EEUU-IRÁN: Acercamiento será lento

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, comienza a hacer andar lentamente su estrategia diplomática con Irán. Pero el proceso llevará su tiempo, coincidieron analistas.

Una cosa es clara de la lenta marcha de la política de Obama hacia Teherán: la idea de un "gran regateo" —para resolver de una sola vez todos los temas de discordia— ha quedado en el camino. El nuevo gobierno de Estados Unidos busca en realidad reformas sucesivas a las relaciones con Irán.

"Es un error y trampa pensar en un ‘gran regateo’", dijo Thomas Pickering, ex embajador estadounidense en la Organización de las Naciones Unidas y ex subsecretario de Estado (vicecanciller), al participar el jueves de una reunión de analistas organizada por el Consejo de Políticas para Medio Oriente (MEPC).

En cambio, Pickering propuso una "gran agenda" en la que todos los temas estén sobre la mesa, pero no necesariamente vinculados entre sí.

Obama prometió durante su campaña electoral el año pasado trabajar por un acercamiento con Irán, y desde entonces ha reiterado su posición con un discurso en el cual está claramente ausente la retórica de "blanco o negro" de su antecesor, George W. Bush (2001-2009), quien en su primer periodo de gobierno ubicó a Irán en lo que llamó el "eje del mal", junto a Corea del Norte e Iraq.
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Los que se oponen a un acercamiento a Irán por lo general señalan como motivo de preocupación la rapidez con que ese país avanza en su programa de desarrollo nuclear, que según críticos tiene el objetivo de fabricar armas atómicas, aunque Teherán asegura que tiene fines pacíficos.

Pero en el encuentro del MEPC el jueves, varios expertos sobre las relaciones estadounidense-iraníes recomendaron no concentrarse sólo en el tema nuclear.

"El programa atómico no es la suma de todas las preocupaciones de Estados Unidos", dijo Kenneth Katzman, experto en Medio Oriente para el Servicio de Investigación del Congreso, recordando que Irán había suspendido dos veces su plan de enriquecimiento de uranio en la primera mitad de esta década, y los cambios insignificantes que esto tuvo en las relaciones con Washington.

No obstante, es indudable que ese tema estará al tope de la agenda. Pickering opinó cómo debía llevarse adelante el diálogo bilateral.

"La pieza central de nuestra política nuclear con Irán debe ser una adecuada inspección", afirmó, y señaló que tener "tolerancia cero" con el programa de enriquecimiento de uranio –la postura que ha tenido hasta ahora la administración de Bush—era una "receta para el desastre".

La semana pasada, la administración de Obama dio un paso en esa dirección al informar que incluiría a Alemania, China, Gran Bretaña, Francia y Rusia en la mesa de negociaciones con Irán para discutir el tema nuclear. El anuncio fue bien recibido por el presidente iraní Mahmoud Ahmadineyad, aunque advirtió que el diálogo debía ser "honesto".

Por su parte, el miércoles, Ahmadineyad anunció que preparaba una oferta para Occidente.

En la reunión del MEPC, el presidente del Consejo Nacional Iraní-Estadounidense, Trita Parsi, quien apoya el acercamiento diplomático, dijo que el primer indicio de la seriedad de esa oferta será si es pública o no. Parsi sostuvo que las negociaciones sobre este tema deben ser realizadas en privado.

Por su parte, Pickering sugirió que, en esas negociaciones, se aplicara el protocolo adicional del Tratado de No Proliferación Nuclear, que propone un régimen de inspecciones similar al usado en Iraq y supervisiones por parte de expertos en ciencia nuclear.

Sin embargo, la "discusión atómica" debe llegar "en el debido momento", dijo Pickering. En el panel hubo consenso de que Irán no ha avanzado lo suficiente en su programa como para eventualmente fabricar armas atómicas.

Pero muchos temen que Israel no tenga la paciencia necesaria para un lento acercamiento diplomático con Irán. Los líderes israelíes de línea dura sostienen que el programa de Teherán está avanzado, y que la bomba está al alcance, lo que supondría una amenaza directa al Estado judío.

En una entrevista para la revista estadounidense The Atlantic Monthy, Netanyahu dijo que no dejaría que esa amenaza se concrete.

"El presidente estadounidense, dijo (Netanyahu), debe impedir que Irán adquiera armas nucleares, y tiene que hacerlo rápido, o Israel, en peligro, se verá forzado a atacar las instalaciones nucleares iraníes por sí mismo", escribió en la revista Jeffrey Goldberg, quien es también un veterano del ejército israelí.

En un programa radial el domingo, el presidente israelí Shimon Peres afirmó que su gobierno estaba dispuesto a atacar Irán si Ahmadineyad no cesaba en sus ambiciones nucleares. "Lo atacaremos", dijo Peres.

Pero el lunes, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, le dijo a estudiantes del Cuerpo de Marina que un ataque israelí contra Irán tendría consecuencias negativas, incluyendo la de fortalecer "la determinación (de ese país) a tener un programa nuclear".

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