DERECHOS HUMANOS: EEUU se libra de censuras en la ONU

Estados Unidos, tradicional censurador de regímenes violadores de los derechos humanos, rara vez ha sido formalmente condenado por la ONU a pesar de sus transgresiones.

Pero sus recientes abusos —entre ellos detenciones arbitrarias, tortura y maltrato de prisioneros de guerra capturados en Afganistán e Iraq— fueron momentáneamente analizados por la Asamblea General del foro mundial.

”Estados Unidos se libró de recibir una dosis de su propia medicina. Deberían sentirse felices de que Belarús se haya abstenido de mantener una resolución crítica hacia los abusos estadounidenses”, dijo a IPS un diplomático de África occidental que solicitó reserva sobre su identidad.

Para defenderse de un proyecto de condena por sus violaciones de derechos humanos, Belarús amenazó con presentar una iniciativa acusando a Estados Unidos violar mecanismos para la protección de los prisioneros de guerra incluidos en las Convenciones de Ginebra.

”Mantener a un prisionero incomunicado y la detención secreta son prácticas que deben terminar de inmediato, y el gobierno estadounidense debería asegurar condiciones de reclusión conforme con los criterios internacionales”, indica el proyecto de resolución de Belarús.

Pero este país del Cáucaso retiró formalmente la iniciativa antes de que fuera siquiera debatida en un comité de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) y en la Asamblea General, en la que participan los 192 países miembros del foro.

”La razón básica por la que mi delegación presentó el proyecto era demostrar a la comunidad internacional que ningún país del mundo era inmune a los problemas de los derechos humanos y no se debería, por lo tanto, eximir a ninguno del escrutinio internacional”, dijo el embajador de Belarús en la ONU, Andrei Dapkiunas.

La iniciativa fue ”la primera de su tipo en la historia de la ONU” que alcanza tal objetivo, agregó Dapkiunas.

De haber sido considerada y adoptada, la iniciativa habría urgido a Estados Unidos a ”conciliar sus procedimientos electorales y su marco legislativo con los principios internacionales”, y lo mismo en el caso de las ”condiciones de detención”.

Estados Unidos ”debería implementar una política de tolerancia cero sobre tortura, y urgentes medias para que su legislación sobre seguridad nacional cumpla con las obligaciones del país de acuerdo con relevantes instrumentos internacionales”, agregaba el proyecto.

Las crecientes críticas hacia Estados Unidos se desataron por la suspensión de las libertades civiles y las condiciones más duras de detención implementadas por ese país en nombre de la lucha contra el terrorismoi.

El gobierno de George W. Bush también es objeto de cuestionamientos por no atender las denuncias por excesos de militares contra iraquíes y afganos.

Luego de retirar el proyecto de resolución, Dapkiunas dijo que Belarús estaba ”firmemente convencido” de que el mejor modo de promover los derechos humanos era el diálogo constructivo. Es decir, no con resoluciones de condena hacia abusos cometidos por algún país específico.

Este tipo de resoluciones han sido aprobadas con frecuencia por la Asamblea General respecto de Belarús, Birmania, Corea del Norte, Irán, República Democrática del Congo, Sudán, Turkmenistán y Zimbabwe, ”con frecuencia exagerando intencionalmente la situación con el fin de ejercer presión política”, dijo.

Tales resoluciones constituyeron ”un instrumento de abuso del sistema de la ONU con la finalidad de alcanzar metas políticas unilaterales”, añadió el embajador de Belarús.

Observadores de la gestión de la ONU recordaron que las resoluciones de condena a violaciones de derechos humanos sólo se han referido a países en desarrollo.

Estados Unidos y los países occidentales se han visto libres de cuestionamientos, aun a pesar de que en esas naciones se imponen restricciones a las libertades civiles y se ejecutan condenas de muerte.

El Movimiento de Países No Alineados (Noal), que con 116 países miembros constituye el mayor bloque político en el seno de la ONU, se ha opuesto a las resoluciones en materia de derechos humanos referidas a países específicos.

En una medida que sorprendió al mundo diplomático neoyorquino, el Comité Social, Humanitario y Cultural de la ONU apeló la semana pasada, por 75 votos a favor, 65 en contra y 28 abstenciones a un juego procesal para aprobar una ”moción de no acción” respecto de un proyecto de resolución que condenaba violaciones de derechos humanos en Belarús.

La medida fue condenada por las organizaciones no gubernamentales Amnistía Internacional y Servicio Internacional de Derechos Humanos (ISHR).

”El recurso de las mociones de no acción constituyen un uso malsano de las reglas procesales para impedir que el Comité cumpla con una de sus importantes tareas: considerar la situación de los derechos humanos”, dijo a IPS Michelle Evans, del ISHR.

La Comisión de Derechos Humanos de la ONU, con sede en Ginebra, condenó en su sesión pasada las violaciones cometidas en Belarús, Corea del Norte, Cuba y Turkmeninstán, pero sendas mociones de no acción impidieron que el mismo tratamiento se le diera a China y Zimbabwe.

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