Científicos reclaman su lugar en lucha por seguridad alimentaria

El aumento de los períodos de estiaje y de la temperatura provocaron pérdidas globales de 11.400 millones de dólares en 2011, mientras 12 millones de hectáreas aptas para el cultivo son degradadas cada año y prácticas agropecuarias insostenibles contribuyen a la emisión de gases invernadero.

De la lectura de estos datos contenidos en el informe divulgado este miércoles 28 en Londres por científicos de 13 países surge la pregunta de cómo revertir esta faceta dramática de la crisis ambiental, garantizar a la población el acceso a los alimentos de calidad y mitigar los efectos globales del cambio climático.

Las estimaciones generales indican que la población mundial llegará en 2050 a 9.000 millones de personas, por lo cual mantener una alimentación adecuada pone en dura prueba la gestión de los países, especialmente de los principales productores.

En la actualidad, se desperdician en el mundo alrededor de 1.300 millones de toneladas de alimentos por año, que equivalen a un tercio de lo producido para el consumo humano, se asegura en el estudio.

El desafío en las próximas décadas es coordinar los avances científicos en pro de la seguridad alimentaria, dijo a IPS el climatólogo Carlos Nobre, secretario de Políticas y Programas de Investigación y Desarrollo del Ministerio de Ciencia Tecnología de Brasil.
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"La ciencia es el gran foco de luz, es fundamental. La agricultura debe tornarse más resiliente y el desarrollo científico debe estar a favor de la sustentabilidad social y de la seguridad alimentaria", sostuvo.

Nobre integra la Comisión sobre Agricultura Sustentable y Cambio Climático, conformada por científicos de 13 países, que recomendó estrategias para alcanzar la seguridad alimentaria en un documento divulgado este miércoles en la Conferencia Planeta Bajo Presión 2012.

Ese foro, iniciado el lunes 26 en Londres y que concluye este jueves 29, analiza posturas a llevar a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20), a realizarse a fines de junio en Río de Janeiro.

El informe del grupo independiente de científicos propone políticas específicas para el desafío global de alimentar el mundo a medida que la población crece, a la par de que aumentan la devastación de los ecosistemas y la pobreza.

Tras dos décadas de la primera Cumbre de la Tierra, los expertos instan a los gobiernos a que asuman compromisos financieros para la investigación, implementación y seguimiento de la producción agrícola y alimentaria.

El mayor crecimiento poblacional del mundo se verificará en este siglo en los países menos adelantados, indica el informe de la Comisión. África, por ejemplo, duplicará su población actual en ese lapso hasta llegar a los 2.000 millones en 2050, estiman los científicos.

Las proyecciones, en ese marco, destacan que la demanda mundial de cereales será 70 por ciento superior a la actual en 2050, y mucho más en los países pobres.

"Nuestro objetivo es integrar la seguridad alimentaria y la agricultura sustentable a las políticas nacionales y globales. En caso de lograrlo, será un cambio de paradigma", apuntó Nobre.

La ciencia, según este experto, puede estar al servicio del desarrollo de una agricultura más resiliente a las variaciones del clima.

"Ya vivimos olas de calor producto del recalentamiento global. En el futuro vamos a tener estas variaciones climáticas aún más prolongadas, y son factores que promueven grandes pérdidas en las cosechas", aseguró.

"Por eso hay que adaptar la agricultura para que sobreviva a esos cambios, que tiene períodos más largos de estiaje", puntualizó Nobre.

La Comisión sobre Agricultura Sostenible y Cambio Climático hace recomendaciones concretas con vistas a garantizar la seguridad alimentaria global.

Además de integrar una agricultura sustentable a las políticas nacionales, habrá que elevar significativamente los niveles de inversiones globales en la producción de alimentos en la próxima década.

Uno de los desafíos será intensificar la producción agrícola sin que se emitan más gases de efecto invernadero y se causen más daños ambientales, sostienen los científicos.

"Eso es lo que tenemos que hacer en Brasil, por ejemplo, sin expandir la frontera agrícola en detrimento de la selva", dijo Nobre.

Para el experto brasileño, su país es el que tiene el mayor stock en el mundo de tierras aptas para la agricultura. Actualmente, más de dos millones de quilómetros cuadrados se destinan a la producción ganadera y cultivos.

"Brasil puede ser uno de los líderes en esta nueva prioridad para la agricultura sustentable", apuntó, para luego explicar que se deben maximizar factores como la seguridad alimentaria con alto valor nutricional, puesto que los productos de baja calidad causan problemas de salud.

La Comisión sostiene en su trabajo que la cantidad de personas que sufren hambre crónica en el mundo fue de 1.000 millones en 2010, año en que otras 925 millones estaban desnutridas y, en contraposición, 1.500 millones de adultos tenían sobrepeso.

Una de las medidas recomendadas por la Comisión es también disminuir el impacto sobre el ambiente y la biodiversidad, el uso del agua y el clima.

La agricultura absorbe 70 por ciento del agua limpia y dulce proveniente de los ríos y acuíferos y ya pasa a competir con la demanda industrial y el uso doméstico.

Nobre aseguró que 1.400 millones de personas viven con menos de 1,25 dólares por día y hay 2.000 millones que habitan en áreas secas. También precisó que existen 4.900 millones de hectáreas de tierras cultivables en el mundo, 3.700 millones de las cuales son para producir cereales y para ganadería.

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