Brasil acelera buses de tránsito rápido

Ómnibus articulado de tránsito rápido circulando por su carril exclusivo en Curitiba, Brasil. Crédito: Mario Roberto Duran Ortiz Mariordo CC BY 3.0

Brasil, y en especial la ciudad de Río de Janeiro, están viviendo un boom de autobuses de tránsito rápido (BRT por sus siglas inglesas), un sistema de transporte que ya tiene una norma internacional de calidad.

Según la Asociación Nacional de Empresas de Transportes Urbanos de Brasil, hay 113 proyectos de BRT en 25 ciudades, que representan 1.270 kilómetros de corredores. Para 2016 todos deberán estar funcionando.

«El BRT es la estrella del transporte sostenible; es una solución ambiental y económica para grandes ciudades que tienen muchos problemas de congestionamiento», dijo a IPS la directora en Brasil del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP por sus siglas en inglés), Helena Orenstein.

Este sistema no excluye otras formas de trasladarse, sino que integra la malla de medios urbanos de transporte, según Orenstein.

Para la directora del ITDP, faltaba una definición común.

El ITDP ayudó a formular un patrón de calidad, conocido como BRT Standard, en asociación con una comisión de especialistas y diferentes organizaciones.

Lanzado en marzo, el BRT Standard analiza y puntúa 32 ítems divididos en seis categorías, como planificación de servicios, infraestructura, integración y acceso, entre otros, además de algunos que suman puntos negativos, como sobrecupo y poco mantenimiento.

El resultado es una herramienta con parámetros comunes de calidad para evaluar los BRT en todo el mundo, además de orientar y estimular las mejoras de estos medios de transporte, según Orenstein.

«La idea es que funcione con características de excelencia y atienda los requisitos de seguridad, confort y funcionalidad. Ya está bien de desperdiciar tres horas diarias para desplazarse en las ciudades», advirtió la directora de la oficina brasileña del ITDP, una organización técnica no gubernamental que actúa en varios países.[related_articles]

La certificación funciona como una lista de verificación que suma o resta puntos y es de fácil comprensión para autoridades, consultores y operadores.

El BRT Standard puede otorgar certificación en bronce (55-69 puntos), plata (70-84 puntos) u oro (85-100 puntos).

La intención es «certificar los BRT ya implantados para corregir fallas eventuales y premiar los buenos ejemplos», explicó la experta.

Pedro Torres, gerente de desarrollo urbano del ITDP, explicó que un comité técnico revisará y actualizará anualmente la clasificación resultante.

En su primera edición, después de una prueba piloto en 2012, se analizaron 67 sistemas de autobús de tránsito rápido de 41 ciudades de Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, México, Perú y Sudáfrica. De ellos, 12 recibieron oro, 28 plata, y 24 bronce.

Los tres restantes, dos de la ciudad estadounidense de Pittsburgh y uno de Nueva Delhi, no alcanzaron puntos suficientes para el bronce, pero sí cumplieron con requisitos mínimos para ser considerados «BRT básicos».

Entre los que merecieron oro, encabezan el puntaje el GBRT de avenida Zhongshan, en la ciudad china de Guangzhou; cuatro servicios del Transmilenio de Bogotá y la Línea Verde de Curitiba, la ciudad brasileña que en 1974 fue pionera mundial de este tipo de transporte masivo.

«Fue una experiencia muy positiva. Es una oportunidad para que la sociedad, los gobiernos y la empresas cuenten con una herramienta pública de evaluación y monitoreo de los proyectos», dijo Torres a IPS.

El presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Transportes Urbanos de Brasil, Otávio Cunha, saludó la iniciativa del BRT Standard y dijo que la entidad ha divulgado entre sus afiliadas los ítems evaluados.

«Defendemos la construcción de corredores como alternativa de transporte sostenible y con mejor relación costo-beneficio. La idea de tener una norma de calidad es buena», comentó Cunha a IPS.

El tránsito genera estrés, eleva la cantidad de accidentes y es motivo de una «deseconomía» (sic), una retracción económica por el desperdicio de combustible y de tiempo destinados a la locomoción, indicó.

«Brasil vive una crisis de movilidad y una gran deseconomía en la vida de las ciudades en función del tránsito. Los corredores de ómnibus pueden hacer más veloz en viaje. El BRT es una nueva concepción de transporte público de superficie, y está inspirada en los requisitos de excelencia de los metros» o trenes subterráneos, argumentó.

En un carril exclusivo se pueden transportar 10.000 pasajeros por hora en ómnibus, y solo 750 en automóviles. Un autobús puede llenarse de pasajeros en apenas 15 segundos antes de partir de una estación.

En muchas ciudades, el intervalo entre ómnibus puede llegar a 20 segundos, lo que lo hace más eficiente. En los BRT de Brasil, ese tiempo llegará a dos minutos, dijo Cunha. Y un ómnibus cargado de pasajeros puede retirar de circulación 120 automóviles, agregó.[pullquote]3[/pullquote]

Otros beneficios son la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes del transporte. El BRT de la Ciudad de México, que tiene 20 kilómetros de extensión, redujo en 80.000 toneladas por año el volumen de dióxido de carbono de esa fuente, según el ITDP.

Si bien los BRT tienen sus costos y sus tiempos de construcción, son mucho menores que los de una línea de metro, que puede requerir hasta 10 años.

Construir y equipar 10 kilómetros de BRT insume un promedio de 18 meses y un monto 10 veces menor que un tren subterráneo.

Los 113 proyectos de BRT en 25 ciudades de Brasil corresponden a 30 por ciento del total de autobuses rápidos que ya funcionan en todo el mundo, indican estimaciones de la organización empresarial de transportistas que preside Cunha.

El gobierno ha invertido o está invirtiendo unos 6.000 millones de dólares. Para fines de 2013, se incluirán más proyectos en ciudades medianas y se llegará a un valor total de casi 9.000 millones.

Río de Janeiro cuenta con cuatro nuevos proyectos: el Transcarioca, de 39 estaciones y a inaugurarse en diciembre con un costo de 900 millones de dólares; el Transbrasil de 25 estaciones, comenzó a construirse en 2012 con un costo de 600 millones; el Transoeste, de 64 estaciones, concluirá su segunda etapa en agosto, con 380 millones de dólares; y la Transolímpica, de 18 estaciones, debería empezar a funcionar en enero de 2016 y costará 1.100 millones de dólares.

En la clasificación BRT Standard, el Transoeste obtuvo oro, pese a presentar problemas de sobrecupo y de precariedad del asfalto en algunos trechos de los corredores.

Como contrapartida, indicó Torres, el tiempo medio de viaje, que era de dos horas, se redujo a la mita, y el servicio ofrece unidades nuevas, con aire acondicionado, cámaras internas, accesibilidad y horarios frecuentes.

El Transbrasil promete ser uno de los mayores corredores rápidos del mundo en cantidad de pasajeros, cerca de 820.000 por día, según el proyecto.

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