La carga de la deuda en Zimbabwe la llevan las mujeres

La carga de la deuda pública de Zimbabwe, de unos 8,3 millones de dólares, está agotando los recursos nacionales para sectores clave como la salud y los servicios básicos, afectando especialmente a mujeres.

Muchas zimbabwenses optan por dar a luz en sus casas, sin los debidos controles de higiene, y muchos bebés nacen con VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida), ya que sus madres no han podido pagar servicios de prevención en hospitales o clínicas, según la Coalición de Zimbabwe sobre Deuda y Desarrollo (ZIMCODD, por sus siglas en inglés).

La ZIMCODD es una alianza de organizaciones dedicadas a temas de justicia social y económica. El grupo calcula que la deuda de este país de África austral asciende a 8,3 millones de dólares, incluyendo intereses.

Los hospitales y las clínicas de las áreas urbanas zimbabwenses cobran 250 y 50 dólares respectivamente la atención en maternidad. Dar a luz en un hospital estatal, con ayuda de una partera profesional, cuesta 173 dólares.

Dado que incluso los funcionarios públicos ganan menos de 200 dólares al mes en este país, el costo de la salud es prohibitivo para la mayoría de los ciudadanos.
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"No podemos acceder a medicamentos contra el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) o contra infecciones oportunistas porque son demasiado caros", dijo Tariro Chikwanha, portadora de VIH.

Incluso los exámenes del virus son muy costosos para los zimbabwenses, a unos 10 dólares en hospitales estatales. Chikwanha, quien ha vivido con el virus por 13 años, está cada vez más preocupada por la inaccesibilidad de los servicios de Zimbabwe. Ante esto fundó DREAMS, una organización que trabaja con jóvenes infectados con VIH/Sida o cuyas vidas han sido afectadas de alguna manera por la enfermedad.

"Ante los altos costos, la mayoría de las personas se rinden y esperan la muerte en sus casas", explicó.

Ella responsabiliza de esta situación a la insostenible deuda pública, que extingue los recursos estatales para la atención de la salud. El gobierno cuenta con un llamado "fondo de dimensión social", que se supone atiende esas necesidades, pero en los hechos no existe.

"Las deudas del gobierno nos están matando a las mujeres. El gobierno debería dejar de pedir préstamos", dijo Chikwanha a IPS. "Tenemos suficiente dinero nosotros mismos. Contamos con diamantes, platino y oro. Deberían vender estos minerales y conseguirnos dinero para vivir mejor", afirmó.

La ZIMCODD lideró una campaña de toma de conciencia contra la deuda y contra instituciones financieras como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, que concluyó el domingo pasado.

La coalición estima que, si se divide la deuda entre la población zimbabwense, cada ciudadano le debería a esos organismos multilaterales 525 dólares.

Según estadísticas del Ministerio de Salud, Zimbabwe gasta sólo nueve dólares en cada persona al año. Esto no le permitirá alcanzar los Objetivos de Desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas para el Milenio.

El tema de la campaña fue "Préstamos responsables para garantizar los derechos sociales y económicos de la población", e incluyó el lanzamiento de una "Guía del ciudadano sobre la deuda", obras de teatro y conciertos.

"Estamos usando estas expresiones artísticas para ayudar a explicar los temas de la deuda y cómo afectan a los ciudadanos de Zimbabwe", dijo a IPS el director ejecutivo de la ZIMCODD, Dakarai Matanga.

Una obra titulada "No hay préstamos sin nosotros" fue puesta en escena en Harare. La historia relaciona la deuda con la vida diaria de las personas, subrayando la importancia de que el gobierno consulte a la población antes de asumir más créditos.

Según la Alianza de Residentes de Harare, el uso de dinero público en el pago de deudas supone agotar los recursos para servicios básicos como el agua, a la que los ciudadanos se ven obligados a comprar por otros medios.

Anilia Masaraure, representando a la Asociación de Negocios Alternativos (APA, por sus siglas en inglés), dijo que las mujeres debían trabajar más duro ante la constante falta de agua y electricidad.

"Las mujeres se ven obligadas a invertir más tiempo buscando leña y agua en lugar de trabajar en el mercado y en negocios que le darían dinero extra para luchar contra la pobreza en sus familias", dijo Masaraure a IPS. APA es un grupo de pequeñas empresas dirigidas por mujeres.

Lovemore Matombo, presidente del Congreso de Sindicatos de Zimbabwe, dijo a IPS que los países de África no deberían pagar la deuda al FMI y al Banco Mundial.

"En países occidentales, autobuses y tranvías van de aquí para allá, a veces transportando (solo) dos o cinco personas. Pueden pagar eso porque los impuestos son usados en forma efectiva y el transporte es subsidiado por los gobiernos. Pero cuando (los occidentales) vienen a África, nos dicen que privaticemos", dijo Matombo.

"No están haciendo en África lo que hacen en sus propios países. Son instituciones criminales. La deuda no debe ser pagada. Pagar una deuda así es como tirar dinero a la letrina", añadió.

La postura de ZIMCODD es que los países africanos deberían rechazar los préstamos que vienen con condiciones. También exige que los gobiernos africanos sean responsables y transparentes a la hora de solicitar préstamos, destinándolos a la producción más que al consumo.

Además, ZIMCODD señala que el parlamento y la sociedad civil deberían participar significativamente en las decisiones del gobierno en relación con créditos.

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