Makenley, sentado en un rincón del albergue para desplazados donde vive con su abuela tras la muerte de sus padres. La violencia desatada por pandillas y que se ha extendido en Haití ha cobrado 16 000 vidas desde 2022 y desplazado de sus hogares a 1,3 millones de personas, de las cuales 680 000 son niños y niñas. Imagen: Le Lijour / Unicef
