CUBA-BRASIL: Se estrecha una alianza

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, concluyó este viernes una visita de 24 horas a Cuba, con el plato fuerte de un acuerdo para participar en la búsqueda y explotación de petróleo en este país caribeño.

Pese a lo apretado de su agenda, el gobernante del mayor país latinoamericano reservó tiempo para conversar con su amigo Fidel Castro, a quien dijo haber encontrado lúcido, activo y con mucho ánimo. El ex gobernante cubano convalece desde 2006 de una grave dolencia que lo llevó al quirófano en más de una ocasión y lo obligó a alejarse del poder.

"Acabamos hace un instante una larga entrevista con el jefe de la revolución (Fidel Castro)", comentó a periodistas el presidente Raúl Castro, quien acudió, pasado el mediodía, a despedir a su par brasileño al aeropuerto internacional habanero. "Yo solo escuchaba, aprendiendo de los dos", agregó.

Lula reiteró al gobernante cubano su invitación para visitar Brasil y asistir a la Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo, prevista para los días 16 y 17 de diciembre. "Un saludo fraternal…, y pronto nos encontraremos por allá", dijo Castro a medios brasileños.

Ése sería el primer viaje oficial al extranjero de Castro desde que fue elegido presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en febrero. El mandatario calificó esa cita como "muy importante" y la primera en la que caribeños y latinoamericanos se reúnan sin tutela de nadie para enfrentar sus problemas.
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Ambos gobernantes asistieron en las primeras horas de este día a la suscripción de un contrato entre la empresa estatal cubana Cubapetróleos y la Petrobras Middle East BV, filial de la compañía mixta brasileña Petrobras, para la prospección de un bloque situado frente a la Bahía de Matanzas.

Miriam Guaraciaba, portavoz de Petrobras, dijo que la empresa operará en un bloque de 1.600 kilómetros cuadrados, a una profundidad de entre 500 y 1.600 metros, e invertirá inicialmente ocho millones de dólares.

Los dos gobernantes inauguraron la Oficina de la Agencia de Promoción de Exportaciones e Inversiones de Brasil, segundo socio comercial latinoamericano de Cuba, después de Venezuela, y octavo en el plano mundial.

Con una producción en los últimos años de unos 80.000 barriles diarios de crudo, que satisface la mitad de su consumo, Cuba centra sus esperanzas en su zona económica exclusiva del Golfo de México que, según estimados oficiales aún por comprobar, guarda unos 20.000 millones de barriles de petróleo.

A mediados de 1999, el gobierno cubano abrió a licitación 59 bloques de exploración en un área de 112.000 kilómetros cuadrados bajo su jurisdicción en esa zona, en la cual tiene por vecinos marítimos a México y a Estados Unidos.

El optimismo cubano se basa en que esos dos países tienen crudos en sus aguas jurisdiccionales. "Encontraremos petróleo porque los demás tienen alrededor, porque ya estamos extrayendo algo y por la capacidad de la empresa brasileña", dijo Castro, en referencia a las operaciones de búsqueda y producción que se hacen actualmente.

"Si los resultados sísmicos son positivos y existe la posibilidad de que haya petróleo en Cuba, despreocúpate Raúl, podrá estar a 500 metros de profundidad, a 700, a 1.000, a 3.000, a 7.000 metros…, vamos a encontrarlo", afirmó Lula, y aseguró que llevaba "seis años" esperando este acuerdo.

La empresa española Repsol, primera en negociar con Cuba en esa zona, perforó un primer pozo en 2004, con un resultado que satisfizo sólo parcialmente las expectativas iniciales, pero el hallazgo se consideró no viable comercialmente.

Posteriormente, Repsol estableció alianza con otras dos empresas para su prospección en seis bloques de la zona económica cubana y espera recomenzar su búsqueda a mediados de 2009, dijeron recientemente directivos de Cubapetróleos.

Empresas de Noruega, India, Malasia, Venezuela y Vietnam comparten junto a Repsol proyectos en la zona marítima, en tanto firmas de Canadá, Vietnam, China, Venezuela y Francia operan en tierra y aguas someras de la costa noreste del archipiélago, la de mayor perspectiva hasta el momento.

Con más de 118.000 kilómetros de extensión, esa franja de crudos pesados se sitúa entre las bahías de La Habana y Cárdenas, en la occidental provincia de Matanzas, y está dividida en 43 bloques, 15 sobre la costa y 28 en tierra firme. Del total, 10 bloques están contratados, uno en fase de negociación y 32 aún se encuentran disponibles.

Tras firmar el contrato petrolero, los dos mandatarios visitaron las instalaciones del estado mayor de la Defensa Civil cubana, institución rectora de todo el sistema de prevención y mitigación de riesgos por desastres naturales como los huracanes que impactan con frecuencia este archipiélago. La agenda de Lula incluyó conversaciones oficiales con Raúl Castro, poco después de su llegada a la capital cubana, en horas de la tarde del jueves. Una información oficial indicó que en ese encuentro el brasileño ratificó su disposición a continuar colaborando con la recuperación de los daños causados por los huracanes Ike y Gustav.

Este fue el tercer viaje de Lula a Cuba como presidente y el segundo este año. En enero realizó una visita tan breve como última, y dejó firmado, entre varios "instrumentos jurídicos", el memorando de entendimiento en materia petrolera que se acaba de poner en marcha.

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