Angloparlantes, ciudadanos de segunda clase en Camerún

Cuando el presidente de Camerún, Paul Biya, anunció que a fines de este año se realizaría los festejos por el 50 aniversario de la reunificación del país emergió la rivalidad entre la población angloparlante y la francófona.

La maestra Jannette Ngum, de la región Nor-Oeste de habla inglesa, dijo que le gustaría no tener nada que ver con los habitantes de la zona que en el paso estuvo bajo dominio francés.

Alrededor de 20 por ciento de los 20 millones de habitantes de este país de África occidental son angloparlantes y la mayoría de ellos viven en las regiones Nor-Oeste y Sur-Oeste.

El enojo de Ngum surge de destrato que recibió en el Ministerio de Servicio Público y Reforma Administrativa cuando fue a Yaundé a continuar el trámite de su solicitud de trabajo en la función pública.

"Cuando hablé en inglés, la señora frunció el seño y dijo ‘Je ne connais pas votre patois-là’, que literalmente quiere decir ‘No entiendo ese dialecto suyo’", relató Ngum.
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"En vez de atenderme, siguió jugando a las cartas en la computadora. Luego llegó un colega, habló en francés y consiguió lo que quería en unos segundos. Pero la Constitución claramente estipula que las dos son lenguas oficiales en Camerún y, por lo tanto, tienen el mismo estatus", dijo a IPS.

La experiencia de Ngum es común para los angloparlantes de este país.

Michael Ndobegang, profesor de historia de la Universidad de Yaundé, señaló que los angloparlantes de Camerún se sienten "reducidos por sus connacionales de igual estatus a personas subyugadas".

Han sido sistemáticamente alejados de los centros de poder, apuntó. Con leyes no escritas es imposible que puedan mantener ciertos cargos clave de gobierno. Desde la independencia, ninguno ocupó jamás el cargo de ministro de Defensa, Finanzas, Educación o, incluso, Relaciones Exteriores.

"Los angloparlantes fueron designados a posiciones subordinadas para asistir a los francófonos, aun cuando estos últimos tuvieran menos calificación o fueran incompetentes. Ese es el dilema de quienes hablan inglés en Camerún", dijo a IPS.

En junio de 1990, J. N. Foncha, el jefe de arquitectos del Estado, renunció afirmando que "las disposiciones constitucionales que protegen a la minoría angloparlante habían sido suprimidas y su voz ahogada".

Económicamente, la comunidad angloparlante también se siente explotada.

"El petróleo camerunés procede de la provincia Sur-Oeste. ¿Cómo puede ser que la red vial de esa región haya sido abandonada?", preguntó John Fru Ndi, líder opositor angloparlante del Frente Democrático Social (FDS), en una concentración en Buea en vísperas de las elecciones presidenciales de octubre de 2011.

También arremetió contra los sucesivos gobiernos francófonos por matar a la vibrante economía del Camerún británico.

"Las pequeñas y medianas empresas de la región, como la Agencia de Desarrollo de Camerún Occidental, Power CAM, entre otras, fueron destruidas", dijo a sus partidarios en la concentración.

Ndi, quien al principio se opuso a la secesión del Camerún francófono, parece haber cambiado de idea.

"Si se le niega la victoria otra vez al FDS en las elecciones parlamentarias de este año, no tendré más opción que unirme al CNCS," (Consejo Nacional de Cameruneses del Sur), dijo Ndi el 19 de este mes al Comité Ejecutivo Nacional del FDS.

El CNCS es un movimiento secesionista.

La comunidad angloparlante también cuestiona lo que consideran prácticas discriminatorias en lo que respecta a ingresar en la función pública.

Los historiadores Nantang Jua y Piet Konnings, escribieron en un artículo que en "febrero de 2003 hubo 57 jóvenes angloparlantes entre los más de 5.000 nuevos reclutas de la academia de policía. Al mes siguiente, los registros mostraron que solo 12 en 172 ingresaron al departamento de aduana".

Después de varios años, la situación permanece incambiada.

Estadísticas del Ministerio de Servicio Público y de Reforma Administrativa muestran que menos de 2.000, de los 25.000 jóvenes titulados que ingresaron a la función pública el año pasado, eran angloparlantes.

Eso generó, según los historiadores, que los miembros de esa comunidad consideraran que habían "sido recolonizados y marginados en todas las esferas de la vida pública y, por lo tanto, sintieran que eran ciudadanos de segunda clase en su propio país".

El gobierno, por su parte, niega que haya un problema con la población de habla inglesa en Camerún y ha recurrido a la violencia contra los movimientos secesionistas. Además invitaron a algunos integrantes de la elite angloparlante a ocupar cargos en el gobierno para minimizar la dimensión del problema.

Pero el politólogo Emmanuel Tatah Mentan describió a esa elite como "impostores, líderes no reconocidos y emisarios de La République du Caméroun".

Mientras, la celebración del 50 aniversario de la reunificación de Camerún se realizará en Buea, capital de la región Sur-Oeste.

"Es natural, se ajusta a la historia del país", indicó Mbella Moki Charles, alcalde de Buea, refiriéndose a la celebración que organizará su ciudad.

Pero el secretario de comunicación nacional del CNSC dijo que Biya participará en las celebraciones de Buea como jefe de Estado extranjero. "Invitamos a otros jefes de Estado y Biya, como presidente de La Republique du Caméroun, también lo fue", dijo a IPS.

Political Punch, un boletín regional afín al CNSC, llamó al presidente a pedir disculpas a los cameruneses del sur antes de ir a Buea.

"En los últimos 20 años, más de 700 cameruneses del sur fueron detenidos, acusados de secesionistas solo por celebrar el 1 de octubre como una fecha histórica y de las más importantes para el país", cuando Camerún del Sur se unió a Camerún, señaló la publicación.

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