LAOS-CAMBOYA: Represas generan ola de preocupación

Una explosión de proyectos de represas en Laos alienta a expertos de Camboya y de otros países cercanos a advertir sobre los impactos y a exigir nuevos enfoques para regir los asuntos derivados del uso del común río Mekong.

Las comunidades camboyana y laosina ignoran por completo lo que está ocurriendo, dijeron organizaciones no gubernamentales y habitantes del lugar.

Incluso la intergubernamental Comisión del Río Mekong se esfuerza por estar al día con los muchos proyectos y hacer cumplir las obligaciones de los países miembro bajo el acuerdo que le dio origen, firmado en 1995 entre Laos, Vietnam, Camboya y Tailandia.

"Camboya es un accionista legítimo en lo relativo a las represas de Laos, sobre el río Sekong (principal afluente del Mekong). Pero hasta ahora, que yo sepa, hubo muy poco debate entre los dos gobiernos sobre qué está ocurriendo", dijo el experto en pesca Ian Baird a los presentes en un seminario realizado sobre este tema a fines de mayo en Phnom Penh.

El Sekong nace en Vietnam y se extiende por Laos y Camboya hasta que se encuentra con otros dos ríos importantes: el Sre Pok y el Sesan. Luego fluye hacia el Mekong, en la septentrional provincia camboyana de Stung Treng.

La subcuenca del Sekong abarca unos 28.000 kilómetros cuadrados, la mayor parte de ellos en Laos. Pero unos 5.000 kilómetros cuadrados se encuentran en Camboya, y contribuyen con casi 20 por ciento de las aguas del Mekong.

Seis represas están o bien completadas o bien en construcción, o atraviesan varias etapas de estudios de factibilidad en el sector de Laos del Sekong. Otras 10 están en planes.

Para la población de Laos y Camboya, los impactos acumulativos podrían ser enormes, incluyendo cambios en los flujos y la calidad del agua, las reservas pesqueras, la agricultura ribereña y la cría de animales.

En particular, algunas organizaciones camboyanas temen que las 50.000 personas que residen a lo largo del Sekong puedan tener que revivir la crisis que vivieron por la construcción de represas en el sector vietnamita del río Sesan.

Unos de los efectos de la primera represa en ser construida a mediados de los años 90 fueron la reducción de las existencias pesqueras y los cambios en el flujo hídrico, lo que incluyó inundaciones repentinas que causaron 39 muertes, según activistas locales.

Aunque muchos de los impactos pueden sonar conocidos, el involucramiento de muchos de los actores en proyectos de represas y otros sobre el Sekong no lo es.

Nuevos actores intervinieron para encargarse de proyectos, muchos de los cuales hace una década eran vistos por empresas occidentales y tradicionales agencias de donantes como demasiado riesgosos económicamente y políticamente controvertidos.

Aunque las segundas todavía están involucradas a varios niveles, el principal ímpetu para los proyectos y estudios hidroeléctricos ahora procede de firmas tailandesas, vietnamitas, chinas y rusas. Algunas son prácticamente desconocidas, apoyadas por una mezcla de bancos comerciales regionales, agencias de créditos a la exportación y asistencia al desarrollo.

Organizaciones locales señalan que estos grupos consultaron poco o nada a las comunidades, incluso las que tenían previsto ser reubicadas a causa de los planes de las represas.

"Aunque hemos notado cambios en el río, no sabemos nada sobre qué está ocurriendo en el lado de Laos de la frontera", dijo Sim Dan, un pescador camboyano que asistió a la reunión de mayo y cuya aldea está sobre el Sekong, a 20 kilómetros de territorio laosino.

Gobiernos provinciales y agencias de los gobiernos nacionales a ambos lados de la frontera en su mayor parte también carecen de información, según voces críticas.

Incluso agencias clave del gobierno, como el Comité Nacional Camboyano del Mekong, carecen de datos.

Además, los críticos agregan que hay importantes defectos en los procesos de evaluación del impacto ambiental para muchos de estos proyectos.

Las mejores prácticas y, en el caso de Laos, las leyes del propio país, establecen que los estudios de impacto ambiental deben ser difundidos públicamente. Pocos lo han sido, y los que fueron vistos de modo no oficial fueron duramente criticados.

"Algunos de estos estudios se hacen en tres o cuatro meses y luego están prontos para construir. Esto no es, ni cerca, tiempo suficiente", dijo Baird.

"Todos sabemos que hay problemas con el proceso de evaluación del impacto ambiental. El mayor es que (esos estudios) son pagados por la compañía que construye la represa. Emplean a los consultantes y poseen la información, y la pueden cambiar" si les parece, señaló Baird.

"Depende de la capacidad de los gobiernos controlar los estudios de impacto ambiental para asegurarse de que sean buenos. ¿Qué ocurre si éste no es el caso?", preguntó.

La situación hizo que organizaciones camboyanas busquen maneras de comprometerse.

"Para las organizaciones no gubernamentales es difícil contactar directamente al gobierno de Laos, y estamos ansiosos de que nuestro propio gobierno haga más a propósito de esto", dijo Kim Sangha, coordinador de la Red de Protección de los Ríos 3S en Camboya.

"Si el gobierno camboyano sabe que habrá impactos de estas represas, debería hablar con el gobierno de Laos y obtener ayuda para evitarlos o mitigarlos", agregó.

"Tenemos muchos impactos de las represas Se San y ahora enfrentamos las mismas cuestiones en el Sekong. Necesitamos compartir de modo mucho más efectivo los beneficios entre los países ubicados corriente arriba y corriente abajo", expresó Chhit Sam Art, director ejecutivo de NGO Forum.

"Es necesario implementar mecanismos para garantizar que se comparta mejor la información entre los países miembro, incluyendo estudios de factibilidad, y los afectados deberían tener la oportunidad de revisarlos y comentarlos", explicó.

"También se necesita examinar mejor los impactos a lo ancho de la cuenca, y esto debe incluir evaluaciones ambientales fronterizas sobre ciertos proyectos", dijo Sam Art.

Muchos creen que la reacción de Camboya a los planes de Laos es cambiante debido a sus propias ambiciones hidroeléctricas.

Camboya inaugurará por lo menos nueve represas de varios tamaños entre 2010 y 2019 para generar 1.942 megavatios, según un informe presentado hace poco ante el parlamento camboyano y obtenido por agencias de noticias occidentales en mayo.

También hay una propuesta de represa para la confluencia de los ríos Sekong, Sesan y Sre Pok. Tendrá un impacto importante sobre las reservas pesqueras, y los informes señalan que obligará a reubicar a 5.000 personas.

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