NICARAGUA: Ernesto Cardenal agotado de acoso judicial

«Triste y agotado» se siente el poeta y sacerdote católico nicaragüense Ernesto Cardenal, uno de los pensadores más destacados de la Revolución Sandinista, ahora blanco de un acoso judicial que atribuye a su antiguo compañero de lucha, el presidente Daniel Ortega.

"Siempre pensé que mis últimos días serían felices. Ahora me siento triste y agotado", dijo Cardenal a IPS, luego de que el juez suplente Ronaldo Morán ordenó congelar el miércoles tres cuentas bancarias del religioso como "garantía del cumplimiento de la sentencia del pasado 22 de agosto".

Cardenal, de 83 años, fue condenado en ausencia ese día por el juez David Rojas a pagar una multa equivalente a 1.025 dólares por injuriar al alemán Inmanuel Zerger y a su esposa, Nubia Arcia. Se lo eximió de la cárcel en consideración a su edad.

"Hay una sentencia firme, que él no ha cumplido, y en este proceso se ha mandado a que si tiene cuentas bancarias se le congelen para que responda por la sentencia pecuniaria", dijo a la prensa el juez Morán.

El abogado defensor de Cardenal, Boanerges Ojeda, alegó que éste ya había sido absuelto de esa acusación en 2005, cuando se interpuso la demanda en su contra, luego de que el poeta publicara una carta en la que acusaba a Zerger y a Arcia de intentar apoderarse de un hotel ubicado en el archipiélago Solentiname, en el extremo sur del Lago de Nicaragua, donde el poeta había fundado en 1965 una comunidad cristiana.

"El caso en ese entonces se absolvió de hecho porque ni siquiera estaba bien interpuesta la demanda y no había méritos para un juicio", explicó Ojeda a IPS.

El juez Rojas reabrió el caso y sentenció a Cardenal mientras éste se encontraba en Paraguay, invitado a la investidura del presidente Fernando Lugo, el 15 de agosto.

Rojas es un ex agente de seguridad de la policía política del izquierdista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que gobierna ahora y ya lo había hecho entre 1979 y 1990, después de conducir la revolución que puso fin a la dictadura de la familia Somoza.

En esos años, el FSLN, al que pertenecía Cardenal, soportó la ofensiva de la "contra", un movimiento rebelde, armado y financiado por Washington, que pretendía derrocar al gobierno revolucionario.

En Paraguay, Cardenal dijo a la prensa que Ortega y su gobierno eran corruptos y que por ello estaban aliados a antiguos enemigos de la contra y a "un ladrón", en referencia al pacto político que el mandatario fraguó en 1998 con el ex presidente Arnoldo Alemán (1997-2002), condenado a 20 años de prisión por delitos de corrupción.

Ortega también fue invitado a la investidura de Lugo, pero no asistió aduciendo problemas técnicos en el avión que debía trasladarlo. Cuando se anunció su presencia, el movimiento feminista paraguayo organizó manifestaciones de protesta, pues el mandatario está acusado ante el sistema interamericano de justicia por la violación sexual de su hijastra, Zoilamérica Narváez.

Al regresar a Managua, Cardenal se encontró con la sentencia, anunció que no la acataría y se declaró en rebeldía, por considerar que el juez Rojas se excedió en sus funciones.

La esposa de Zerger, Arcia, es una ex guerrillera y ex compañera de vida de Alejandro Guevara, otro antiguo rebelde sandinista que murió en un accidente de tránsito en 1994.

"Es una sentencia política sin ninguna base jurídica, es simplemente una venganza de Daniel Ortega por la acogida que tuve en Paraguay durante la toma de posesión del presidente Lugo, mientras a él se le impidió llegar", dijo Cardenal en conferencia de prensa.

De acuerdo con el defensor del poeta, Arcia recibió a finales de los años 90 la autorización de Cardenal para administrar el isleño Hotel Mancarrón, que pertenece a la no gubernamental Asociación para el Desarrollo de Solentiname, fundada por el sacerdote de la orden trapense.

No obstante, según el acta de la condena, Cardenal no respetó el compromiso y quitó a Arcia la administración del hotel, argumentando que ésta había incumplido normas establecidas. El pleito llegó a los juzgados en 2005, con una sentencia absolutoria a favor de Cardenal.

Arcia, que denunció el jueves a Cardenal ante la estatal Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, acusa al religioso de avasallar a la comunidad campesina de la zona, de robarse sus tierras y bienes y de no brindar cuentas de las donaciones internacionales que recibe la Asociación para el Desarrollo de Solentiname.

Apoyada por el ex comandante guerrillero Omar Cabezas, actual procurador de Derechos Humanos, Arcia descalificó al poeta y abogó por la intervención del Estado para que las propiedades y activos de la Asociación pasen "al poder de los pobres de la isla".

"Ése señor no es ningún santo, es un vividor y yo quiero que se haga justicia para mí y mi pueblo", dijo Arcia a IPS desde la sede de la Procuraduría, a la que llegó acompañada de pobladores de la isla.

Mientras, otros pobladores de Solentiname se dirigieron a diferentes entidades no gubernamentales de derechos humanos para respaldar a Cardenal, entre ellos Olivia Silva Guevara, madre del fallecido Alejandro Guevara.

"Estoy ante un Estado policíaco, ante una dictadura institucional que mejoró y perfeccionó los viejos vicios de la dinastía de los Somoza para aplastar a sus críticos", dijo escuetamente Cardenal, que añadió a IPS que el agotamiento le impedía brindar más entrevistas.

Nacido el 25 de enero de 1925, Cardenal es considerado uno de los más importantes miembros de la Teología de la Liberación, corriente progresista de la Iglesia Católica latinoamericana. Por ello, y por apoyar al FSLN, lo amonestó públicamente el papa Juan Pablo II cuando visitó Nicaragua en 1983.

Fue ministro de Cultura entre 1979 y 1987. En 1990 se distanció del FSLN por criticar actos de corrupción y de apropiación de bienes del Estado por parte de algunos líderes de la ex guerrilla, lo que se dio en llamar la "piñata sandinista".

En 1994 rompió definitivamente con el FSLN y desde entonces es simpatizante del disidente Movimiento de Renovación Sandinista, fundado por el escritor Sergio Ramírez, ex vicepresidente del país (1985-1990).

La condena de Cardenal despertó una ola de indignación dentro y fuera del país. Más de 200 intelectuales, artistas y políticos de todo el mundo se sumaron a los actos de solidaridad y desagravio del poeta.

El portugués José Saramago, los uruguayos Mario Benedetti y Eduardo Galeano, el brasileño Chico Buarque, el peruano Mario Vargas Llosa y el argentino Tomás Eloy Martínez son sólo algunos de esos nombres.

El fundador del FSLN, actual embajador en Perú, Tomás Borge, salió en defensa de Ortega y dijo que Cardenal es un "lobo con piel de oveja". Funcionarios del gobierno han tildado a quienes lo apoyan de "peleles", "vende-patrias" y "oligarcas".

"No es nada nuevo. Persona que no esté de acuerdo con el gobierno, es calificada de la peor manera y acosada y acusada por la justicia sandinista", dijo a IPS Vilma Núñez, directora del Centro Nicaragüense de los Derechos Humanos, que acompaña a Cardenal en el proceso legal.

La escritora Gioconda Belli, disidente sandinista, calificó el proceso como "una actitud vengativa y peligrosa", que se ha expresado contra otras personalidades que han criticado al gobierno.

"El señor Ortega y su esposa (Rosario Murillo) tendrán que darse cuenta de que están creando una narrativa de odio y confrontación, muy peligrosa para la estabilidad de nuestro país", dijo Belli.

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