DDHH-TURQUÍA: Libertad de expresión en el debe

Mientras aspira a la membresía plena de la Unión Europea (UE), Turquía aún tiene como cuenta pendiente una real libertad de expresión, lo que plantea dudas sobre si alguna vez podrá integrarse al bloque.

Al mayor grupo de medios turco —a menudo crítico del gobierno— se le impuso una multa récord de 500 millones de dólares, por presunta evasión impositiva y fraude.

Según críticos, se trata de una medida con fines políticos para silenciar el disenso con el partido gobernante, de raíces islámicas.

Al mismo tiempo, el líder del partido pro-kurdo fue censurado por haber violado el tabú de hablar kurdo en el parlamento.

La batalla entre el gobierno y la prensa está representada por el primer ministro Recep Tayyip Erdogan, ex activista islamista ahora tan popular como controvertido, y Aydin Dogan, manifiesto secularista y presidente de un complejo empresarial dueño de alrededor de la mitad de los medios nacionales.
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El duelo comenzó en septiembre de 2008, cuando el grupo Dogan informó ampliamente sobre el juicio a una fundación benéfica turca acusada en Alemania de desviar fondos hacia miembros del Partido Justicia y Desarrollo (AKP) de Erdogan.

El primer ministro acusó a Dogan de buscar venganza por no recibir un trato preferencial para sus negocios, y le pidió al público que boicoteara sus medios informativos.

La multa, impuesta por presunto registro tardío de la venta de acciones del grupo editorial Dogan a la editorial alemana Alex Springer AG en 2006, no tiene precedentes en los anales tributarios nacionales.

Erdogan dice que es una cuestión "legal". Para Dogan, es "política".

Analistas independientes y grupos de medios internacionales desafían los motivos que hay detrás de la multa.

The Cumhuriyet, el diario más antiguo de Turquía, fundado por el primer presidente de la república turca, Mustafa Kemal Atatürk (1923-1938), dejó su portada en blanco la semana pasada en protesta contra lo que calificó de presión sobre los medios.

"Ésta es una multa contra la libertad de prensa y la democracia", dijo Vuslat Dogan Sabanci, alto ejecutivo de Dogan, en una declaración escrita.

También fueron revocadas las acreditaciones de seis periodistas del grupo Dogan para la oficina del primer ministro.

"La oportunidad y el tamaño sin precedentes de esta multa plantean serias dudas de que las autoridades estén cambiando su enfoque para pasar de la retórica a usar el aparato del Estado para acosar a los medios", dijo el director del Instituto Internacional de la Prensa (IPI, por sus siglas en inglés), David Dadge, en una declaración escrita emitida el 20 de febrero.

El IPI es una organización con sede en Viena e integrada por editores y ejecutivos de medios que defienden la libertad de prensa.

"Aunque el caso tenga méritos, lo que es discutible, es improbable que semejante multa se impusiera a un grupo de medios no crítico del partido gobernante", dijo a IPS el abogado Koray Argun, de Estambul.

En noviembre, el informe de la UE sobre el progreso de Turquía hacia la integración del bloque observó mejoras, pero solicitó reformas para fortalecer la democracia y los derechos humanos. Se consideró que este país no llegaba a implementar legislación que le hiciera calificar para la membresía.

La actual crisis de los medios todavía puede llegar a un punto crítico. "Se ignora cuándo y cómo se solucionará, pero existe la posibilidad de que, si no se resuelve, el grupo Dogan se arriesgue a que sus acciones sean incautadas", dijo Argun.

El tema de la libertad de expresión pasó de los medios al parlamento cuando Ahmet Türk, líder del Partido de la Sociedad Democrática (DTP), habló en turco a los representantes de su partido en el parlamento —como es obligatorio en el órgano legislativo— pero luego siguió en kurdo.

Esto ocurrió el 21 de febrero, declarado Día Internacional de la Lengua Materna por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). La red estatal de televisión interrumpió la transmisión en vivo.

Türk se defendió señalando que, sucumbiendo ante la presión de la UE, la red estatal de radio y televisión nacional TRT emitió un programa de 24 horas en kurdo, y que el propio primer ministro, en una campaña muy disputada para las elecciones locales en todo el país, pronunció palabras en esa lengua en áreas con población de esta etnia.

"Está más allá de la lógica que, aunque el primer ministro pueda decir palabras en kurdo y la televisión estatal tenga un canal kurdo, un líder de un partido de esa etnia no pueda hablar en su idioma", dijo a IPS la analista Sanem Yunusoglu.

"Pero la ley permite solamente turco en el parlamento", agregó.

El idioma kurdo estuvo prohibido en público hasta 1991, por temor a que pudiera convertirse en un trampolín para las demandas de esa etnia. La prohibición está siendo progresivamente eliminada, en parte por presión de la UE, excepto en el parlamento.

Yunusoglu dijo que tanto el líder kurdo como el primer ministro están a la caza de votos con vistas a las elecciones locales del 29 de este mes, en las que los ciudadanos de origen kurdo representan un quinto del electorado.

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