Las mujeres en Afganistán encaran una “muerte en cámara lenta”

La posibilidad de salir de casa, a trabajar o a la escuela, ha sido severamente restringida para las mujeres y niñas en Afganistán, y las que protestan pueden ser detenidas y sometidas a malos tratos, golpes y torturas. Foto: AI

LONDRES – Desde que tomaron el control de Afganistán en agosto de 2021, los talibanes están devastando las vidas de las mujeres y las niñas con la represión de sus derechos humanos, afirmó la organización humanitaria Amnistía Internacional (AI) en su nuevo informe sobre ese país.

“Sus draconianas políticas han privado a millones de mujeres y niñas de su derecho a una vida segura, libre y plena”, declaró Agnès Callamard, secretaria general de AI, al presentar el informe «Death in Slow Motion: Women and Girls Under Taliban Rule (Muerte en cámara lenta: mujeres y niñas bajo el gobierno talibán)”.

El documento muestra que se violan los derechos de las mujeres y las niñas al trabajo, a la educación y a la libre circulación, y se diezma el sistema de protección y apoyo para quienes huyen de la violencia de género en el ámbito familiar.

Los talibanes detienen a mujeres y niñas por infracciones menores de normas discriminatorias, y contribuyen al aumento del número de matrimonios precoces y forzados, apunta el informe.

Agregó que “las mujeres que protestan pacíficamente contra esas normas opresivas son amenazadas, detenidas, recluidas, torturadas y sometidas a desaparición forzada, y esa asfixiante represión contra la población femenina aumenta cada día” en ese país de 38 millones de habitantes, musulmanes en su inmensa mayoría.

Callamard dijo que “en su conjunto, estas políticas forman un sistema de represión que discrimina a las mujeres y las niñas en casi todos los aspectos de su vida. Cada detalle diario -sea al ir a la escuela, si trabajan y cómo trabajan, si salen de la casa y cómo salen- está controlado y sometido a grandes restricciones”.

Un equipo de investigación de AI visitó Afganistán en marzo de 2022 y la organización hizo una investigación desde septiembre de 2021 hasta junio de 2022, con entrevistas a 90 mujeres y 11 niñas afganas de entre 14 y 74 años, residentes en 20 de las 34 provincias del país.

“Menos de un año después de la toma del poder por los talibanes en Afganistán, sus draconianas políticas han privado a millones de mujeres y niñas de su derecho a una vida segura, libre y plena”: Agnès Callamard.

Hay reportes de que las mujeres han perdido sus cargos políticos y sus empleos en gran parte de la administración pública, con excepción de algunos puestos en el aeropuerto y los ministerios de Interior, Salud y Educación.

Las escuelas secundarias siguen cerradas para las niñas, las mujeres están obligadas por decreto a llevar un velo integral en la calle y deben tener un acompañante masculino cuando recorren ciertas distancias.

Mujeres y niñas de Afganistán reaccionaron a esta represión con una oleada de protestas. En respuesta, los talibanes hostigaron a las manifestantes y las sometieron a abusos, detenciones y reclusiones arbitrarias, desapariciones forzadas, y torturas físicas y psicológicas.

Una manifestante que estuvo varios días recluida dijo a AI que los guardias talibanes “me enseñaban fotos de mi familia y repetían una y otra vez que ‘podemos matarlos, a todos, y tú no podrás hacer nada. No llores, no hagas una escena. Después de protestar, deberías haber previsto días como este’”.

Un talibán le increpó: ‘Eres asquerosa. Estados Unidos no nos da dinero por vuestra culpa, zorras’ y luego la pateó en la espalda y en la barbilla.

Otra manifestante narró que les golpeaban en el pecho y entre las piernas “para que no pudiéramos mostrarlo al mundo” y un soldado que caminaba junto a ella le dijo “Puedo matarte ahora mismo y nadie dirá nada”.

Las manifestantes detenidas no tenían acceso a comida, agua, ventilación, productos de higiene y atención médica adecuados. Para obtener la libertad, obligaban a las mujeres a firmar un compromiso de no volver a protestar y a no hablar en público de sus experiencias en detención, ni ellas ni sus familiares.

Según la investigación de AI, el número de matrimonios precoces y forzados está aumentando bajo el régimen talibán, por factores como la crisis económica y humanitaria, la falta de perspectivas educativas y profesionales para las mujeres y las niñas, y familias que obligan a mujeres y niñas a casarse con un talibán.

AI pide a la comunidad internacional que imponga a los talibanes medidas como sanciones selectivas o prohibiciones de viajar, mediante una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, o emplee otras formas de presión que puedan hacerles rendir cuentas por el trato que infligen a las mujeres y las niñas.

“Si la comunidad internacional no actúa, estará abandonando a las mujeres y las niñas de Afganistán y perjudicando los derechos humanos en todo el mundo”, concluyó Callamard.

A-E/HM

 

 

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