Tecnología digital, la gran herramienta de Estados insulares africanos ante crisis climática

Este artículo forma parte de una cobertura especial de IPS sobre el Foro de Soluciones, un encuentro de alto nivel que realizarán los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID), el 30 y el 31 de agosto.

Zaman-Allah Mainassara Abdou, un especialista en maíz, muestra un dron utilizado en la recopilación de datos sobre cambio climático dentro de la agricultura, en Zimbabwe. Foto: Busani Bafana / IPS

BULAWAYO, Zimbabwe –  Invertir en tecnologías digitales puede ayudar a los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID) de África, vulnerables a fenómenos meteorológicos extremos, a hacer frente a los crecientes impactos de la crisis climática, afirma la organización regional de la ONU para el continente.

Cabo Verde, Comoras, Guinea-Bissau, Mauricio, Santo Tomé y Príncipe y Seychelles son los miembros africanos de los PEID, una agrupación de 38 países situados en el Caribe, el Pacífico, el Atlántico, el Océano Índico y el Mar de China Meridional, a los que se unen otros 20 territorios como asociados, de esas mismas regiones del Sur en desarrollo.

Según Jean-Paul Adam, director de Tecnología, Cambio Climático y Gestión de Recursos Naturales de la Comisión Económica para África (Cepa), el aumento del riesgo de catástrofes naturales, unido a la subida del nivel del mar, que acompaña al cambio climático, hace que los PEID africanos sean especialmente vulnerables porque sus economías están ancladas en el turismo y la pesca.

En una entrevista con IPS, Adam añadió que las oportunidades de diversificación económica son limitadas para los PEID africanos debido a su distancia de los mercados y a la falta de economías de escala, por lo reducido de su tamaño y población.

Además, el acceso a la financiación del desarrollo en forma de subvenciones y préstamos de instituciones como el Banco Mundial y los donantes bilaterales es difícil. Este tipo de financiamiento lo determina el producto interno bruto (PIB) por habitante, es decir, la cantidad de ingresos generados por una persona promedio, en un área específica y en un año concreto.

Debido a su escasa población, señaló Adam, los PEID están en desventaja a la hora de acceder a ese financiamiento porque es más probable que tengan un PIB por persona más alto. Un individuo con un alto patrimonio en una población tan pequeña puede sesgar el resultado global mucho más que en una población grande.

La especial vulnerabilidad de los PEID, dijo Adam, lo explica otro dato: los países africanos en general corren el riesgo de perder para 2030 hasta 15 % de su PIB por causas de la emergencia climática, según el Centro Africano de Políticas Climáticas de la CEPA. Pero una catástrofe climática grave directamente podría acabar con las economías de los PEID africano.

De la misma manera que ante la pandemia de covid-19 nadie está a salvo hasta que todos estén a salvo, lo mismo ocurre con la crisis climática. Por ello, los PEID ilustran la extrema vulnerabilidad de todos los países africanos ante el cambio climático.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoció a los PEID como un caso especial en materia de ambiente y desarrollo en 1992, durante la llamada Cumbre de la Tierra, celebrada en la ciudad brasileña de Río de Janeiro, durante la cual también se conformó el grupo de Estados.

En aquella Conferencia sobre el Ambiente y el Desarrollo se describió a los PEID como los países y territorios que se enfrentan a vulnerabilidades sociales, económicas y medioambientales únicas y específicas, dadas por su insularidad.

Los PEID africanos participarán el lunes 30 y el martes 31 en el  Foro de Soluciones, un gran encuentro virtual de altos funcionarios, representantes de agencias de la ONU, la sociedad civil y la empresa, promovida por la  Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con el patrocinio de Fiyi.

Los debates promoverán experiencias y propuestas sobre cómo avanzar en medio de la crisis climática y sanitaria hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en apenas nueva años más. También intercambiarán soluciones replicables de innovación y digitalización para la agricultura sostenible, la alimentación, la nutrición, el ambiente y la salud, aplicadas a su insularidad.

El turismo es un sector económico clave para Seychelles, un pequeño estado insular en desarrollo, situado en el océano Índico y muy vulnerable al cambio climático. Foto: Busani Bafana / IPS

Con una población total de poco más de cuatro millones de habitantes, los PEID africanos están situados en zonas remotas y bajas que son particularmente vulnerables a la subida del nivel del mar y a los ciclones.

Los impactos del cambio climático y el elevado e inmanejable crecimiento demográfico  se traducen en que los PEID africanos podrían no alcanzar varios de los 17 ODS en el año de 2030, según el informe de la ONU de 2019.

“Las estrategias digitales forman parte de los medios para acelerar la implementación de los ODS», dijo Adam desde Addis Abeba, la capital etíope donde la Cepa tiene su sede central. Además, añadió, “esas estrategias digitales pueden facilitar la eficiencia en términos de inversión en resiliencia, así como la eficiencia en términos de rendimiento económico»

El funcionario de la agencia regional de la ONU consideró que la inteligencia artificial (IA), utilizada por las  tecnologías digitales para el análisis de los datos del cambio climático, puede ayudar a los PEID africanos a comprender mejor el impacto del clima en industrias clave como la pesca, y también a medir los impactos ambientales.

Puede encontrar aquí otros artículos sobre el Foro de Soluciones y su contexto.

La Cepa está apoyando a los países africanos, incluidos los PEID, para que mejoren sus servicios de información sobre el clima aprovechando posibles tecnologías digitales, como la IA de teledetección para medir el impacto medioambiental. Esto podría hacerse mediante cámaras y drones desplegados a distancia, según Adam.

“Las estrategias de digitalización también pueden mejorar el seguimiento de los riesgos medioambientales mediante el uso de equipos de teledetección, y estas estrategias también pueden desplegarse para mejorar la inversión en sectores clave como el turismo, permitiendo un mercadeo más rentable y específico, por ejemplo», añadió.

Adam dijo que la Cepa está apoyando la creación de un centro regional sobre IA en Brazzaville,  la capital de Congo, para explorar las oportunidades de uso de la tecnología para abordar los impactos ambientales.

Las tecnologías digitales ya son utilizadas ampliamente por países como Seychelles y Mauricio, ambos en el océano Indico, para dirigirse a sus principales mercados turísticos con mayor eficacia, añadió.

Los países africanos tienen una oportunidad única de utilizar las tecnologías digitales para impulsar la transformación y la competitividad a gran escala, según la Institución Brookings, un  centro estadounidense de estudios de investigación política con sede en Washington.

Brookings índica que se prevé  que la IA  añada 15,7 billones (millones de millones) de dólares al PIB mundial para 2030, y a su juicio ella presenta vías para que los sectores público y privado de África optimicen las soluciones a los problemas más cruciales a los que se enfrenta el continente en la actualidad.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

Más allá de las tecnologías digitales, Adam dijo que si se adaptan estrategias económicas que den prioridad a la resiliencia climática, los PEID africanos pueden estar en mejor posición para responder al calentamiento global, y también crear más puestos de trabajo y valor añadido.

“Centrarse en el enfoque de la economía azul, por ejemplo, puede crear multiplicadores económicos a largo plazo en términos de mejora del rendimiento de los recursos pesqueros, y también construir cadenas de valor más inclusivas que aporten más beneficios a las poblaciones locales”, aseguró.

Un enfoque de economía azul utiliza los principios de una economía verde, el uso sostenible de los recursos basado en la capacidad de regenerarlos, pero en un entorno donde los principales recursos son acuáticos. Por ejemplo, la pesca se gestiona en función del estado de las poblaciones de los peces, y se toman medidas para proteger las zonas críticas para la reproducción de los peces, como los manglares y los arrecifes de coral.

Los PEID africanos tienen acceso a un espacio terrestre muy limitado pero a una gran superficie oceánica, y la gestión adecuada de este espacio puede reportar numerosos beneficios, observó el funcionario de la Cepa, incluso como fuentes de financiación.

“Las Seychelles consiguieron un bono azul de 30 millones de dólares en el mercado internacional sobre la base de la gestión sostenible de su sector pesquero», citó Adam a modo de ejemplo.

Añadió que «la gestión sostenible de los espacios oceánicos también puede dar lugar a oportunidades para posibles transacciones de fijación de precios del carbono, aunque esto es algo que está en las primeras etapas de exploración».

Otras posibles innovaciones financieras para movilizar fondos, indicó, son los bonos verdes o azules vinculados a los ODS y las propuestas de canje de deuda, es decir, la refinanciación de la deuda en mejores condiciones y la inversión de los ahorros en resiliencia climática.

T: MF / ED: EG

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