La población de Chile tiene deudas de consumo equivalentes a 7,6 por ciento del producto interno bruto (PIB), relación que es la mayor en América Latina, según señaló a IPS un experto de Consumers International (CI).
El economista Claudio Lara, de la oficina regional de CI para América Latina, con sede en Santiago, agregó que el endeudamiento de los chilenos debe estar entre los más altos del mundo, aunque no se dispone de estadísticas sistemáticas al respecto.
Chile tiene una de las mayores tasas latinoamericanas de "bancanización", término que alude al desarrollo del crédito bancario y de las instituciones financieras, lo cual explica esta gran propensión al endeudamiento, explicó Lara.
La compra a plazos de alimentos, vestuario y otros artículos de consumo inmediato es más difundida en las capas medias y pobres, mientras está comprobado que en los altos ingresos la tasa de endeudamiento es menor, puntualizó el experto.
Un informe de la empresarial Cámara Nacional de Comercio difundido el martes señaló que las deudas de consumo de los chilenos sumaban hasta abril de este año un total de 6.085 millones de dólares.
Este monto, equivalente a 7,6 por ciento del PIB, reune las deudas contraidas tanto con las casas comerciales como con el sistema financiero e indica un incremento del orden de 30 por ciento en relación a la registrada en abril de 1996.
La afición de los chilenos por el llamado "dinero plástico" (tarjetas de crédito) preocupa a las autoridades económicas, en tanto constituye un incentivo para el consumismo que compromete el cumplimiento de las metas antinflacionarias.
Las tarjetas más tradicionales, que administran los bancos e instituciones financieras, extendieron hasta abril créditos por 4.862 millones de dólares, con un crecimiento de 30,3 por ciento en el año considerado en el estudio.
En el endeudamiento a través de las tarjetas que emiten directamente las grandes tiendas comerciales llegó a su vez a 1.223 millones de dólares, con un incremento de 32,4 por ciento, según el informe de la Cámara Nacional de Comercio.
Los créditos directos de las casas comerciales tuvieron incrementos explosivos de 101,4 por ciento en 1994 y de 55,3 por ciento en 1995 y ahora el sistema está llegando a una fase de "madurez", según Alfonso Mujica, presidente de la cámara.
En Chile, país de unos 14 millones de habitantes, el dinero plástico opera a través de 6,8 millones de tarjetas de crédito actualmente vigentes, de las cuales 1,6 millones corresponden a los bancos y 5,2 millones a las casas comerciales.
El promedio de endeudamiento por tarjeta bancaria es de unos 500 dólares y de 230 dólares en el caso de los plásticos de tiendas comerciales, cuyo número creció de 3,8 millones de unidades en 1996 a los 5,2 millones de unidades de este año.
Este incremento, del orden de 37,6 por ciento, redujo el monto de endeudamiento por tarjeta, lo cual no significa una baja de los créditos contraídos por los hogares o personas, ya que un mismo usuario puede acceder a más de una tarjeta.
De hecho, la "gimnasia crediticia" se multiplica por el fácil acceso al dinero plástico, que permite contraer deudas con una financiera para pagar compromisos comerciales o buscar un nuevo proveedor cuando se cae en morosidad con el anterior.
Es muy probable que el próximo año se produzca una reducción en el número de tarjetas de crédito extendidas por las casas comerciales, como consecuencia de la Ley de Defensa del Consumidor, que entró en vigencia en junio último.
Este texto recogió una de las demandas fundamentales de las organizaciones de consumidores y obliga a las grandes tiendas a informar con precisión a los clientes acerca de las tasas de interés, gastos de cobranza y plazos de pago.
La Ley de Bancos expedida en septiembre determina igualmente la creación de un sistema que proporcione información consolidada sobre las deudas de consumo contraídas por una misma persona, lo cual fue impugnado por el Tribunal Constitucional.
La impugnación, que invoca "el legítimo derecho a la privacidad de las personas", es respaldada por los gremios de comerciantes, los cuales prefieren que el mercado crediticio siga gozando de un margen de liberalidad, aunque no de transparencia.
El presidente de la Cámara Nacional de Comercio apuntó que la morosidad en los créditos de consumo llegó este año a dos por ciento, tasa que consideró normal de acuerdo a las proyecciones económicas del país.
Según Mujica, el consumo en Chile tenderá a crecer en dos a tres puntos sobre el PIB y el ingreso per cápita del país, de 5.500 dólares anuales en la actualidad, debe incrementarse a 7.000 dólares en el año 2000.
Bajo estos parámetros, no sólo tenderían a crecer las demandas de consumo y consiguientemente los créditos y el endeudamiento, sino que incluso la tasa de morosidad remontaría en los próximos años el 2,5 por ciento, de acuerdo al dirigente empresarial. (FIN/IPS/ggr/dg/if/97
