TURQUÍA: Golpe o Europa

Decenas de destacadas figuras de Turquía, entre ellas generales retirados, oficiales militares en funciones, académicos y periodistas, fueron detenidas por sospechas de que conspiraban para precipitar la caída del gobierno, encabezado por un partido de raíz islamista.

La oposición atribuye la medida a la pretensión de sofocar el disenso y de tomar represalias tras anteriores intentos, formulados en estrados judiciales, de prohibir a los partidos religiosos.

Turquía, primer país musulmán que aspira a integrarse a la Unión Europea (UE), parece tener todavía en la recámara municiones para golpes de Estado, de los que el bloque ha estado libre durante mucho tiempo.

Desde la introducción de la democracia multipartidaria en 1950, cuatro gobiernos elegidos en las urnas fueron depuestos por las fuerzas armadas, que intervinieron contra lo que percibían como una insurgencia islámica y a favor de preservar el orden secular, lo cual considera su misión.

Y, según las nuevas acusaciones, todavía puede haber intentos de derribar al gobierno dirigido por el Partido Justicia y Desarrollo (AKP) del primer ministro Recep Tayyip Erdogan, un sector que tiene raíces islamistas.
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El ministro de Justicia, Mehmet Ali Sahin, inscribió los arrestos en el marco de la lucha contra la delincuencia y los atribuyó, además, al objetivo de tornar más democrático al país. "Turquía está limpiando sus intestinos", expresó.

Lo que está en juego en el denominado "juicio del siglo" podría decidir el futuro de un país atrapado en una reyerta entre fuerzas seculares muy afianzadas en décadas de vida republicana y un corriente de impronta religiosa con amplio apoyo popular.

"El caso tiene, por cierto, dejos políticos", dijo a IPS Jerome Bastion, escritor francés radicado en Estambul y experto en política turca. "También hay motivos legales para las acusaciones, pero la manera en que fueron detenidos los acusados deja dudas."

Algunos fueron capturados en sus hogares en redadas realizadas de madrugada.

El año pasado fue el AKP el que se sentó en el banquillo, cuando otros fiscales propusieron su proscripción por considerarlo un semillero de agitación islamista.

En un juicio tenso, el Tribunal Constitucional de 11 miembros condenó al partido, pero le faltó un voto para clausurarlo.

El oficialismo dijo que el juicio fue un intento de magistrados seculares por orquestar un "golpe judicial" contra un sector que había llegado al poder con 47 por ciento de los votos.

Ahora es a la inversa. El oficialismo promueve el juicio, y los opositores seculares dicen que se trata de una caza de brujas.

Los arrestados ahora "tienen una cosa en común: su enemistad con el AKP", dijo Ahmet Yalvac, propietario de un restaurante en Estambul. "No estoy seguro de que no se estén llevando a personas inocentes simplemente a causa de sus puntos de vista."

El centenar de acusados son tan diversos que no hay certeza en el público de que incluso se conocieran entre sí y cómo operaron contra el gobierno. Aún falta identificar al autor intelectual, si es que alguna vez hubo uno.

La acusación señala que los conspiradores no planearon medidas directas para tomar el control del gobierno, pero que se complotaron para crear un caos interno mediante asesinatos selectivos y atentados con explosivos que harían que los militares volvieran a tomar el control.

El mando de las fuerzas armadas, que se perciben como protectoras contra las amenazas externas e internas al orden secular establecido, hasta ahora no ha tomado partido abiertamente. Pero está fastidiado. Altos oficiales y generales retirados figuran entre los detenidos.

Personalidades del ejército expresaron su simpatía con los generales arrestados mediante visitas de cortesía en las cárceles.

Altos comandantes se reunieron a comienzos de mes de modo urgente. Además, el comandante en jefe del Estado Mayor, general Ilter Basbug, mantuvo una reunión fuera de agenda con Erdogan y el presidente Abdullah Gul, ambos fundadores del AKP.

Los militares, sujetos solamente a una autoridad civil nominal, se habían opuesto abiertamente a que Gul llegara a la presidencia, y ocasionalmente expresan puntos de vista que difieren de los del gobierno. Algunos generales retirados acusados estaban activos en 1997, cuando dieron un "golpe por comunicado" contra un gobierno integrado por partidos de raíz islamista. El ejército amenazó entonces con intervenir a menos que el gabinete renunciara. Y el Poder Ejecutivo colapsó.

Esta vez, los partidos seculares tradicionales son débiles, y la oposición secular al partido gobernante es liderada por la prensa, la academia y, lo que no es menos importante, los militares, que nunca dejan de observar y, cuando lo consideran necesario, intervienen.

En su intento por integrarse a la UE, el país no ha producido más golpes de Estado, pero en él no escasean reportes sobre conspiraciones para efectuarlos.

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