Atentado en centro educativo afgano causa 20 muertes

Niñas leen libros de texto en una escuela de Dasht-e-Barchi, en el oeste de Kabul habitado por afganos de la etnia hazara donde el 30 de septiembre un atentado suicida cobró al menos 20 vidas de jóvenes estudiantes, niñas y jóvenes, que practicaban para una prueba de acceso a la universidad. Foto: Shehzad Noorani/Unicef

NACIONES UNIDAS – La muerte de al menos 20 personas por un atentado suicida en un centro educativo de la capital de Afganistán, en su mayoría mujeres jóvenes que hacían exámenes de prueba, produjo consternación en las Naciones Unidas y acusaciones contra el gobierno talibán como incapaz de proteger a las minorías.

“Estamos profundamente entristecidos por este despreciable ataque en un centro de aprendizaje en Afganistán, que una vez más ha truncado vidas, esperanzas y sueños para tantos”, expresó Catherine Russell, directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Un atacante suicida llegó este viernes 30 al centro de matrícula de Kaaj, en el área de Dasht-e-Barchi, oeste de la ciudad de Kabul, disparó a los guardias fuera de la instalación e ingresó a un salón de clases repleto de estudiantes que rendían exámenes de prueba para acceder a la universidad.

Allí el atacante detonó una bomba que causó la muerte de 20 personas e hirió a otras 30, tanto en el aula como en espacios cercanos, y la mayoría de las víctimas son jóvenes, niñas y niños.

Dasht-e-Barchi es una zona donde viven principalmente personas de la etnia hazara, de lengua persa, que habita principalmente en el oeste de Afganistán, y son de confesión chií, una rama del islam distinta a la suní, mayoritaria en el país.

Aunque ningún grupo reivindicó de inmediato el atentado, la comunidad hazara chií es blanco de la hostilidad y ataques del movimiento fundamentalista Estado Islámico (Isis), que ha marcado con violencia sus diferencias con la milicia talibán que se adueñó del poder en Kabul en agosto del año pasado.

El relator especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Afganistán, Richard Bennett, advirtió en un informe el 6 de septiembre que las comunidades hazara han sido objeto de múltiples formas de discriminación, lo que afecta negativamente sus derechos económicos, sociales, culturales y humanos.

“Hay denuncias de detenciones arbitrarias, torturas y otros malos tratos, ejecuciones sumarias y desapariciones forzadas. Se informa de un aumento de los discursos incendiarios, tanto en línea como en algunas mezquitas durante las oraciones de los viernes, incluso pidiendo que se mate a los hazaras”, dijo Bennett.

La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (Umana) emitió una declaración en la que expresó que “la familia de la ONU condena el ultraje, extendiendo sus profundas condolencias a todos los que están de luto”.

Unicef, en su declaración, se declaró “consternado por este acto atroz que cobró la vida de decenas de niñas, niños y adolescentes e hirió gravemente a muchos más, que practicaban para el examen de ingreso a la universidad”.

“Niños y adolescentes nunca deben ser el blanco de la violencia. Unicef recuerda a todas las partes en Afganistán que se adhieran y respeten los derechos humanos y garanticen la seguridad y protección de todos los niños y jóvenes”, indicó el texto.

El secretario general de la ONU, António Guterres, reiteró su llamado a todas las partes para que garanticen la protección de los civiles, y pidió “a las autoridades de facto, que protejan los derechos de todos los afganos, independientemente de etnia o género, para acceder a la educación de manera segura”.

Por su parte, la organización de derechos humanos Amnistía Internacional (AI) declaró que las explosiones en Kabul “son señal del fracaso total de los talibanes para proteger a las minorías”.

“Desde que tomaron Afganistán, los talibanes han hecho prácticamente nada para adoptar medidas de proteger a la población, especialmente las personas de la minoría chií hazara, que han sido sistemáticamente blanco de ataques”, dijo Samira Amidi, responsable de campañas de AI para Asia meridional.

La mayoría de los ataques han sido perpetrados por Isis en escuelas, mezquitas, centros de formación y espacios públicos, recordó la organización.

Un informe de Umana registró que en menos de un año desde que los talibanes tomaron el poder (agosto de 2021 a junio de 2022), en Afganistán se registraron 2106 víctimas civiles, 700 muertos y 1406 heridos.

A-E/HM

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