Los empresarios alemanes confían en el futuro de las economías latinoamericanas, a pesar de los problemas que las afectan en la actualidad, según lo aseguraron en el Día de Iberoamérica.
Rolf-Dieter Acker, de la compañía BASF Brasil, Heinz Scholholt, de Steag, Graf von Schulenburg, de Ferrostaal, y Jürgen Harnisch, presidente de la Asociación Iberoamérica de Hamburgo, que anualmente organiza las reuniones del Día de Iberoamerica, señalaron el viernes que las empresas alemanas nunca han abandonado Anérica Latina, a pesar de las crisis.
El Día de Iberoamérica fue dedicado este año, por primera vez, a América Central, que estuvo representada por los presidentes Ricardo Maduro, de Honduras, y Enrique Bolaños, de Nicaragua, por los vicepresidentes Lineth Saborío, de Costa Rica, y Dominador Káiser, de Panamá, el ministro de Energía y Minas de Guatemala, Raúl Archila, y la vicecanciller salvadoreña Eugenia Brizuela.
Los visitantes reiteraron en Bonn la voluntad de América Central de acelerar tanto su integración como las necesarias reformas económicas, judiciales y políticas internas.
América Latina ha perdido interés para Europa, con escasas excepciones. Ese hecho explica que las reuniones y ceremonias del Día de Iberoamérica no figuraran en ningún espacio informativo de la televisión alemana de alcance nacional.
Los canales de televisión no dedicaron ni 20 segundos a las reuniones que los gobernantes de América Central mantuvieron en Berlín con el presidente de Alemania, Johannes Rau, con el canciller federal (jefe de gobierno) Gerhard Schroeder y con el ministro de Asuntos Exteriores, Joschka Fischer.
En las conversaciones en Berlín participó también el presidente de Guatemala, Alfonso Portillo, quien luego no se trasladó a Bonn.
El programa del Día de Iberoamérica se completó el viernes con ocho grupos de trabajo para representantes de instituciones estatales y empresas de ambas partes: finanzas, turismo, agua, fundaciones políticas, agricultura, telecomunicación, energía e infraestructura.
Los políticos y empresarios alemanes manifestaron su apoyo al proceso de integración centroamericana y elogiaron la resolución de los gobiernos centroamericanos de establecer la unión aduanera regional a fines de 2003.
Schroeder y Fischer aseguraron además que Alemania respalda apoya decididamente las negociaciones para crear un diálogo permanente euro-centroamericano que, según el deseo de América Central, debe conducir a una asociación de libre comercio.
El presidente hondureño Maduro destacó la posición estratégica de América Central, situada a dos horas y media de vuelo de Estados Unidos, el mayor mercado consumidor del mundo.
Cada uno de los países centroamericanos es atractivo para las inversiones extranjeras, como lo demuestra el hecho de que éstas aumentaron en los últimos años, pero juntos somos irresistibles, agregó Maduro.
Para el vicepresidente panameño Káiser, el proceso de unificación centroamericana es esta vez irreversible. Panamá se oponía a integrarse a América Central, pero desde 1999 ha cambiado radicalmente su posición.
El mandatario nicaragüense Bolaños, presidente pro tempore del Sistema de Integración Centroamericano, fue el encargado de presentar a la región como un todo.
Bolaños manifestó que en las 10 reuniones cumbre celebradas este año por los presidentes centroamericanos quedó demostrada la voluntad de impulsar este proceso histórico.
Los siete países de América Central suman 37 millones de habitantes, una fuerza laboral de 13 millones de personas, un ingreso per cápita de 1.800 dólares por año y han firmado un creciente número de tratados comerciales. En 2003 comenzarán las negociaciones para redactar con Estados Unidos un tratado de libre comercio.
Cuarenta y tres por ciento (o más de 10.000 millones de dólares) de las exportaciones de América Central están orientadas a Estados Unidos, señaló Bolaños, mientras que sólo 13 por ciento del total se destina a Europa.
Bolaños fue muy aplaudido cuando destacó la renovación moral en curso en América Central, que pondrá fin a la coima (soborno) y a los costos ocultos en la administración pública y privada.
El secretario de Estado para asuntos parlamentarios en el Ministerio de Economía y Tecnología de Alemania, Ditmar Staffelt, se refirió al título de la reunión realizada en Bonn: Latinoamérica entre el euro y el dólar estadounidense – Estrategias de éxito para empresas.
Ese enunciado no debe entenderse como un planteamiento de rivalidad entre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos por América Latina, pues no se trata de decidirse por uno u otro, sino de establecer una relación triangular, aclaró Staffelt.
El funcionario también observó que la UE tiene interés en acelerar las negociaciones con el Mercado Común del Sur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y, si es posible, plasmarlas en un tratado de libre comercio.
La UE pretende quedar en igualdad de condiciones de competencia con Estados Unidos cuando se concrete el Area de Libre Comercio de las Américas, anunciada para fines de 2005. (FIN/IPS/rdlc/ff/if/02