Tuberculosis infantil desatendida en Sudáfrica

El gobierno de Sudáfrica no tiene voluntad política para luchar contra la tuberculosis, pese a que es una de las principales enfermedades y causa de muerte infantil en este país, aseguran especialistas.

El sistema de salud pública no está capacitado para diagnosticar y tratar a los menores que contrajeron la bacteria.

"No se atiende la enfermedad como corresponde y necesitamos cambiar eso de forma urgente", señaló Tsholofelo Mhlaba, investigadora de la fundación Health Systems Trust, en la 2ª Conferencia sobre Tuberculosis realizada en esta oriental ciudad sudafricana del martes hasta este viernes.

"Para ello necesitamos, básicamente, revisar el sistema de salud y destinar más fondos a los programas contra la tuberculosis infantil", añadió.

Unas nueve millones de personas contraen la bacteria cada año, un tercio de las cuales viven en África, según la Organización Mundial de la Salud, y más de 15 por ciento son menores, unos 450.000 niños y niñas.
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No hay estadísticas precisas sobre la cantidad de casos pediátricos de tuberculosis en muchos países africanos, incluida Sudáfrica, lo que hace muy difícil la implementación de programas efectivos de salud, señalan los especialistas.

"Hasta que no sepamos cómo y dónde se infectan los menores, no podremos intervenir de forma apropiada", advirtió Mhlaba. "Necesitamos mucha más investigación en Sudáfrica y un mejor sistema de registro e información", añadió.

Le Departamento de Salud no se concentra en menores porque, a diferencia de los adultos, éstos rara vez transmiten la enfermedad, explicó.

Unos 750.000 niños y niñas mueren en Sudáfrica antes de los cinco años, seis por ciento de los cuales a causa de la tuberculosis, según especialistas.

"Si queremos mejorar la salud infantil debemos concentrarnos en la enfermedad", urgió Ben Marais, investigador del departamento de pediatría de la Universidad de Stellenbosch, cerca de Ciudad del Cabo. "Los menores se ven seriamente afectados y cuanto más pequeños, peor es", añadió.

Los especialistas reclaman que los programas contra la tuberculosis infantil se integren a los de adultos.

Los investigadores "finalmente se dan cuenta de la gravedad de la tuberculosis en menores", señaló el Peter Vranken, director en Swazilandia del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, organismo público de Estados Unidos.

"Pero el diagnóstico, la atención y el tratamiento de la enfermedad es muy complicado, aun sin tener en cuenta las infecciones con VIH (virus de inmunodeficiencia humana) y la resistencia de la bacteria a diversos fármacos", añadió.

La tuberculosis se manifiesta de distintas formas en niños y niñas, por ejemplo, con una neumonía. Una radiografía no necesariamente muestra la infección. Además, si es muy pequeño como para toser, no se puede hacer un análisis de esputo para identificar la presencia de bacterias en los pulmones y en los bronquios.

Es muy común que menores con VIH contraigan la tuberculosis porque su sistema inmunológico está muy debilitado. Entre 40 y 60 por ciento tienen al menos un episodio de la enfermedad en su vida. Cuando la niña, o el niño, tiene el virus causante del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), es mucho más difícil diagnosticarla.

"Es difícil diferenciar la tuberculosis de otras infecciones pulmonares oportunistas", explicó Prakash Jeena, profesor de pediatría y salud infantil de la Universidad de KwaZulu-Natal, en Durban.

"La tuberculosis pediátrica no está bien estudiada y el diagnóstico clínico o mediante radiografías no es confiable", coincidió Heather Zar, presidenta del departamento de salud infantil del hospital infantil de la Cruz Roja en Ciudad de Cabo, en el sur del país.

El estudio de la enfermedad en menores debe recibir el mismo presupuesto y atención que la de adultos y deben aplicarse los mismos estándares de diagnóstico, añadió.

Para ello es necesario mejorar la capacitación del personal de salud, no sólo en los hospitales clave, sino también en clínicas públicas en suburbios y áreas rurales alejadas.

La organización internacional Médicos Sin Fronteras lanzó un programa piloto en 2009 con un enfoque centrado en el paciente y una atención descentralizada para tratar la tuberculosis en Khayelitsha, uno de los mayores municipios pobres de Sudáfrica, 35 kilómetros a las afueras de Ciudad de Cabo.

También capacitan al personal médico para diagnosticar y tratar la tuberculosis, en lo casos de menor y mayor resistencia de la bacteria al fármaco.

"Es hora de acerca el diagnóstico y el tratamiento a la gente", señaló la coordinadora de Médicos Sin Fronteras en Khayelitsha, Andiswa Vazi.

Las personas muy pobres que viven fuera de las ciudades no pueden trasladarse regularmente a un centro de salud para atenderse, lo que hace que el tratamiento se interrumpa y que aumente la resistencia a los medicamentos.

"Es importante que los niños y niñas que dependen de un acompañante para recibir tratamiento tengan una clínica cerca de donde viven", añadió.

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