unos 900 millones de personas de 35 países de América, 96 % de la población, cuentan con al menos una de las seis medidas de control del tabaco recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), 50 % más que las registradas el año 2007.

Las seis medidas son monitoreo, ambientes públicos sin humo, servicios para abandonar el tabaco, normas sobre empaquetado y etiquetado, prohibición de promoción y publicidad, y aumento de impuestos.

En 26 de los 35 países del hemisferio se ha logrado el máximo nivel de aplicación de al menos una de esas medidas, pero otras, como aumentar los impuestos al tabaco, han avanzado con lentitud, y nueve países todavía no han adoptado ninguna medida.

Brasil es el país con mejor puntuación en la aplicación de esas recomendaciones, seguido de un grupo en el que están Argentina, Canadá, Chile, Costa Rica, Panamá y Uruguay, mientras que los países del Caribe están entre los más rezagados.

América del Sur se convirtió en 2020 en la primera subregión del hemisferio donde está absolutamente prohibido fumar en lugares públicos cerrados, en el trabajo y en el transporte público.

El estudio también advierte sobre la alta disponibilidad y accesibilidad de nuevos productos que pueden contener nicotina, como los cigarrillos electrónicos, y alerta sobre las afirmaciones engañosas que usa la industria del tabaco para ganar consumidores e introducirse en nuevos mercados.

La agencia recomienda a los gobiernos regulaciones que impidan que los no fumadores se inicien en el uso de estos productos, impedir que el consumo de tabaco vuelva a normalizarse en la sociedad, y proteger a las generaciones futuras.

Siete países de América prohíben la venta de sistemas electrónicos de administración de nicotina, y 18 adoptaron medidas parciales para prohibir su uso, limitar su publicidad, promoción y patrocinio, o exigieron advertencias en su empaquetado. Por el contrario, 15 no imponen ningún marco regulador.

Hennis dijo que ante la amenaza del tabaquismo “la respuesta debe ser igualmente agresiva. Las medidas de control funcionan y debemos avanzar más rápidamente en la aplicación de todas ellas”.

Otros hallazgos del estudio, efectuado durante el año pasado, indican que 24 países americanos aplican medidas para proteger de la exposición al humo de tabaco ajeno, y 22 utilizan advertencias gráficas grandes sobre los peligros de fumar en los paquetes de productos que contienen tabaco.

Diez países disponen de sistemas de vigilancia con datos recientes, periódicos y representativos del consumo de tabaco, tanto en adultos como en jóvenes, seis ofrecen ayuda integral para dejar de fumar, y nueve establecen prohibiciones totales sobre la publicidad, promoción y el patrocinio del tabaco.

Entre los 26 países con información sobre cigarrillos electrónicos, Estados Unidos ostenta la prevalencia más alta de consumo de este tipo de cigarrillos en la población joven (19,6 %), y Brasil, la más baja (0,2 %).

Y solo seis Estados (Brasil, Canadá, El Salvador, Estados Unidos, Jamaica y México) han puesto a disposición de la población líneas telefónicas nacionales gratuitas para dejar de fumar, tratamiento accesible de sustitución con nicotina y servicios de apoyo para abandonar el consumo de tabaco.

A-E/HM

 

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