SIDA-KENIA: Antirretrovirales para prevenir contagios

Cuando, hace seis años, la keniata Lucy Omollo supo que su esposo era VIH positivo, pensó que la mejor manera de evitar infectarse era no mantener relaciones sexuales.

"Durante los primeros tres años nunca tuvimos sexo, pero luego junté valor y empezamos a usar condones", relató Omollo.

Ella es consciente de que este método no es 100 por ciento seguro. "Cada encuentro (sexual) todavía me llena de temor: el preservativo podría romperse", explicó.

Pero ahora tiene esperanza. Los Omollo y otras parejas keniatas uno de cuyos miembros tiene VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) ven con beneplácito las conclusiones de un estudio según el cual tomar una dosis diaria de fármacos antirretrovirales reduce las posibilidades de que el cónyuge sano se infecte.

Aunque se trata de una buena noticia, no es seguro que el gobierno de Kenia tenga los recursos necesarios para brindar antirretrovirales a estas personas VIH negativas, dado que el país todavía se esfuerza por proporcionar el tratamiento a grandes cantidades de pacientes VIH positivos.
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"Tengo esperanzas de que una píldora antirretroviral pueda reducir mis chances de infectarme aunque el preservativo se rompa", dijo Omollo.

Peter Mathenge, cuya novia es VIH positiva, señaló que "es muy estresante estar preguntándose constantemente en cada encuentro sexual con ella si uno se infectó. Eso tensiona la relación".

"Tener una protección adicional tomando diariamente una píldora antirretroviral cambiará las vidas de muchos de nosotros, que vivimos con parejas VIH positivas", explicó Mathenge, cuyo noviazgo lleva dos años.

Las conclusiones científicas parecen ser parte de un viraje lento pero seguro, de las medidas curativas a las preventivas, en la lucha contra el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).

África tiene la mayor cantidad de infecciones con VIH y muertes por sida. También alberga a más de 15 millones de niñas y niños que han perdido a uno o a sus dos padres por culpa de este flagelo, y cuyas vidas nunca volverán a ser las mismas.

Pero años de combate a la enfermedad no lograron reducir drásticamente la cantidad de infectados en muchos países africanos. Y el hecho de que la sociedad sea consciente sobre este mal tampoco marcó una diferencia en el número de contagios. Según el Ministerio de Programas Especiales, las nuevas infecciones aumentaron a 100.000 anuales.

"Se puede interpretar una falta de cambio conductual significativo" que permite concluir que "la población todavía no se toma en serio la enfermedad pese a que todos estamos o bien infectados o bien afectados", dijo John Ong’ech, ginecólogo y especialista en VIH radicado en Nairobi.

El Consejo Nacional de Control del Sida en Kenia, un organismo corporativo que trabaja por una sociedad sin VIH, confirmó que la infidelidad de uno de los miembros de parejas estables –tanto heterosexuales como homosexuales— continúa ampliando la cantidad de infecciones.

"Ahora sabemos que cerca de la mitad de todas las nuevas infecciones son de personas que están en uniones estables, y tal vez lo más lógico sea centrarnos en esos grupos para presentarles medidas preventivas efectivas, en las que los miembros no infectados también sean plenamente tenidos en cuenta", explicó Girmay Haile, del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida).

Varios estudios, el más reciente y destacado de los cuales se llevó a cabo en Kenia y Uganda, se promocionan como grandes logros en la lucha contra el VIH/sida. Otros similares se realizaron en Tanzania, Malawi y Sudáfrica.

En Kenia, el estudio titulado "Partners PrEP" se llevó a cabo en los principales hospitales con 4.758 parejas donde uno de los miembros era VIH positivo. La investigación fue apoyada por el Instituto Médico de Kenia y la estadounidense Universidad de Washington.

Los resultados, divulgados este mes, demostraron que tomar una combinación de antirretrovirales (tenofovir y truvada, o tenofovir y emtricitabina), ya en uso en el país para el tratamiento del VIH, puede reducir hasta 73 por ciento el riesgo de contraer el virus.

"Es la prevención lo que nos permitirá ganar la guerra contra la epidemia, en ausencia de un tratamiento curativo… La investigación para hallar la cura todavía está en curso", explicó Haile.

La ginecóloga Nelly Mugo, que participó en el estudio PrEP, se apresuró a advertir que los antirretrovirales deberían usarse en combinación con otros métodos, como la circuncisión masculina –que reduce por lo menos 60 por ciento las infecciones con VIH—y los condones.

"Los fármacos que tomaron diariamente los participantes son una terapia preventiva significativa", enfatizó.

Mientras varios afectados y expertos toman partido por el PrEP, brindar antirretrovirales a las personas VIH negativas en Kenia implicará una mayor presión a los recursos, que todavía no alcanzan para cubrir a los que ya están infectados.

Por lo menos 400.000 de los 1,4 millones de keniatas infectados están en tratamiento antirretroviral.

"Cuando hablamos de que las personas VIH negativas accedan a y usen antirretrovirales, eso significa una carga mucho mayor sobre los recursos disponibles para responder a la epidemia. Sin embargo, este último hallazgo ha creado impulso para abordar los bolsones de nuevas infecciones de un modo mucho más dirigido y efectivo", dijo Haile.

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