Representantes de la sociedad civil de Asia sudoriental enviaron un mensaje inequívoco a sus líderes: no sucumbirán ante quienes eliminen libertades políticas y civiles.
Lo hicieron boicoteando un encuentro previsto con funcionarios de gobierno en el marco de la XV Cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), que se desarrolla en esta turística ciudad tailandesa desde este viernes y hasta el domingo
El bloque, hoy integrado por Birmania, Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam, se fundó en 1967, en plena Guerra Fría, como escudo ante la expansión del comunismo.
Los activistas que se negaron a participar del encuentro eran indonesios, malasios y tailandeses.
A la cumbre asisten representantes de países con regímenes cuestionados como Birmania —gobernada por una junta militar—, Singapur —administrada por un partido poco tolerante a las críticas— y Vietnam, con un régimen comunista.
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El boicot se produjo luego de que algunos gobiernos de la Asean rechazaran a la mitad de los 10 representantes de organizaciones no gubernamentales (ONG) elegidos por sus pares para participar en el encuentro.
Entre aquellos cuyos nombres fueron eliminados de la lista por sus propios gobiernos se destacaban Sinapan Samydorai, luchador por los derechos de los inmigrantes en Singapur, Khin Ohmar, activista político birmano exiliado, y Nay Vanda, defensor camboyano de los derechos humanos.
La monja filipina Crescencia L. Lucero también quedó fuera, al no contar con el consentimiento de la cancillería de su país, lo que sorprendió a muchos dado que Filipinas cuenta con una vibrante sociedad civil organizada.
El régimen de Birmania designó a Win Myaing, ex coronel de la policía y miembro de la asociación antinarcóticos, para reemplazar a Khin Ohmar.
Este golpe a las ONG se produce cuando el país anfitrión de la cumbre, Tailandia, se esfuerza por impulsar la nueva imagen que pretende dar la Asean de cara a 2015, como bloque regional inclusivo y centrado en la gente.
También tiene lugar después de que todos los países ratificaron la nueva Carta del grupo, que incluye nuevas reglas.
El primer ministro tailandés Abhisit Vejjajiva inauguró la cumbre este viernes con un discurso en el que recordó a los delegados el compromiso de "construir una comunidad de la Asean centrada en la gente".
Pero esto demostró ser nada más que un discurso vacío cuando se limitó la participación de la sociedad civil, que da voz a los 560 millones de habitantes de la Asean. Los obstáculos fueron puestos por los gobiernos de Brunei, Birmania, Camboya, Filipinas, Laos, Singapur y Vietnam.
"Nos insultan los intentos de una mayoría de gobiernos de la Asean para seleccionar quién de la sociedad civil puede reunirse con ellos y quién no", dijo Yuyun Wahyuningrum, activista que iba a representar a una ONG de Indonesia en la reunión con los líderes gubernamentales pero optó por boicotearla.
"Esto muestra la falta de compromiso de estos gobiernos para cumplir el objetivo de la Asean de estar centrada en la gente", agregó.
"El futuro de estos encuentros durante las cumbres de la Asean ahora se hace débil", dijo a IPS.
"Semejante interferencia del gobierno en el rol de los grupos de la sociedad civil en esta cumbre no es lo que acordamos cuando se dio forma al proceso para este encuentro", añadió.
Unos 500 representantes de ONG de toda la región se habían reunido en Tailandia del 18 al 20 de este mes para subrayar las cuestiones a abordar durante la interacción con los dirigentes gubernamentales. En aquella reunión debatieron sobre violaciones a los derechos humanos, falta de democracia, preocupaciones vinculadas al desarrollo, ambiente y salud pública.
Estos temas quedaron a un lado debido al boicot. "Hablé sobre la importancia de la sociedad civil en la región si queremos que haya solidaridad en la Asean", dijo Surichai WunGaeo, académico tailandés y líder de la delegación de ONG que sí participaron de la reunión con los políticos.
"Les dije que la sociedad civil está comprometida a construir tal asociación", agregó.
En la reunión de 30 minutos solamente habló un representante de las ONG, de Vietnam, dijo Surichai a IPS.
"El primer ministro tailandés aceptó nuestros puntos de vista y también respetó la decisión de los representantes de la sociedad civil que eligieron no asistir", señaló.
La posición de Tailandia es consistente con el éxito que logró en la anterior cumbre de la Asean en Cha-am, en febrero.
En aquella reunión, la Asean programó una interacción cara a cara entre los líderes de gobierno y delegados de ONG por primera vez en 42 años.
Pero el incidente de este viernes agudizó las diferencias entre los miembros del bloque.
"Los países que rechazaron a los representantes de la sociedad civil nominados por las ONG de la Asean se han expuesto en esta cumbre", dijo Chalida Tajaroensuk, directora de la Fundación para el Empoderamiento del Pueblo, con sede en Bangkok.
"Ellos no comprenden qué es la sociedad civil y qué significa nuestro rol independiente", agregó.
"La Asean no se trata de los 10 líderes y qué piensan sólo ellos. Tienen que escucharnos porque ofrecemos puntos de vista y voces de personas de la Asean. Nosotros representamos a la comunidad de la Asean", declaró a IPS.
