AMBIENTE-EEUU: Criticada norma para limitar emisión de mercurio

La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) emitió por primera vez una norma que regula las emisiones de mercurio a la atmósfera por parte de las centrales térmicas que queman carbón, pero los críticos opinan que la medida puede ser incluso contraproducente.

La EPA reivindica el mecanismo de ”tope y comercio” elegido para esa, pero expertos y activistas auguran que la norma permitirá en realidad emisiones muy contaminantes de mercurio, que se deposita en las aguas de ríos y lagos, envenena a los peces y amenaza a los embriones humanos.

Ese mecanismo permite que si una planta emite por debajo de lo que se le permite, venda la autorización excedente a otra que emite en exceso, siempre y cuando el tope para la región no sea superado.

Pero los ambientalistas alegan que eso abre la posibilidad de que algunas plantas emitan incluso más que ahora, creando focos de alta contaminación.

Con ese argumento, el fiscal general del nororiental estado de Nueva Jersey, Peter Harvey, y el comisario del Departamento de Protección Ambiental de ese estado, Bradley Campbell, presentaron una demanda judicial contra la nueva norma de la EPA.

Además, el mecanismo de ”tope y comercio” sustituirá a un estricto estándar de máximos por planta que se había previsto en el marco de la Ley de Aire Puro, y que establecía como límite un tercio del tope de emisiones fijado por la EPA

Las plantas que queman carbón en Estados Unidos emiten unas 48 toneladas anuales de mercurio, que al depositarse en las aguas se convierte en el venenoso metilmercurio. Ese compuesto se acumula en los organismos de muchos tipos de pez, y por eso los médicos recomiendan a las embarazadas no consumir pescado fresco.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), una de cada doce mujeres estadounidenses ”tienen niveles de mercurio en sangre por encima de lo que se considera seguro”, y algunos cálculos de científicos sugieren que la cantidad de bebés en peligro en el país puede ser 300.000.

Un estudio realizado por el Centro de Ciencias de la Salud de la universidad del sureño estado de Texas indicó que ”por cada 450 kilogramos de mercurio liberado a la atmósfera, aumenta 17 por ciento la tasa de autismo”, afirmó Claudia Miller, investigadora de esa institución.

Activistas aducen que la norma de la EPA es un nuevo atentado contra el ambiente del gobierno encabezado por el presidente George W. Bush, que ya retiró la firma del país del Protocolo de Kyoto (para reducir la emisión de gases que causan efecto invernadero y se asocian con el recalentamiento del planeta), levantó prohibiciones a la minería, la extracción de petróleo y la tala en el noreste del país, y anuló la protección de varias especies amenazadas.

Esos antecedentes, y los reiterados intentos de permitir la extracción de petróleo en el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico, del noroccidental estado de Alaska, conforman una conducta ”perturbadora”, que ”siempre ignora o suprime” las opiniones científicas en contra de sus orientaciones, opinó David Doniger, director de políticas del centro de clima del no gubernamental Consejo de Defensa de los Recursos Nacionales.

El mes pasado, un grupo de siete senadores encabezado por el independiente Jim Jeffords, del nororiental estado de Vermont, a quien secundan integrantes del gobernante Partido Republicano y del opositor Partido Demócrata, presentó un pedido al Poder Ejecutivo de ”participar constructivamente en el diálogo internacional sobre el mercurio y prepare una estrategia integral para reducir la contaminación” causada por ese elemento en el mundo.

Michael Bender, del no gubernamental Grupo de Trabajo por la Prohibición del Mercurio, alegó que el gobierno ha ”bloqueado el desarrollo de una estrategia internacional en la materia, pese a la abrumadora evidencia sobre su necesidad acumulada por la Organización de las Naciones Unidas”.

”Washington sólo ha propuesto reducciones voluntarias, sin metas. Eso es pura hipocresía”, añadió.

El año pasado, una coalición de grupos ambientalistas que incluye al Consejo de Defensa de los Recursos Nacionales y al Grupo de Trabajo por la Prohibición del Mercurio pidió al Pnuma, mediante un documento, urgentes medidas para un fuerte control de la producción y las emisiones de mercurio en el mundo.

Entre otras iniciativas, solicitós la agresiva implementación de metas de reducción del uso de mercurio, la prohibición de su empleo en cosméticos, el control de las emisiones de las centrales térmicas que queman carbón, y la negociación de un tratado internacional en la materia.

Pero ”una vez más, al elegir entre las familias y los contaminadores, el presidente Bush postergó a los niños para recompensar a las industrias que apoyaron su campaña electoral”, aseveró Campbell.

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