ECONOMÍA-ZAMBIA: Crece resistencia a inversiones chinas

La alta votación en dos zonas populosas de Zambia obtenida en las pasadas elecciones por Michael Sata reflejan, según expertos, el cada vez mayor descontento por los efectos de la creciente presencia de China en el país, de la cual es un crítico exacerbado este frustrado candidato presidencial.

Sata, quien fue superado por el presidente Levy Mwanawasa, puso la situación laboral en la minería del cobre y en el comercio en el centro de su campaña electoral. "Ellos (los inversores chinos) maltratan a nuestra gente, y eso es inaceptable. No vamos a aprobar a los inversores explotadores. Este país pertenece a los zambianos", arengó en su intento por conquistas votos.

Mwanawasa fue reelegido en los comicios del 28 de septiembre, pero Sata obtuvo una abrumadora mayoría de votos en la capital, Lusaka, y en la central provincia de Copperbelt, donde los comerciantes e inversores chinos tienen una fuerte incidencia en la economía.

Pese a las cordiales relaciones existentes entre ambos países, el resentimiento hacia el empresariado chino está ampliamente difundido entre pequeños empresarios y trabajadores zambianos magramente pagos.

Neo Simutanyi, un politólogo de la Universidad de Zambia, dijo que el sentimiento antichino que Sata despertó durante la campaña electoral le hizo ganar votantes en Lusaka y Copperbelt.

Simutanyi cree esa actitud crítica de Sata le ganó adhesiones entre quienes sufren las prácticas laborales, especialmente de empresarios chinos, quienes son frecuentemente acusados de ser los principales culpables de emplear mano de obra informal, con salarios más bajos y sin cobertura de seguridad social.

Según la embajada china en Zambia, las inversiones de sus ciudadanos en la economía de Zambia superan los 300 millones de dólares, distribuidos en 160 empresas que emplean a más de 10.000 trabajadores.

En otra instancia, Sata manifestó que "las relaciones exteriores deben beneficiar a todos los involucrados. No deben ir en una sola dirección".

"Las inversiones chinas no agregaron ningún valor a las vidas de los ciudadanos de Zambia. Queremos inversores, locales y extranjeros, que agreguen valor", apuntó.

Sata no está solo. La Federación de Sindicatos Libres de Zambia respaldó su campaña, y líderes de trabajadores hicieron acusaciones similares.

Mwanawasa defendió a los chinos cuando Sata amenazó por primera vez con revisar los contratos del Estado si llegaba al poder. Luego, Mwanawasa coincidió con la queja generalizada sobre la calidad de las inversiones, diciendo que ordenaría arrestar y llevar a juicio a inversores en las minas de cobre que infringieran las leyes laborales.

Aunque el presidente no identificó a los chinos de los que hablaba, generalmente se cree que eran ellos a quienes se refería, dado que los empresarios procedentes del gigante asiático fueron acusados de maltratar a los mineros.

Esos sentimientos se volvieron más pronunciados debido a las deterioradas condiciones laborales en las fábricas de dueños chinos. Para la mayoría de los residentes Copperbelt ("cinturón de cobre", en inglés), que alberga a la mayoría de las minas de cobre en Zambia, todavía están frescos los recuerdos de la explosión de la fábrica BGRIMM.

En abril de 2005, BGRIMM, una planta de manufacturación de explosivos, estalló con obreros encerrados en su interior. Murieron por lo menos 40 trabajadores. El hecho despertó preguntas sobre por qué todos los obreros chinos escaparon. Los pedidos de indemnización tampoco fueron atendidos.

En otro incidente, seis trabajadores fueron fusilados en una mina administrada por chinos a comienzos de este año, luego que reclamaron una mejora en las condiciones laborales.

Las Textiles Zambia-China Mulungushi, del país africano, han luchado por sobrevivir pese a las inversiones asiáticas, siendo cerradas varias veces.

Comerciantes zambianos en Lusaka también están descontentos con sus pares chinos, que han puesto locales de venta en el mercado de Kamwala, el punto más antiguo de la ciudad que históricamente fue dominado por indígenas zambianos.

Los comerciantes dicen que desde que los chinos se instalaron, hace pocos años, el negocio textil no volvió a ser el mismo, pues introdujeron vestimentas baratas que alejan a los clientes de las empresas zambianas.

"Desde que llegaron los chinos las cosas empeoraron para nosotros. En el pasado nos iba bien", dijo Mwamba Chibesa, una comerciante de Kamwala.

Su colega Charity Besa coincide en que ahora la gente prefiere comprar ropa china barata en vez de "salaula", de segunda mano, que dieron lugar al auge de la industria para los comerciantes zambianos desde 1991, el año en que este país ingresó a una economía de libre mercado.

Es a personas como Mwamba, Charity y quienes dependen de ellas —jóvenes desempleados— a los que Sata apeló ampliamente. Los inversores chinos simplemente se vuelven la encarnación de todo lo que amenaza los medios de vida de los zambianos.

La presidenta de la Federación de Sindicatos Libres de Zambia, Joyce Nonde, culpa a las débiles leyes del país, que permiten a inversores extranjeros abusar impunemente de los trabajadores zambianos.

Fackson Shamenda, director regional del capítulo africano de Union Network International (Red Internacional de Sindicatos) y ex presidente del Congreso de Sindicatos de Zambia, coincide en que es necesario fortalecer las leyes laborales y de inversiones para volverlas más favorables a los trabajadores zambianos.

Shamenda, quien asumió la dirigencia del Congreso de Sindicatos de Zambia de manos del segundo presidente del país, Frederick Chiluba (1991-2002), dijo que las leyes deberían especificar qué puestos pueden ser ocupados por extranjeros en una compañía de capitales extranjeros.

Actualmente, los inversores colocan en puestos jerárquicos a su propio personal, aunque haya disponibles zambianos calificados para desempeñarse en los mismos.

Irónicamente, esto va contra un telón de fondo de fuertes vínculos económicos y políticos entre Zambia y China, que se remontan a los días previos a la independencia.

China expresó interés en ayudar al país a construir un estadio deportivo que requerirá una inversión multimillonaria en dólares. Zambia se prepara para albergar los Juegos Panafricanos en 2011, pero no cuenta con un estadio adecuado para este acontecimiento. (FIN/IPS/traen-js/dm/ic/if lb ip/06)

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