Ochenta y ocho por ciento de la comunidad árabe sunita de Iraq apoya los ataques contra las fuerzas de Estados Unidos en el país del Golfo, proporción que se reduce a 41 por ciento entre los chiitas y 16 por ciento entre los kurdos, según una encuesta.
El sondeo publicado este martes es el último de una serie iniciada tras la invasión de marzo de 2003, a cargo del Programa de Actitudes en Política Intenacional (PIPA) de la estadounidense Universidad de Maryland para el sitio de Internet WorldPublicOpinion.org.
A pesar de la hostilidad hacia la ocupación, apenas 35 por ciento de los iraquíes entrevistados para el sondeo —la mayoría de ellos pertenecientes a la minoría árabe sunita— creen que las fuerzas de la coalición ocupante deberían retirarse en un plazo de seis meses.
El escepticismo sobre los planes estadounidenses en Iraq es particularmente pronunciado en la población sunita, con posiciones mucho más negativas sobre todos los aspectos de la vida en ese país tras la invasión que la mayoría chiita y que los kurdos, predominantes en el norte.
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La mayoría de los 26 millones de iraquíes son chiitas (62 por ciento), la población hegemónica en el sur, mientras en el centro predominan los sunitas (35 por ciento), el grupo islámico dominante en el mundo árabe y también en el régimen del hoy prisionero ex presidente Saddam Hussein.
En cuanto a la composición étnica de la población, los árabes constituyen tres cuartas partes, mientras los kurdos, la mayoría de los cuales profesan el Islam sunita, suman 20 por ciento.
Esta comunidad es mayoritaria en el norte, pese a la campaña de limpieza étnica implementada en el área por el régimen de Saddam Hussein, en cuyas postrimerías gozaron de autonomía territorial al amparo de las fuerzas aéreas de Estados Unidos y Gran Bretaña.
A pesar de la fuerte participación árabe sunita en las elecciones parlamentarias de diciembre, 88 por ciento de los encuestados de esa comunidad aprueban los "ataques contra fuerzas lideradas por Estados Unidos" en Iraq, 77 por ciento, incluso, con una "fuerte aprobación".
Es un grado de hostilidad que presenta un gran desafío para los representantes de Washington que hoy negocian con líderes insurgentes chiitas, diálogo del cual informó la revista estadounidense Newsweek en su última edición.
En cambio, 41 por ciento de los chiitas entrevistados para la encuesta, publicada este martes, manifestaron apoyo a los atentados, y lo mismo respondieron 16 por ciento de los kurdos, el más proestadounidense de las tres comunidades.
La investigación de PIPA constó de 1.150 entrevistas a iraquíes seleccionados al azar en las 18 provincias de Iraq y realizadas a comienzos de enero, tres semanas después de las elecciones.
Si bien los árabes sunitas tuvieron una representación excesiva en la muestra, los técnicos que computaron los resultados calibraron las respuestas de acuerdo con las proporciones reales.
Las conclusiones de la encuesta, publicados mientras transcurren arduas negociaciones en Bagdad por la constitución de un nuevo gobierno, tornan aun más complicado el panorama que afronta la administración de George W. Bush.
La aprobación de la gestión presidencial en Estados Unidos ha caído peligrosamente en el último año, en parte debido a la percepción de que el gobierno carece de un plan viable para Iraq, a pesar de que la oposición y expertos en relaciones exteriores reclaman un cronograma para la retirada de los 140.000 soldados estadounidenses.
La encuesta en Iraq refleja un considerable escepticismo sobre las frecuentes promesas de Bush de no mantener a las tropas "un día más" de lo necesario para asegurar la estabilidad del país.
Ochenta por ciento de los entrevistados (79 por ciento de los chiitas, 92 por ciento de los sunitas y dos tercios de los kurdos) dicen creer que Washington pretende mantener bases militares permanentes en Iraq.
Setenta y seis por ciento de los encuestados (dos tercios de los chiitas, 77 por ciento de los kurdos y 94 por ciento de los sunitas) consideran que Estados Unidos incluso rechazaría un pedido del gobierno iraquí de retirar las tropas en seis meses.
A pesar de que la mayoría de los iraquíes, en particular los sunitas, apoyan la insurgencia contra las fuerzas ocupantes, la encuesta concluyó que casi 99 por ciento de los entrevistados rechazan los métodos terroristas y que 97 por ciento defienden un proceso político que incluya a todas las comunidades.
Al mismo tiempo, 87 por ciento de los encuestados consideraron necesario el establecimiento de un cronograma para la retirada de las tropas extranjeras, aunque los kurdos mostraron cierta reticencia al respecto.
Paradójicamente, 41 por ciento de los entrevistados que apoyan los ataques contra las fuerzas estadounidenses postulan un cronograma más extenso para la retirada.
"Una explicación posible es que los atentados no tienen el objetivo de lograr un repliegue inmediato, sino el de presionar a Estados Unidos para que finalmente se vaya", dijo el director de PIPA, Steven Kull.
Noventa por ciento de quienes respaldan los atentados contra objetivos estadounidenses en Iraq creen que Washington pretende establecer allí bases militares permanentes.
Al mismo tiempo, la mayoría de los encuestados consideran que habrá mejoras en la seguridad (dos tercios), en la pacificación entre comunidades étnicas (61 por ciento), la cooperación entre los bandos en pugna (tres cuartas partes) y los servicios públicos (dos tercios).
De todos modos, dos tercios de los iraquíes entrevistados manifestaron que las elecciones de diciembre fueron justas y libres, con lo que estuvieron en desacuerdo nueve de cada 10 sunitas. ***** ++Iraq sin aliento – Cobertura especial de IPS Noticias (https://ipsnoticias.net/iraq/index.asp) (FIN/IPS/traen-mj/jl/ks/ip hd ik/06)
