SENEGAL: Cooperativa impide éxodo de jóvenes rurales

Como muchos otros en Senegal, Pape Mokhtar Diallo soñó durante mucho tiempo con escapar de su hogar rural, en el norte del país, en busca de una vida mejor. Lo intentó tres veces y fracasó. Pero la creación de una cooperativa agrícola en la aldea de Boyinadji ha puesto otro sueño a su alcance.

Ahora, este joven de 25 años tiene un empleo, humilde y que no paga muy bien, pero siente que es parte de una iniciativa que les ha permitido a él y a otros imaginar un futuro trabajando la tierra.

"Trabajo como guardia de seguridad en el depósito de la cooperativa. Gano 25.000 francos CFA (cerca de 50 dólares) por mes. Pero lo más importante es que soy parte de una cooperativa. Ya no pienso en irme", dijo a IPS.

La cooperativa de la que habla se llama Sociedad de Intensificación de la Producción Agrícola (SIPA), y es una iniciativa en el marco del programa nacional de Senegal para las inversiones en agricultura.

La SIPA de Boyinadji se creó en 2010, con 400.000 dólares de apoyo financiero del gobierno e instituciones asociadas, como el Banco de Desarrollo de África Occidental y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).
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Es parte de una serie de cooperativas agrícolas que en todo el país buscan ayudar a hombres y mujeres jóvenes que de otro modo podrían abandonar las áreas rurales, para organizarse en cooperativas y poder ganarse la vida.

Treinta hectáreas fueron asignadas a 150 minifundistas que se propusieron cultivar distintos productos para la venta, así como para su propio consumo.

"El año pasado produjimos ocho toneladas de melones, 12 de maíz y tres de maní… Tras vender nuestra cosecha y pagar a nuestros acreedores, la cooperativa pudo ganar dos millones de francos CFA (unos 4.000 dólares)", dijo Mamoudou Thiam, gerente del SIPA de Boyinadji.

Thiam dijo esperar que 2012 sea aún mejor, y que hay planes de incorporar cultivos de tomate, col, quingombó, pimiento y lechuga.

En los últimos dos años, la cooperativa desarrolló la tierra de modo extensivo. Sus exuberantes campos verdes están vallados, son despejados con tractores e irrigados por un sistema de aspersores que es abastecido por bombas a motor, que extraen agua de un pozo.

Thiam dijo que el proyecto brinda empleo a los jóvenes de la aldea. "Se eligió dos operadores de la bomba, un gerente y un guardia de seguridad. Por el momento no podemos pagarles un gran salario, pero 25.000 francos CFA por mes… Por lo menos ganan algo", expresó.

IPS conoció a la senegalesa Aïssatou Dia mientras trabajaba con una azada en los cultivos de la cooperativa. Explicó que, además de integrar la SIPA, lidera otra asociación agrícola en la aldea.

"Formamos una asociación de mujeres, y cada una de nosotras tiene un terreno, donde cultiva quingombó, melón y sandía para obtener un ingreso, mejorar la nutrición de nuestras familias y crear empleos en el ámbito local. El año pasado, gané 80.000 francos CFA (150 dólares) con la venta de nuestros procutos. Y además cultivé una gran cantidad para mi propio uso", dijo.

Abdoulaye Baldé, otro miembro de la cooperativa SIPA, coincidió en que el proyecto permitió a los jóvenes mantenerse y quedarse en las zonas rurales, pero planteó que, a fin de que la iniciativa continúe, es necesario el apoyo del gobierno para comercializar e incrementar la capacidad de producción.

"Queremos trabajar la tierra. Pero necesitaremos apoyo para ayudarnos a obtener ganancias. Actualmente necesitamos electricidad para hacer funcionar la bomba de agua y aumentar nuestra producción", dijo a IPS.

"Esto nos permitirá ahorrar el dinero que estamos usando para comprar combustible. Pienso que el pozo podría equiparse con paneles solares. Esta también sería otra revolución, si ellos nos ayudaran a fortalecer ciertas capacidades de nuestros agricultores", dijo Baldé.

Según Abdoulaye Diakité, de la Agencia Nacional para los Servicios de Extensión Rural y Agrícola, para poder desarrollar la agricultura en esta región es fundamental llevar a cabo un inventario de la tierra disponible para cultivar, y luego determinar qué cultivos son adecuados.

"Senegal carece de un proyecto agrícola que haga honor a su nombre y que tenga objetivos precisos", sostuvo.

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