El líder campesino Idevan Correa examina uno de sus nuevos naranjos. Él decidió volver a plantar un naranjal, gracias a la ley brasileña que obliga a que al menos 30 por ciento de los alimentos consumidos en las escuelas procedan de la agricultura familiar local. El municipio de Itaboraí fue famoso por sus naranjas hasta que una plaga redujo su producción. Crédito: Mario Osava/ IPS

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