POBREZA: Llamado global no se oyó en América Latina

Organizaciones civiles de América Latina consideraron que hubo escasa difusión y poca movilización regional para la campaña global «Levántate contra la Pobreza» pues no se tomaron en cuenta prioridades y agendas propias de la región.

Este semana, luego de concluida la campaña, se realizó una videoconferencia con representantes de organizaciones de Brasil, Ecuador, Perú, Santo Domingo, Argentina y Uruguay, en la que todos coincidieron en esa percepción, según dijo a IPS el argentino Jorge Carpio, director de FOCO-Foro Ciudadano de Participación por la Justicia y los Derechos Humanos.

La movilización, conducida por el Llamado Mundial a la Acción contra la Pobreza (GCAP, por sus siglas en inglés) se extendió desde el 16 de septiembre y culminó los días 15 y 16 de octubre con la consigna "Levántate".

Factores que contribuyeron a la poca resonancia de la campaña en América Latina, según indicaron organizaciones sociales promotoras, fueron la elección de la consigna, el desconocimiento de los calendarios nacionales y la falta de inserción en las agendas latinoamericanas.

Algunas organizaciones sociales latinoamericanas consideraron que el debate en la región es principalmente por la distribución equitativa de la riqueza. América Latina es la región del mundo con mayor desigualdad entre ricos y pobres.
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"La lucha contra la pobreza en nuestros países puede encontrar a la izquierda unida con la derecha, pero si planteamos el combate contra la desigualdad entonces la consigna es muy diferente y recoge distintas adhesiones", opinó Carpio.

"Propusimos este eje a los organizadores, pero en el Norte esto no se entiende muy bien", agregó. Carpio informó que en una reunión en Beirut se aceptó la idea de cambiar la consigna por "Alianza por la igualdad", pero finalmente no prosperó.

FOCO es la representante argentina del GCAP, una red que congrega a decenas de organizaciones sociales y no gubernamentales en todo el mundo para protestar contra la pobreza.

En cambio, Jair Barbosa Jr., del brasileño Instituto de Estudios Socioeconómicos (Inesc), dijo a IPS que "hubo inclusión de la consigna en las plataformas de la región y en el GCAP internacional".

Pero "la campaña tuvo sus presupuestos aprobados solamente en el segundo semestre. Todo esto ha provocado atraso y críticas a la forma como la articulación fue desarrollada", añadió Barbosa, aclarando que sólo podía opinar a nombre del Inesc, una entidad no gubernamental que ejerce la secretaría ejecutiva del GCAP en Brasil.

El año pasado, el GCAP convocó a multitudinarios encuentros, como los conciertos Live 8 y las manifestaciones en torno a la cumbre del Grupo de los Ocho países más poderosos del mundo, celebrada en la ciudad escocesa de Gleneagles.

Este año logró establecer un nuevo récord Guinness al sumar más de 23 millones de personas de pie protestando contra la pobreza en diversas partes del mundo en el lapso de 24 horas, entre el domingo 15 y el lunes 16. El GCAP agrupa a 150 millones de personas.

En Asia se realizaron movilizaciones masivas, entre las que se destacan medio millón de jóvenes de pie en Bangladesh, y cientos de miles que se levantaron durante un minuto en el concierto musical contra la pobreza en los barrios marginales de Mbare, en Harare, capital de Zimbabwe.

Sin embargo, en América Latina las actividades masivas no fueron realmente movilizaciones, sino aprovechamiento de multitudes reunidas con ocasión de encuentros futbolísticos.

¿Qué ocurrió en esta región donde hay 222 millones de pobres sobre un total de población estimado en 500 millones? ¿Hay indiferencia ante los 53 millones de desnutridos?

Nada más lejos de eso. En América Latina hay miles de organizaciones cuyo quehacer cotidiano es el trabajo social contra la pobreza, con actividades para promover desde el acceso a la vivienda, la alimentación y el agua, hasta la protección de los derechos humanos, de la mujer y de los menores.

"El consenso sobre la necesidad de combatir la pobreza es el mismo en todo el mundo, pero en América Latina no tenemos aún esa cultura de compartir una acción global, nuestra impronta nacional es más fuerte", sostuvo Carpio.

El hecho de que la movilización del GCAP se haya presentado unida a la campaña por los Objetivos del Desarrollo del Milenio (ODM), impulsada por las agencias de la Organización de las Naciones Unidas, parece también haber incidido negativamente en la movilización de organizaciones sociales de algunos países.

"Para Brasil este fue un punto central. Desde 2005, hacemos críticas al vínculo del GCAP con los ODM, pues defendemos una ampliación de las metas establecidas y creemos que, tal como están, no son suficientes para superar los problemas nacionales", sostuvo el brasileño Barbosa.

Varios gobiernos aprovecharon para promover actos sobre sus estrategias contra la pobreza bajo la sombrilla de las agendas nacionales del llamado "Levántate".

Pero hay otras razones que explican la escasa adhesión. "La dinámica interna de los países latinoamericanos es la que impone la agenda, si la campaña de acción global no se instala en ese marco, es difícil que tenga impacto", resumió el activista argentino Carpio y dio algunos ejemplos de lo que está ocurriendo en la región.

En su país, el 17 de octubre, Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, es una fecha emblemática del gobernante Partido Justicialista. Este año, los restos del fundador y líder de esa colectividad, Juan Domingo Perón, fueron trasladados desde el cementerio hasta un mausoleo levantado para la ocasión.

"La fecha está teñida de otras iniciativas del campo popular, y una propuesta de este tipo siempre corre riesgo de ser tergiversada o también ignorada", explicó Carpio.

También influyó la inactividad propia del feriado del 12 de octubre, fecha que conmemora la llegada de los españoles a América en 1492, y que en muchos países fue trasladado al día 16.

En Ecuador y en Brasil, las respectivas campañas para segunda vuelta de las elecciones presidenciales "ahogaron cualquier otra propuesta". "Hubo actos en esos países, pero pasaron totalmente desapercibidos porque no se hicieron en el marco de las campañas proselitistas", opinó Carpio.

El brasileño Barbosa, del Inesc, opinó que "las fechas fueran establecidas sin considerar la agenda electoral, y esto ha creado dificultades para la articulación de acuerdos y vehículos mediáticos. Lo mismo ocurrió con los movimientos sociales, porque estaban metidos en la campaña presidencial".

A juicio del activista, "hubo dificultades para involucrar a organizaciones y movimientos sociales. Nuestra evaluación es que las campañas necesitan ser más abiertas en su construcción para considerar las dinámicas de cada continente y de países sin los cuales pueden no lograr una gran adhesión".

Un ejemplo citado por Carpio de cómo un país latinoamericano trabaja unido por el desarrollo es el Frente Nacional contra la Pobreza que se formó al comienzo de este milenio entre organizaciones sociales y sindicales de Argentina.

Sus miembros elaboraron una propuesta específica para erradicar la pobreza y la desigualdad y recogieron más de cuatro millones de firmas en una consulta popular convocada por el Frente. "Esa iniciativa prosperó porque se hizo en el marco de una campaña contra el gobierno de Carlos Menem (1989-1999)", aseguró.

En Argentina ambién hubo dificultades de carácter local. En las escuelas era necesario que los sindicatos de maestros y profesores —comprometidos con el GCAP— informaran a los estudiantes y a los padres. "No podíamos arriesgarnos a lanzar la campaña en todas las escuelas y que luego los padres nos acusaran de utilizar a sus hijos con fines políticos", comentó Carpio.

Por eso, en este caso, los organizadores propusieron que cada quien organizara el acto en su lugar, fuera una escuela, una plaza o un local barrial, y así se identificaron 16 actos. Pero el impacto en la opinión pública, que era el objetivo del llamado, fue nulo. Ningún medio de comunicación masivo aludió a la jornada en Argentina.

"Nos enteramos ayer, cuando nos llegaron los afiches", dijo a IPS un portavoz de la Central de Trabajadores Argentinos. "Es la gente de CTERA (Confederación General de Trabajadores de la Educación) la que se ocupaba de esta campaña", agregó. Pero IPS habló con los supuestos encargados y tampoco sabían del GCAP.

* Con aportes de Ángela Castellanos y Diana Cariboni (Montevideo).

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