El desarrollo humano retrocede por primera vez en 30 años

El retroceso en el desarrollo humano que causará la pandemia covid-19 puede equivaler, en los países más pobres del mundo, a la pérdida de toda una generación, a medida que se pierdan vidas, empleos y oportunidades de educación para millones de niños.
El retroceso en el desarrollo humano que causará la pandemia covid-19 puede equivaler, en los países más pobres del mundo, a la pérdida de toda una generación, a medida que se pierdan vidas, empleos y oportunidades de educación para millones de niños. Foto: Mark Garter/ONU

El desarrollo humano, una medida que combina niveles de vida, educación y salud en el mundo, retrocederá este año por primera vez desde que se elaboró el concepto en 1990, indicó un estudio del PNUD conocido este miércoles 20.

La merma en el desarrollo humano es una consecuencia de la pandemia covid-19 y del caos que ha generado en las economías y las sociedades, y se dará en la mayoría de los países y en todas las regiones del mundo, según el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo).

En pocos meses, destacó el informe, la enfermedad ha llegado a casi todos los países y territorios. Los infectados son ya más de cinco millones y ha causado la muerte a más de 325 000 personas.

Incluso cuando la enfermedad pase, “sus repercusiones seguirán afectando a la población mundial durante años y en mayor medida a los más vulnerables”.

El PNUD recoge estimados de que el ingreso mundial por persona se reducirá cuatro por ciento. El Banco Mundial advirtió que el virus podría arrastrar a la pobreza extrema a entre 40 y 60 millones de personas este año, y que las regiones de África subsahariana y Asia meridional podrían ser las más afectadas.

El Programa Mundial de Alimentos ha señalado que 265 millones de personas padecerán una crisis alimentaria si no se toman medidas directas, y la Organización Internacional del Trabajo calculó que 300 millones de empleos se pueden perder en los próximos meses.

Las pandemias “sacan a la luz las deficiencias de cada sociedad. La desigualdad creciente ya estaba presente en casi todos los países, y apenas estamos percibiendo las primeras consecuencias económicas y sociales del covid-19”, expuso el informe.

El virus “encontró un terreno favorable para avanzar en un momento en el que más de la mitad de la población mundial carece de servicios sanitarios esenciales y tiene poca o ninguna protección social. Cerca de 100 millones de personas son empujadas a la pobreza extrema por no poder costear una atención médica”.

Según los datos del PNUD, los países desarrollados tienen 55 camas hospitalarias, más de 30 médicos y 81 enfermeros por cada 10 000 habitantes. En los países menos adelantados, en cambio, hay siete camas, 2,5 médicos y seis enfermeros para el mismo número de habitantes.

Incluso algunos elementos básicos, como el jabón y el agua limpia, son un lujo para muchísimas personas.

Esta pandemia “es una crisis sanitaria, y mucho más. Existe el riesgo de que se reviertan logros alcanzados en décadas, y de que se pierda toda una generación, en vidas o en derechos, oportunidades y dignidad”, comentó el administrador del PNUD, Achim Steiner.

También advirtió que las mujeres están particularmente expuestas durante las crisis de salud, porque además de conformar la mayor parte del personal sanitario de primera línea, es probable que deban asumir una carga aún mayor de trabajo doméstico y de cuidado de los hijos y parientes ancianos.

Debido al cierre de las escuelas y las desigualdades en el aprendizaje a distancia, 86 por ciento de los niños en edad de asistir a la escuela primaria, en los países con un bajo nivel de desarrollo humano, no reciben educación, comparado con 20 por ciento en los países con un alto nivel según esa medición del desarrollo.

Otra brecha abierta se origina en que también 86 por ciento de la población mundial carece de una conexión fiable a internet, lo que limita su capacidad para trabajar, continuar con su educación, efectuar trámites o sociabilizar con sus seres queridos.

El PNUD pidió atención especial para África, donde el coronavirus “podría tener consecuencias devastadoras”, pues 55 por ciento de la población vive en condiciones insalubres y de hacinamiento, solo 34 por ciento de hogares cuenta con agua corriente y 71 por ciento de la fuerza laboral depende del trabajo informal.

A-E/HM

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