Internet en casa, un sueño a largo plazo en Cuba

La próxima entrada en operación de un cable submarino de fibra óptica que elevará considerablemente las velocidades de conexión a Internet en Cuba genera moderadas expectativas entre la sociedad civil del país, donde el acceso privado a la red no figura entre las prioridades oficiales.

"Cualquier medida para mejorar la conectividad y ampliar la capacidad de Cuba de acceder a Internet es positiva, porque permitirá que más voces de la isla, institucionales e individuales, se oigan en el mundo", dijo a IPS el periodista cubano Francisco Rodríguez, autor del blog Paquito el de Cuba.

En su opinión, "un mayor acceso de la sociedad civil, incluyendo instituciones y personas individuales, contribuiría a demostrar que la Revolución no es tan mala como algunos la pintan, ni tan perfecta como otros quisieran pensar. Para ello necesitamos tecnología, pero también entrenamiento en la diversidad de pensamiento y enfoques".

Pero la bloguera Yasmín Portales Machado no cree que el cable aumente la conectividad doméstica "porque ese no es el interés del Estado".

Tampoco espera que bajen las tarifas, porque "si se asigna un sector de la capacidad del cable para que sea comercializado, será en moneda dura para amortizar los costes y la mayor parte de la población no podrá pagarlo".
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El último informe sobre el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, reseña que en 2008 había en Cuba 13 usuarios de Internet por cada 100 habitantes, aunque no se hace diferencia entre la red mundial y la interna o Intranet, de la cual disponen muchos profesionales.

A su vez, un reporte de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) indicó que solo 2,9 por ciento de los ciudadanos encuestados, entre febrero y abril de 2010 y en unos 38.000 hogares, tuvo acceso directo a Internet en ese último año, aunque la mayoría lo hizo desde sus centros de trabajo o estudio.

Según los resultados divulgados recientemente, 5,9 por ciento se conectó por medios privados, 59,9 por ciento desde su centro de estudios, 7,4 por ciento en su trabajo y 15,9 por ciento desde la cuenta de otra persona.

La misma muestra concluyó que los servicios de correo electrónico habían sido utilizados por 5,8 por ciento de las personas encuestadas.

El acceso a Internet desde los hogares cubanos incluye a un cierto número de profesionales del sector académico, científico, cultural o periodístico. También a diplomáticos y residentes extranjeros, quienes deben pagar sus cuentas privadas de conexión en pesos convertibles, que circulan en reemplazo del dólar estadounidense.

Los cubanos pueden conectarse en cibercafés de los hoteles, al equivalente a entre 7,5 y 12,5 dólares por hora, según la categoría del establecimiento. Una resolución ministerial de junio de 2009 autorizó a la estatal empresa de correos a proveer el servicio, pero hasta ahora solo ofrecen acceso a correo electrónico e Intranet.

El proyecto para conectar Cuba y Venezuela mediante un cable de fibra óptica de 1.602 kilómetros podría estar listo a mediados de 2011 si se cumple el cronograma anunciado a principios de mes por Waldo Reboredo, vicepresidente de la empresa mixta Telecomunicaciones Gran Caribe, en declaraciones a medios oficiales cubanos.

Según Reboredo, la lanzada de la vía desde Venezuela comenzará el 25 de enero de 2011 y el 15 de febrero estaría llegando a Cuba, desde donde saldrá posteriormente rumbo a Jamaica. Luego viene "la fase de puesta en marcha, para que el cable submarino entre en operaciones a inicios del segundo semestre del próximo año", dijo el ejecutivo.

Todas las fuentes oficiales coinciden en que el funcionamiento de esta ruta submarina multiplicará hasta 3.000 veces las velocidades de transmisión de datos, imágenes y voz de que dispone Cuba actualmente para su tráfico en Internet. Pero alertan que esa mejoría en calidad no significará "una extensión" de las infocomunicaciones.

El propio Reboredo advirtió además que la entrada en operaciones de la fibra óptica no implica el cese de los servicios de Internet mediante satélite, únicos posibles hasta ahora por las prohibiciones del bloqueo estadounidense contra Cuba, que impide el enlace a las redes de fibra óptica que pasan cerca del archipiélago caribeño.

Según informes oficiales de enero, este año comenzó con un crecimiento de 10 por ciento en la conectividad internacional, gracias a una mayor capacidad en la vía satelital, con una velocidad actual de 209 megabits por segundo de salida y de 379 megabits por segundo de entrada.

Esa capacidad crecerá considerablemente con el cable cubano-venezolano, que dispondrá inicialmente de 640 gigabytes por segundo, donde cada byte equivale a ocho bits.

Sin embargo, las autoridades han reiterado que el país continuará priorizando el uso social de las nuevas tecnologías, es decir en centros educacionales, asociaciones profesionales o espacios recreativos, entre otros.

Citado por medios cubanos, el viceministro primero de la Informática y las Comunicaciones, Ramón Linares, basó esa política en dificultades en la infraestructura de telecomunicaciones cuya solución requiere de inversiones que el país no está en capacidad de enfrentar por ahora.

A Gustavo Andújar, vicepresidente de Signis, Asociación Católica Mundial para la Comunicación, le sabe "a muy poco" esto del "uso social" de Internet, aunque comprende "que las universidades y otros centros de salud, educacionales, culturales, las empresas y otras entidades económicas, necesiten prioritariamente ese acceso".

"Espero que en la mira de quienes toman decisiones en este campo esté el acceso masivo a Internet para todos los cubanos. Si no, se nos irá definitivamente el tren", afirmó a IPS el comunicador, quien no se resigna a que su país se quede atrás en el uso "doméstico" o "popular" de esta tecnología.

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