MÉXICO: Caravana avanza por la ruta del miedo

Carlos Sánchez sabe mucho del miedo que recorre la sociedad de México, porque transita el país de punta a punta como chofer de autobuses privados, pero desde el sábado 4 siente que contribuye a espantarlo, al conducir uno de los vehículos de la Caravana por la Paz y la Justicia que encabeza el poeta Javier Sicilia.

"Me dio gusto" que el jefe de su empresa le pidiera que condujese uno de los autobuses en que la caravana se desplaza hacia la norteña Ciudad Juárez, en la frontera con Estados Unidos, dijo a IPS Sánchez, de 45 años.

"Hay mucha inseguridad en el país y es justo y digno que alguien haga algo", dijo en una parte del trayecto, antes de iniciar un largo recuento de la estela de terror que ha presenciado en las carreteras mexicanas: cuerpos tendidos sobre el asfalto, balaceras, asaltos. Son escenas cotidianas de las que es un testigo invisible y mudo.

"A esos inocentes no se les ha hecho justicia. En Reynosa (en el norteño estado de Tamaulipas) se le ve a la gente el miedo", contó para después reflexionar casi para sí mismo: "Esto ya no es un trabajo seguro. ¿Qué futuro les espera a mis hijos?"

La "caravana del consuelo", como también la llama el poeta Sicilia, es un recorrido ondulante por la geografía mexicana del miedo y el dolor, que iniciaron 13 autobuses y 25 automóviles, con promotores de paz llegados de todas partes del país.
[related_articles]
Arrancó el sábado 4 en Cuernavaca, capital del central estado de Morelos, donde el 28 de marzo fue asesinado el hijo de Sicilia, Juan Francisco, y otras seis personas, tras ser torturadas, y donde la violencia se multiplicó en los últimos dos años.

Desde ahí la caravana fue a Ciudad de México y Morelia, capital del centro-occidental estado de Michoacán, donde el grupo criminal conocido como "La Familia" ha sentado sus reales. Allí en 2008 murieron ocho personas por explosión de granadas durante unas fiestas populares.

La noche del domingo recalaron en San Luis Potosí, capital del estado del mismo nombre, donde un agente de la aduana estadounidense fue asesinado en febrero. Este lunes 6 el recorrido prosiguió por los vecinos estados de Zacatecas y de Durango, donde desde abril se han descubierto fosas clandestinas con más de 200 cadáveres.

El martes su escala es Monterrey, capital del nororiental estado de Nuevo León y que pasó de ser la ciudad industrial más próspera del país a campo de batalla de los cárteles, para proseguir hacia el vecino estado de Coahuila y, de ahí, al de Chihuahua, en cuya capital pernoctará el miércoles.

Cuando llegue el jueves a Ciudad Juárez, la urbe más violenta de América Latina, la caravana habrá recorrido unos 3.000 kilómetros, y tendrá acumuladas decenas de historias de dolor y, se espera, de consuelo.

En Juárez se firmará un pacto social con la exigencia central de poner fin a la militarización del país, la estrategia para combatir a los carteles contra el tráfico drogas, establecida por el conservador presidente Felipe Calderón al llegar al poder en diciembre de 2006. La "guerra" contra los narcos ha provocado unos 40.000 muertos.

En el pacto se pide que esa militarización sea reemplazada por un modelo de seguridad ciudadana basado en la reconstrucción del tejido social y los derechos humanos.

El sábado 4, en Morelia, ante una plaza repleta y enervada con la violencia, Javier Sicilia escuchó el testimonio de pobladores de Cherán, una aldea que desde el 15 de abril esta sitiada debido a su oposición a los taladores de montes, que se han aliado con narcotraficantes.

También brindó su testimonio María Herrera Magdaleno, quien denunció la desaparición de cuatro de sus hijos desde agosto del 2008. "Cada noche imagino su cara esperando volverlos a ver", dijo la mujer, en uno de los momentos más emotivos de la marcha hasta ahora.

La caravana avanza en medio de dificultades logísticas y a contracorriente de la dinámica electoral en que está ya inmersa la clase política.

Este mismo domingo, el principal líder opositor, Andrés Manuel López Obrador, encabezó un mitin en la capital en que aseguró que las elecciones del gobernador en el estado de México, donde su izquierdista Partido Revolucionario Democrático es favorito, serán "el primer episodio de la historia que tendrá su momento definitorio en julio del 2012 (con la elección presidencial)".

La víspera, los militares detuvieron a Jorge Hank Rhon, exalcalde de Tijuana y miembro de una poderosa familia considerada "intocable". La detención del político del opositor Partido Revolucionario Institucional, desplazó de las portadas de la prensa mexicana el arranque de la caravana.

También opacó al segundo aniversario del incendio de una guardería pública en Hermosillo, capital del nororiental estado de Sonora, en que murieron 49 niños, en que aún no se dirimieron responsabilidades.

"Es un acto demagógico, un despliegue de recursos para decirle a la gente que el Ejército está haciendo cosas por la gente", dijo a IPS durante uno de los trayectos Sicilia, quien en San Luis Potosí habló, por primera vez, de llevar sus acciones a la desobediencia civil.

"Si no logramos transformar el corazón de las instituciones (con la caravana y el pacto social) hay otras armas, otros medios legítimos y no violentos, como el boicot al pago de impuestos, la desobediencia civil", aseguró.

Al salir de San Luis Potosí, la caravana supo que la víspera la policía federal allanó sin orden judicial las oficinas del Centro de Derechos Humanos Paso del Norte, que dirige el sacerdote católico Óscar Enríquez y que es una de las organizaciones más conocidas de Ciudad Juárez.

La noticia generó tensión en la comitiva, que avanza hacia las zonas de mayor presencia de mafias criminales, lo que llevó a los conductores a demandar a los organizadores que compacten la caravana y agilicen los actos en las escalas, para evitar el desplazamiento nocturno.

En la caravana volvieron a reunirse los deudos que participaron en la caminata por la paz en mayo, en lo que dio comienzo a un incipiente proceso de organización de víctimas de la violencia.

Frente al emblemático Ángel de la Independencia de la capital mexicana, Julián Lebarón, del estado de Chihuahua, leyó una carta dirigida a Juan Francisco Sicilia, en que dijo que "la tragedia colectiva tiene que ser capaz de reunirnos como nunca antes en la historia. Esta vez la causa no es un terremoto o ni una inundación, la causa es una semilla de desprecio por nosotros, la gente mexicana".

"Yo vengo a marchar para gritar que los muertos son hijos de alguien, no son piedras o números (…) No quiero ser el hijo anónimo de nadie, no quiero que la apatía acabe por borrarnos del rostro a todos", dijo Lebaron, para quien esta marcha es "para volvernos a encontrar a nosotros, en una ruta de humanidad y fuerza".

Los organizadores de la caravana esperan sumar más vehículos y manifestantes al acercarse a Ciudad Juárez, donde las organizaciones de la sociedad civil ya se preparan para arroparla. Pero todavía falta pasar las zonas asoladas por el narcotráfico, esas donde Carlos Sánchez ha visto sus historias de terror.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe