DESARROLLO: Una agenda y muchas dudas

Organizaciones no gubernamentales de todo el mundo desconfían de la utilidad del Tercer Foro de Alto Nivel sobre la Eficacia de la Ayuda al Desarrollo (HLF3, por sus siglas en inglés), que comenzará este martes en la capital de Ghana.

Delegados de 380 instituciones, reunidos entre el domingo y el lunes en Accra el Foro Paralelo de las Organizaciones de la Sociedad Civil sobre Eficacia de la Ayuda al Desarrollo, manifestaron su temor es que el HLF pueda significar un retroceso.

Además de fortalecer las posiciones de la sociedad civil en la conferencia oficial, un objetivo de la reunión fue "promover la defensa de las organizaciones", dijo Antonio Tujan, presidente del grupo directivo del foro paralelo.

El HLF3 reunirá a 800 representantes de agencias donantes, gobiernos, instituciones financieras internacionales y 80 organizaciones de la sociedad civil para discutir sobre los avances concretados desde la firma, en 2005, de la Declaración de París sobre Eficacia de la Ayuda.

La Agenda de Accra para la Acción (AAA) que será presentada a los participantes en el Foro, recomienda reconocer la propiedad de los procesos de desarrollo en manos de los países receptores de asistencia, asociaciones más efectivas entre los actores involucrados, y una mejor distribución de responsabilidades.
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Muchos de los presentes en la reunión de la sociedad civil sienten que la AAA representa un retroceso respecto de la Declaración de París.

"La AAA es demasiado débil, insuficiente para cumplir el objetivo de que la asistencia funcione para los pobres", dijo Hamida Harrison, de la organización femenina ghanesa Netright.

"Unos 1.400 millones de personas viven debajo la línea de pobreza de 1,25 dólares por día. Estamos preocupados porque el modelo económico neoliberal no da los resultados prometidos de crecimiento para todos", agregó.

Las organizaciones de la sociedad civil también han expresado sus preocupaciones por las condiciones a la asistencia, que se mantienen como un componente de la AAA.

Esto significa que los países en desarrollo solo reciben asistencia cuando cumplen con ciertas condiciones, como el respeto por los derechos humanos, la reducción de la inflación y la promoción de las privatizaciones.

"Las naciones en desarrollo también son obligados a reducir el gasto público. Esto significa que un país es castigado por querer invertir en el sector social", dijo Gemma Adaba, de la Confederación Internacional de Sindicatos (ITUC).

"Zambia, por ejemplo, estableció una estrategia para capacitar a 4.000 maestros. El Banco Mundial declaró que el país no podía afrontar esto, y amenazó con no apoyar este proyecto si mantenía esos planes", agregó.

Otra condición controvertida vinculada a la asistencia es la reducción de los subsidios agrícolas y sociales del gobierno. "Las naciones pobres son forzadas a cobrar aranceles más elevados en la salud y la educación, porque no se les permite subsidiar" a esos sectores, dijo Adaba.

"Así, son obligados a pedirles a sus ciudadanos que paguen más por servicios cruciales, empujándolos aun más a la pobreza", añadió.

Otra queja planteada en el foro de las organizaciones de la sociedad civil es que la AAA no le presta suficiente atención a los asuntos de género.

"La mayoría de quienes viven bajo la línea de pobreza son mujeres y niñas. Por lo tanto es esencial analizar las consecuencias de la agenda sobre la efectividad de la asistencia para el avance de la equidad de género, los derechos de las mujeres y su empoderamiento", expresó Harrison.

Pero no todo es pesimismo. Desde la Declaración de París también se han producido avances en materia de igualdad de género.

"La AAA, por ejemplo, reconoce que los derechos femeninos y la equidad de género son cruciales para lograr un impacto duradero en la reducción de la pobreza. Además, unas de las preocupaciones es que la AAA comprometa a los donantes a trabajar en la igualdad de género y los derechos de las mujeres", dijo Inés Alberdi, directora ejecutiva del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem).

"La efectividad de la asistencia sin una perspectiva de derechos femeninos y sin equidad de género es imposible. No conducirá a un desarrollo efectivo y no contribuirá a reducir la pobreza", sostuvo.

Adaba, de ITUC, no espera mucho del HLF3 ni de la AAA. "El documento es demasiado débil y no vuelve más efectiva a la asistencia. Sin embargo, debo decir que se ha avanzado desde la Declaración de París. Las organizaciones de la sociedad civil han recibido más reconocimiento como actores del desarrollo. En 2005 participaron 50 organizaciones. Ahora son 80. Esto nos da un impulso más fuerte para volver la asistencia más efectiva", declaró.

Agnes Nyoka Peter, parlamentaria y dirigente de la organización feminista Misión de Mujeres Cristianas por la Paz en el Sur de Sudán, dijo que las organizaciones de la sociedad civil que participan en el HLF3 no son suficientes.

"Esta reunión se trata de donantes, instituciones financieras multinacionales y funcionarios del gobierno. Hay poco espacio para la participación y compromiso de las organizaciones de la sociedad civil. Para hacer la asistencia más efectiva, los donantes deberían comprometerse más con la sociedad civil", planteó.

Brian Pratt, director ejecutivo del británico Centro Internacional para la Capacitación e Investigación en Organizaciones No Gubernamentales, también tiene sus dudas sobre el impacto, efecto e intenciones del HLF3.

"No se trata de efectividad, sino de hacer la asistencia más eficiente para los donantes y las instituciones financieras. Ser eficiente no es malo por definición, pero es un concepto de efectividad diferente. Inscribir a una gran cantidad de niñas en la escuela en un breve periodo no es asistencia efectiva cuando la educación es de mala calidad. Ellas no aprenden nada", señaló.

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