EL SALVADOR: Llega campaña contra Escuela de las Américas

Representantes del Observatorio de la Escuela de las Américas visitaron El Salvador para solicitar al gobierno del izquierdista FMLN, que será investido en junio, que no envíe más militares a esa academia estadounidense, acusada de impartir técnicas de torturas.

Los activistas del Observatorio (SOA Watch en inglés) consideran que esta nación centroamericana es su referencia de "identidad", ya que el movimiento surgió en 1990 tras conocerse "las atrocidades que se cometieron durante la guerra civil" salvadoreña, y sobre todo el asesinato de seis sacerdotes jesuitas y de dos colaboradoras en noviembre de 1989.

"En El Salvador se prendió la luz de nuestro movimiento", esa masacre nos permitió "abrir los ojos" sobre el uso que el ejército estadounidense le daba a nuestros impuestos, dijo a IPS Lisa Sullivan, coordinadora para América Latina del SOA Watch.

Nuestro dinero era utilizado para adiestrar a "militares" salvadoreños en cómo "matar a líderes campesinos, sacerdotes y monjas", manifestó Sullivan.

La guerra entre fuerzas del Estado y el izquierdista FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional) se desarrolló en forma abierta entre 1980 y 1992 y dejó 75.000 muertos, la mayoría a manos de militares y escuadrones de la muerte.

En 1993 el FMLN pasó a actuar como partido político. En marzo de este año, ganó las elecciones generales.

La Escuela de las Américas (SOA, por sus siglas en inglés) fue fundada en 1946 en Panamá, como parte de la doctrina de Seguridad Nacional adoptada por Estados Unidos.

La SOA tenía como fin a entrenar a militares latinoamericanos en técnicas de guerra contrainsurgente, que en muchos casos resultaron en violaciones a los derechos humanos en todo el hemisferio, como se hizo evidente en varios países sudamericanos, de América Central y México, señala una publicación del Observatorio.

En 1984, el presidente de Panamá, Jorge Illueca, ordenó el cierre de la SOA. Ésta fue trasladada ese mismo año a Fort Benning, en el sureño estado estadounidense de Georgia. En diciembre de 2000, Washington decidió ponerle fin por las protestas de organizaciones de la sociedad civil.

En enero del siguiente año se inició en esas mismas instalaciones, con igual personal, el Instituto de Cooperación y Seguridad del Hemisferio Occidental (Whinsec, por sus siglas en inglés), que sigue cumpliendo las mismas labores, incluyendo como alumnos a civiles y policías.

Según el Observatorio, 19 de los 26 militares acusados de participar en el crimen de los jesuitas se graduaron de la antigua SOA.

Entre los 64.000 graduados también aparecen tres de los cinco militares que participaron en la violación y asesinato en El Salvador de tres monjas y una trabajadora social estadounidenses, en diciembre de 1980.

Además, pasaron por sus aulas los dictadores Manuel Noriega, de Panamá (1983-1989), Leopoldo Galtieri y Roberto Viola, miembros de las juntas militares que gobernaron Argentina entre 1976 y 1983, Juan Velasco Alvarado, de Perú (1968-1975), Guillermo Rodríguez, de Ecuador (1972-1976), y Hugo Banzer, de Bolivia (1971-1978).

Por protestar contra la permanencia de la Escuela de las Américas, el sacerdote jesuita Joseph Mulligan fue arrestado en noviembre de 2003, acusado de "invadir" la base militar. Permaneció detenido en una cárcel de Georgia entre febrero y abril de 2004.

Mulligan relató a IPS que participó en acciones de desobediencia civil que desde 1990 concentran a unos 22.000 manifestantes frente al Whinsec, porque se siente responsable como ciudadano estadounidense de los actos de su gobierno en América Latina.

Queremos "enviar un mensaje al ejército y a la sociedad estadounidenses de que nos oponemos a que se continúe entrenando a militares que luego violan los derechos humanos", reiteró el religioso.

Otros seis manifestantes que han participado en estas protestas siguen presos en Estados Unidos, cumpliendo arrestos de entre dos y seis meses. A lo largo de los años, cientos han sido detenidos por esta razón.

El activista chileno Pablo Ruiz, miembro del Observatorio, sostuvo que se debe "construir un nuevo concepto de Fuerzas Armadas", y protestó porque la presidenta de su país, la socialista Michelle Bachelet "aún no retira" a los efectivos de ese centro de entrenamiento "porque el poder los militares todavía es muy fuerte".

Según datos del Observatorio de 2008, Colombia encabeza la lista de países que envían más militares a entrenarse al Whinsec, con 323 efectivos, seguido de Chile con 195, Perú (134), Nicaragua (78), Republicana Dominicana (65), Ecuador (62), Panamá (50), Honduras (44), El Salvador (37), Guatemala (35), Costa Rica (22), Paraguay (15), México (13), Jamaica (10), Belice y Brasil ( cuatro) y Canadá (dos).

Los activistas afirman que han visitado desde 2008 16 países latinoamericanos y se reunieron con sus autoridades, consiguiendo en algunos casos el compromiso de los gobiernos de cesar esta colaboración militar.

A juicio de Sullivan, en El Salvador se vislumbra "una apertura" a esta posibilidad con la llegada del FMLN al gobierno.

Mary Anne Parrone, activista del Observatorio, aseguró que en un encuentro con el vicepresidente electo, Salvador Sánchez Cerén, éste reconoció que desconocía la existencia del Whinsec y que tomaría muy en cuenta esa información.

Este país tiene programado elevar a 58 la cantidad de militares que enviará este año a Fort Benning.

Una fuente cercana a Sánchez Cerén confirmó a IPS que se realizó la reunión.

"Es preocupante; muchas veces los gobiernos no están al tanto" de que sus militares son entrenados en el Whinsec, pues desde 2005 esta escuela militar no revela los nombres de los alumnos, ya que en la mayoría de las ocasiones son invitaciones a título personal", precisó la coordinadora de SOA Watch.

"Creemos que es importante que se fortalezca el concepto de soberanía en América Latina", concluyó Sullivan.

* Prohibida su publicación en Italia.

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