Miedo laboral en ruta ante el cambio climático

Los trabajadores del transporte temen que medidas para mitigar el cambio climático, como la reducción de la emisión de gases contaminantes, pongan en riesgo sus empleos, mientras expertos urgen a transformar el modelo predominante en ese sector en todo el mundo.

"El futuro del transporte depende de la sustentabilidad. Pero tiene que haber una transición, porque el cambio no puede ocurrir de la noche al día", dijo a IPS Sandra Burleson, representante de la estadounidense Unión de Trabajadores del Transporte, que aglutina a 135.000 miembros de sectores como el aéreo, el servicio público de pasajeros y el ferroviario.

La relación entre esta actividad global y el cambio climático es uno de los temas centrales del 42 Congreso Internacional de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF por sus siglas en inglés), que comenzará este jueves en la capital mexicana y se extenderá hasta el día 12.

Este miércoles los asistentes, provenientes de 368 sindicatos de 112 países, debatieron el asunto en una jornada especial sobre el fenómeno y la cual quedaron expuestas las divergencias en torno a la actual crisis ecológica mundial, especialmente acerca del uso de combustibles de origen fósil como el carbón y el petróleo, vitales para el transporte.

"Mantengo que es posible, incluso necesario, que los sindicatos se opongan a las iniciativas destructoras de empleos que están relacionadas con el cambio climático. Pero, al mismo tiempo, podemos unirnos a los ambientalistas en una serie de cuestiones de política", expresó este miércoles ante el foro el presidente del estadounidense Sindicato Internacional del Transporte de las Comunicaciones, Robert Scardeletti.

Esta es una de las asociaciones de trabajadores más antiguas de Estados Unidos, que aglutina a aproximadamente 46.000 miembros, especialmente del sector ferroviario.

El transporte es el responsable de 13 por ciento de las emisiones globales de gases invernadero, señalados de ocasionar el aumento de la temperatura planetaria.

El de tipo por carretera equivale a 10 por ciento del total, según el documento titulado "Trabajadores del transporte y cambio climático: hacia una movilidad sustentable y baja en carbono", discutido durante la conferencia especial.

De las emisiones de dióxido de carbono (CO2), uno de los gases más contaminantes, 23 por ciento proviene del transporte. Nuevamente, el modo carretero se impone, con casi 23 por ciento, según el reporte.

"Las emisiones del transporte están aumentando más rápidamente que las de otros sectores, por lo cual es importante tomar medidas de mitigación y adaptación", señalaron a IPS Lara Skinner y Sean Sweeney, investigadores del Instituto Global del Trabajo (GLI por sus siglas en inglés) de la estadounidense Universidad de Cornell, asistentes a la conferencia.

El Grupo de Trabajo sobre Cambio Climático de ITF y el GLI elaboraron el informe preparado específicamente para la conferencia internacional, que aborda temas como la calidad de los servicios públicos, la piratería, la seguridad y la prevención del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida.

Los expertos han propuesto el esquema "reducir-cambiar-mejorar", en alusión a las acciones de disminución de emanaciones, viraje hacia modos de transporte más sustentables y el aumento de la eficiencia energética.

"El transporte es uno de los problemas más serios, pero no es la raíz del problema sino un efecto de los patrones de producción y demanda de bienes y servicios", explicó a IPS el noruego Asbjörn Wahl, responsable del Grupo de Trabajo sobre Cambio Climático de ITF.

El transporte barato, la alta movilidad de mercancías y personas, el creciente uso del automóvil y un énfasis en el transporte terrestre están detrás del aumento de las emisiones de gases invernadero, según el texto de 55 páginas.

El Comité Ejecutivo de ITF optó por no presentar el documento sobre cambio climático como una declaración de política de la organización, a pesar de que en principio se había previsto lo contrario.

El Congreso, que se realiza cada cuatro años, votará sobre tres propuestas, que serán vinculantes para la organización y sus políticas durante los próximos cuatro años.

De ellas, la llamada Moción 1 es la más ambiciosa y la que cuenta ya con el respaldo de 51 sindicatos en todo el mundo. Ese planteamiento adopta el esquema "reducir-cambiar-mejorar".

Pero advierte que la ITF "jamás aceptará que la transición hacia una sociedad con bajas emisiones de carbono se produzca a partir de un mayor desempleo y perjudicando los salarios y las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras del transporte".

"Hay condiciones para los transportes alternativos, pero hay que considerar que somos países en desarrollo", manifestaron a IPS los etíopes Zeleke Mena y Zerihon Alemu, de la Federación de Trabajadores del Transporte y las Comunicaciones de esa nación africana.

En Addis Abeba, la capital etíope de cinco millones de habitantes, circulan más de 1.100 autobuses del servicio público y privado y unos 12.000 taxis. En 2008, la administración local puso en operación dos unidades eléctricas. "La gente necesita transporte y lo que hay es insuficiente", aseguraron.

El reporte de ITF, que abarca a 4,6 millones de trabajadores en el mundo, sugiere una moratoria a la liberalización mundial del transporte, un mayor uso de trenes de alta velocidad en vez de aviones y aumentar la eficiencia energética en los modos de transporte y la tecnología vehicular.

Estudios sobre políticas del esquema reducir-cambiar-mejorar sugieren que más empleos serán creados que perdidos en el transporte por estas políticas, cita el análisis, pero prevé que éstas podrían causar cambios en los puestos de trabajo existentes y en las pérdidas potenciales.

"Debemos ser líderes en la protección de los empleos actuales en el transporte y en la creación de nuevos empleos en el colectivo de pasajeros y otras modalidades limpias. Nuestra absoluta prioridad debe ser proteger y mejorar a los trabajadores que ya representamos", sostuvo Scardelletti.

México emite anualmente 715,3 millones de toneladas de CO2, de las cuales el transporte representa unos 134 millones, según cifras gubernamentales.

Sesenta por ciento de las emanaciones totales provienen de la producción y el consumo de energía, incluyendo al transporte, 14,4 por ciento del manejo de desechos, 9,9 por ciento de la deforestación, 8,9 por ciento de los procesos industriales y 6,4 por ciento de la actividad agrícola.

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