DESARROLLO: Presión al G-7 para cancelar deuda de los más pobres

En vísperas de la reunión de ministros de Finanzas del Grupo de los Siete (G-7) países más ricos, organizaciones humanitarias internacionales presionan al gobierno de Estados Unidos para que impulse un alivio completo, inmediato e incondicional de la deuda de los países más pobres.

La red Jubileo-Estados Unidos, una coalición de 60 organizaciones no gubernamentales, y el grupo Africa Action presentaron el martes una solicitud formal al Departamento del Tesoro con las firmas de más de 3.000 personas, en la que califican la deuda de “ilegítima”.

El secretario del Tesoro, John Snow, representará al gobierno de George W. Bush en la reunión del G-7, que se celebrará este viernes y el sábado en Londres.

El G-7 está integrado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón.

“Este año, las naciones más pobres invertirán miles de millones de dólares en el pago de obligaciones ilegítimas al FMI (Fondo Monetario Internacional), al Banco Mundial y otros acreedores poderosos, en lugar de volcarlos en urgentes programas de lucha contra el sida (síndrome de inmunodeficiencia humana), la pobreza y las pestes”, dijo el coordinador de Jubileo-Estados Unidos, Neil Watkins.

“Le enviamos un claro mensaje al secretario Snow: la deuda cuesta vidas humanas, y no puede haber demora en esto. Tiene que regresar con un acuerdo sobre una condonación multilateral de la deuda”, añadió.

Al mismo tiempo, 69 legisladores estadounidenses, tanto del gobernante Partido Republicano como del opositor Partido Demócrata, enviaron su propia carta a Snow proponiendo la cancelación de las obligaciones.

“Los habitantes de los países más pobres necesitan un cambio. Necesitan que se les condone por completo su deuda”, señala la misiva, firmada entre otros por los representantes republicanos Spencer Bachus y James Leach, y los demócratas Barney Frank y Maxine Waters.

Importantes organizaciones humanitarias internacionales, como ActionAid, Oxfam y la Agencia Católica para el Desarrollo de Ultramar, también instaron a los ministros del G-7 a que aprovecharan la reunión de esta semana para cambiar la vida de millones de personas en el Sur.

“Si los ministros de Finanzas llegan a un acuerdo sobre la cancelación de la deuda, esta reunión del G-7 será un hito en la lucha para acabar con la obscena pobreza que mata a 50.000 personas en el Sur todos los días”, dijo Max Lawson, de Oxfam.

En Londres estarán en juego los miles de millones de dólares que deben los países más pobres, la mayoría de ellos de Africa subsahariana, a los organismos multilaterales de crédito. Gran parte de la población de estas naciones sobrevive con menos de un dólar diario.

El G-7, que controla las decisiones de los organismos de crédito, lanzó en 1996 la iniciativa para los Países Pobres Altamente Endeudados (HIPC, por sus siglas en inglés). Este programa fue diseñado para reducir la deuda de unas 41 naciones a niveles manejables, a cambio de que sus gobiernos aplicaran una serie de reformas económicas para atraer inversiones extranjeras.

Hasta ahora, 27 países que juntos debían a los organismos multilaterales 100.000 millones de dólares redujeron sus compromisos a 30.000 millones, lo que significa una disminución a menos de la mitad de sus servicios anuales.

Sin embargo, la mayoría de los beneficiados por la iniciativa HIPC siguen pagando cada año más en servicios de deuda de lo que invierten en salud y en educación, lo que según los activistas es moralmente indefendible.

Peor aun es que, en la mayor parte de los casos, la deuda original de estos países fue contraída por dictadores que malgastaron o malversaron el dinero.

“Así como Estados Unidos hizo un llamado a la cancelación de la deuda de Iraq, es tiempo de que, junto al resto de los gobiernos del G-7, reconozca la odiosa e ilegítima naturaleza de la deuda de los países africanos y la cancelen por completo”, afirmó el director de Africa Action, Salih Booker.

Muchos de los países pobres son azotados por el sida, la malaria y otras enfermedades infecciosas, que matan millones de personas por día.

La discusión entre los gobiernos más poderosos sobre la necesidad de lanzar iniciativas más amplias que el HIPC comenzó en la última cumbre del G-8 —el mismo grupo más Rusia—, realizada en junio en la sudoriental localidad estadounidense de Sea Island.

En ese encuentro, Gran Bretaña, que asumió la presidencia rotativa del grupo el 1 de enero, presentó una propuesta para cancelar 100 por ciento de la deuda a más de 30 países pobres.

El gobierno del primer ministro Tony Blair sugirió que el FMI vendiera parte de sus millonarias reservas de oro para condonar las obligaciones de los países más pobres, y se comprometió incluso a solventar 10 por ciento del total.

El valor de las 3.000 toneladas de oro de las reservas del FMI está calculado en 8.500 millones de dólares, según precios de 1971, pero en el mercado actual ese tesoro ascendería a 42.200 millones, estimó la propia agencia multilateral.

Se trata de la mayor reserva de oro del planeta, después de las de Estados Unidos y Alemania.

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