Ira por desigualdad se extiende en el norte de África

Más de 20 personas han muerto y cientos fueron heridas en varios días de protestas por la falta de viviendas, los precios de los alimentos y las fracasadas políticas económicas en Argelia y Túnez, considerados países modelo apenas tres meses atrás por el Fondo Monetario Internacional.

Veinte víctimas fatales se registraron en Túnez, donde manifestantes contra el régimen de Zine el Abidine Ben Ali, apoyado por Occidente, se enfrentaron con la policía. Las revueltas fueron pronto replicadas en territorio argelino: al menos tres personas murieron el fin de semana en protestas contra el desempeño económico del presidente Abdelaziz Bouteflika.

Las revueltas en ambos países árabes fueron inicialmente ignoradas por los medios y gobiernos occidentales, pero Washington tomó nota cuando éstas comenzaron a agravarse.

El analista neoconservador estadounidense Elliott Abrams, consejero sobre Medio Oriente del gobierno de George W. Bush (2001-2009), opinó en su blog del independiente Consejo de Relaciones Exteriores que Túnez era un país "sin importancia", pero expresó preocupación de que la crisis pudiera poner en peligro a otras naciones árabes.

Argelia cubre 20 por ciento de las necesidades de gas de Europa y es el mayor productor mundial de ese hidrocarburo después de Rusia, Estados Unidos, Canadá, Irán y Noruega.

En los últimos días, miles de jóvenes argelinos lanzaron piedras a la policía, incendiaron árboles, atacaron bancos y oficinas del gobierno, exigiendo mejores condiciones de vida y una más justa distribución de la riqueza del país.

Los disturbios fueron ampliamente informados en la región árabe y vistos como un síntoma de la creciente impaciencia popular con esos regímenes autocráticos, considerados "moderados" por Occidente.

"Las protestas en Túnez son un mensaje de advertencia para todos los gobernantes árabes", escribió el columnista Fahmy Howeidi en varios periódicos árabes, apenas días antes de que se reprodujeran las manifestaciones en Argelia.

"La revolución de los hambrientos y despojados no puede ser ignorada más… el mensaje de Túnez es que la tiranía puede extender la vida del régimen, pero no mantenerlo vivo por siempre. Todos los países árabes sufren de condiciones similares a las que iniciaron las protestas en Túnez", dijo Howeidi.

Las "revoluciones" de Argelia y Túnez, como se las llama en la región, ocupan los titulares de importantes medios y portales en idependientes árabes en Internet, como Masrawy, AlMesryoon, Aljazeera.net y Alarabiya.net. Ni siquiera la versión árabe de Yahoo’s pudo ignorar el hecho por mucho tiempo.

Como sucede con otros gobiernos de la región, el régimen de Bouteflika es considerado corrupto e inepto.

Argelia, integrante de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), vio crecer drásticamente sus ingresos petroleros en 2010 gracias al aumento de los precios del crudo y del gas, pero esto no benefició a todos los argelinos.

Al mismo tiempo, el régimen del presidente tunecino Ben Ali se enriqueció desarrollando el turismo en su costa sobre el mar Mediterráneo, pero la mayor parte de la población del país aún vive en la pobreza y sufre el desempleo.

En ambos países, los ricos se han hecho cada vez más ricos, mientras se propaga la corrupción como medio para obtener beneficios del gobierno.

Gran parte de los 36 millones de argelinos tienen dificultades para obtener vivienda y artículos básicos para vivir.

La gigante estatal argelina de la energía Sonatrach fue sacudida en 2010 por un importante escándalo de corrupción y nepotismo.

El detonador específico de los disturbios en Argelia fue el aumento promedio de 30 por ciento en los precios de alimentos básicos como la harina, el aceite de cocina, la leche y el azúcar.

El ministro de Comercio argelino Mustafa Benbada se vio obligado el sábado a intervenir para frenar la inflación. Anunció que el gobierno reduciría los precios 14 por ciento, según la Agencia de Noticias Argelina.

Varios blogs de ese país informaron que los manifestantes todavía estaban molestos con la corrupción, la amplia desigualdad y los abusos del régimen. Las protestas continuaban en varias ciudades.

"En todo el mundo árabe estamos expuestos a ser comidos por los lobos", dijo un bloguero llamado Bousaad.

"Argelia se ha convertido en una jungla en la que las bestias se comen a los débiles", escribió otro, Rabei.

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