El papel de las legumbres en la recuperación de los suelos

La tierra almacena nutrientes, carbono y microorganismos. Crédito: Xavi Fernández de Castro / IPS
La tierra almacena nutrientes, carbono y microorganismos. Crédito: Xavi Fernández de Castro / IPS

Los suelos sanos no solo hacen que los alimentos sean más nutritivos, también ayudan a mantener el carbono fuera de la atmósfera al almacenarlo bajo tierra.

Sin embargo, en todo el mundo se han degradado más de 500 millones de hectáreas de suelos, lo que causó la pérdida de nutrientes valiosos y liberación de carbono, acelerando el proceso del cambio climático provocado por el hombre.[pullquote]3[/pullquote]

El cambio climático, a su vez, afecta la productividad de los cultivos, lo que genera un ciclo negativo para los agricultores, dijo Lucrezia Caon, consultora de la Alianza Mundial por el Suelo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

«Si degradamos el suelo, admitimos el dióxido de carbono (CO2), que fomenta el cambio climático, y el cambio climático afecta la productividad de los cultivos», explicó a IPS, en un evento relacionado con el Día Mundial del Suelo, que se conmemoró el lunes 5.

El evento se centró en el papel especial que tienen las legumbres en la preservación de los suelos.

Este ha sido el Año Internacional de las Legumbres, luego de que en 2015 se conmemorara el Año Internacional del Suelo.

Entre las legumbres se incluyen las arvejas, los porotos, los garbanzos y las lentejas. Son particularmente populares en el sur de Asia y América Latina.

Las legumbres son generalmente más populares en los países en desarrollo que en el Norte industrializado, señaló Caon.

«Setenta y cinco por ciento de las legumbres se consumen en los países en desarrollo y solo 25 por ciento en los países desarrollados», precisó. Según la FAO, las legumbres se encuentran entre los cultivos más sostenibles.

«Las legumbres son un muy buen aliado en el combate y la adaptación al cambio climático debido al contenido de materia orgánica que proporcionan al suelo», observó Caon.

«Tienen sistemas de raíces profundas que, una vez que se cosechan las plantas o la raíz muere, mantienen el carbono en el suelo», añadió.

Las plantas también mantienen el carbono en el suelo de otras maneras, dijo Caon. Las hojas que caen de las plantas son absorbidas por el suelo como carbono orgánico, mientras que las plantas también estimulan la actividad microbiana, que fomenta materia orgánica adicional.

Las legumbres son buenas para la nutrición y los ingresos, en particular para las mujeres agricultoras que velan por la seguridad alimentaria de sus hogares, como sucede en esta aldea próxima a Lusaka, Zambia. Crédito: Busani Bafana / IPS
Las legumbres son buenas para la nutrición y los ingresos, en particular para las mujeres agricultoras que velan por la seguridad alimentaria de sus hogares, como sucede en esta aldea próxima a Lusaka, Zambia. Crédito: Busani Bafana / IPS

«La materia orgánica del suelo está constituida básicamente por las hojas y los organismos. Es realmente una forma en la que el carbono puede ser absorbido por el suelo y no por la atmósfera en forma de dióxido de carbono, que causa el cambio climático y el efecto de gas invernadero», destacó.

Además, las legumbres son mucho más eficientes en materia hídrica que otras fuentes de proteínas. Según la FAO, solo hacen falta 163 litros de agua para cultivar medio kilo de legumbres, en comparación con 817 litros para la soja y 1.393 litros para el maní.

Los beneficios que aportan las legumbres al suelo también pueden ayudar a combatir la degradación de la tierra, expresó Melchiade Bukuru, director de la Oficina de Enlace de la Convención de la ONU para Combatir la Desertificación.

«Hoy tenemos más de 500 millones de hectáreas degradadas en el mundo que nos están rogando que las devolvamos a la fertilidad», comentó.

«Las legumbres pueden ayudar a restaurar la tierra degradada porque traen fertilidad al suelo», subrayó Bukuru.

El proceso de degradación de la tierra, también conocido como desertificación, ocurre en todo el mundo, explicó. «Setenta y ocho por ciento de la degradación de la tierra ocurre en ecosistemas ajenos al desierto», sostuvo.

«No conozco ningún país que no experimente degradación de la tierra, por lo que es un objetivo global lograr un avance cero (del problema) para el año 2030», destacó el funcionario.

Traducido por Álvaro Queiruga

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