ELECCIONES-EEUU: Comunidad judía muestra postura moderada

La comunidad judía en Estados Unidos tiene una postura hacia Medio Oriente bastante más conciliadora de lo que se suele creer, y su influencia sobre los candidatos con vistas a las elecciones presidenciales de noviembre puede llegar a bastante significativa.

La mayoría de los entrevistados para un estudio divulgado el miércoles por la organización judía J Street se inclinaron por la opción diplomática en el conflicto con Irán, están a favor de la solución de los "dos estados" (uno palestino y otro israelí) y abogan por el retiro de las fuerzas estadounidenses de Iraq.

También apoyan por un amplio margen al candidato por el opositor Partido Demócrata, senador Barack Obama, frente al del gobernante Partido Republicano, John McCain, para las elecciones presidenciales de noviembre.

Mientras Washington se prepara para una de las mayores reuniones organizadas por Cristianos Unidos por Israel (CUFI), del pastor John Hagee, la semana próxima, la encuesta reveló que la comunidad judía es bastante escéptica respecto de tener alianzas políticas con organizaciones evangélicas de derecha.

"Existe una gran diferencia entre la actitud que efectivamente tienen los judíos estadounidenses y lo que se cree que piensan del papel de Estados Unidos en el conflicto árabe-israelí", remarcó Jim Gerstein, de Gerstein/Agne, la empresa encargada del estudio.
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Los 800 judíos encuestados desaprueban totalmente la política del gobierno de George W. Bush en Medio Oriente.

Ochenta y tres por ciento de los entrevistados desaprueban la gestión de Bush, en cambio 16 por ciento la aprueba.

Además, 61 por ciento de los encuestados no coinciden con la forma en que Washington lleva adelante la guerra en Iraq frente al 25 por ciento que sí la aprueba.

Ochenta y siete por ciento de los entrevistados está a favor de que Estados Unidos tenga un papel activo en el proceso de paz árabe-israelí, y 70 por ciento piensa que este país debe presionar a ambos bandos a fin de alcanzar la paz.

Setenta y cinco por ciento de los encuestados se inclina por la propuesta de dos estados como forma de fortalecer la seguridad israelí, y 72 por ciento considera que esa solución también es importante para los intereses estadounidenses.

La afirmación "Israel sólo puede obtener verdadera seguridad mediante acuerdos de paz", contó con la aprobación de 50 por ciento de los entrevistados, a diferencia del 34 por ciento que prefirió "Israel sólo podrá alcanzar verdadera seguridad manteniendo su superioridad militar".

Respecto de Irán, 69 por ciento de los encuestados dijeron que era más probable que votaran a un candidato que rechace la estrategia de Bush de mantener una "diplomacia fuerte" con ese país, en tanto 21 por ciento respondieron que es menos probable.

Sin embargo, la opinión de los entrevistados sobre una acción militar contra Irán es ambigua.

Cuarenta y ocho por ciento de los encuestados dijeron que era más probable que votaran por un candidato cuya postura incluyera atacar a ese país si insiste en mantener su programa nuclear o apoyar un ataque israelí preventivo, frente a 41 por ciento para los cuales era menos probable.

Por un amplio margen, de 64 contra 24 por ciento, los entrevistados se inclinaron por iniciar el retiro de efectivos estadounidenses de Iraq.

Dadas esas opiniones y los antecedentes electorales de la comunidad judía de este país, puede no sorprender que los encuestados expresaran una marcada preferencia por el senador Barack Obama.

Sesenta y dos por ciento dijeron que era más probable que voten al precandidato demócrata, frente a 32 por ciento que lo haría por su contrincante, el senador John McCain.

El apoyo a Israel no está entre las prioridades de los encuestados.

Sólo ocho por ciento de ellos señalaron que el Estado judío era uno de los dos asuntos más decisivos para elegir candidato para los comicios de noviembre.

Para 55 por ciento de los entrevistados es mucho más importante la economía y para 33 por ciento, la guerra de Iraq.

El estudio se publica en un momento crítico de la campaña electoral.

Los judíos estadounidenses representan sólo alrededor de dos por ciento de los casi 304 millones de habitantes de este país, pero su excepcional concurrencia a las urnas les da casi el doble de fuerza.

La comunidad judía se concentra en varios estados "swing" (oscilantes), en los que no hay una mayoría histórica clara de republicanos o demócratas, como Florida, Illinois, Nueva Jersey, Ohio y Penssylvania, por lo que es probable que sus integrantes sean decisivos en caso de que las elecciones de noviembre estén parejas.

Además, el aporte de contribuyentes judíos al Partido Demócrata suele ser muy significativo, al representar, por ejemplo, la mitad de la financiación recibida por los candidatos al Senado de esa agrupación en las últimas elecciones legislativas.

La opinión de los judíos estadounidenses puede llegar a incidir en la postura que adopten los candidatos en tiempos electorales, al poner en entredicho la creencia de que prefieren una política dura para solucionar el conflicto en Medio Oriente.

Esa visión muy difundida es en parte producto, según sus críticos, del peso que tiene el conservador Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel (AIPAC, por sus siglas en inglés) en la definición de la política hacia el Estado judío.

La organización J Street, responsable del estudio, fue creada en abril de este año justamente porque sus fundadores consideraban que las posturas más moderadas de los judíos estadounidenses no son tenidas en cuenta por Washington.

"La encuesta no hace más que confirmar la impresión que teníamos de que los funcionarios elegidos interpretaron realmente mal a la comunidad judía por no apartarse de los integrantes más ruidosos e influyentes de la comunidad", señaló el director ejecutivo de J Street, Jeremy Ben-Ami.

El estudio también coincidió con un momento fuerte en Washington, al celebrarse la próxima semana la reunión de la organización evangélica CUFI, del pastor John Hagee.

Las posturas de Hagee fueron muy controvertidas y llevaron a John McCain a renunciar a su apoyo a principios de este año.

Entre otras cosas, Hagee sostiene que los cristianos deben promover un estado israelí íntegro, y que es necesario enfrentarse con Irán para precipitar el Armageddon.

También señaló que Hitler fue un "cazador" bíblico necesario para obligar a los judíos a asentarse en Israel.

Pero Hagee mantuvo sus vínculos con AIPAC y con importantes halcones (ala más belicista en el gobierno), como el senador Joseph Lieberman, quien hará una declaración clave en la reunión de CUFI del 22 de este mes.

Hagee declaró al periódico The Jerusalem Post en 2006 que veía a CUFI como una "versión cristiana de AIPAC".

El estudio de J Street también mostró la poca simpatía que la comunidad judía tiene por Hagee y su organización.

Cincuenta y un por ciento de los encuestados dijeron tener una impresión negativa de CUFI antes de que se les mencionara la organización, respecto del 19 por ciento que tienen una impresión positiva.

Tras conocer las políticas hacia Israel de CUFI, 78 por ciento de los entrevistados consideraron que instituciones y líderes judíos no deberían forjar alianzas con esa organización.

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